Bruselas.- La Unión Europea (UE) lanzó una nueva campaña contra la diferencia de retribución entre mujeres y hombres, tras constatar que a pesar de la ofensiva puesta en marcha en ese sentido desde hace años aún existe una brecha de 17,4% en un salario por el mismo trabajo.
"En toda la UE, las mujeres ganan por término medio un 17,4% menos que los hombres", indicó el comisario europeo de Empleo, Vladimir Spidla., explicando que el simple concepto de "salario igual por trabajo igual" es el núcleo de la campaña puesta en marcha en el contexto del Día Internacional de la Mujer, el próximo 8 de marzo.
Un salario igual por un trabajo igual es uno de los principios fundacionales de la Unión Europea, mencionado en el Tratado de Roma de 1957 y objeto de una legislación comunitaria en 1975 prohibiendo toda discriminación salarial entre mujeres y hombres por el mismo trabajo.
Si la UE indica que la eficacia de la legislación europea y nacional permitió disminuir los casos "simples y visibles" de discriminación directa, la distancia persistente de 17,4% representa "la diferencia entre el sueldo medio bruto por hora de unas y otros".
"Por ejemplo, aún se considera a menudo que el trabajo de las mujeres es menos valioso que el de los hombres, y las mujeres trabajan con frecuencia en sectores donde los salarios son, en promedio, inferiores a aquellos en los que predominan los hombres", señaló.
Según el informe de 2009 sobre la igualdad entre las mujeres y los hombres, presentado el martes por la Comisión Europea, subsisten "diferencias significativas" entre ambos géneros en varias áreas en la UE.
Si el nivel de empleo de las mujeres está aumentando en los últimos años (un 58,3% frente un 72,5% de los hombres), aún trabajan por horas con más frecuencia que los hombres (un 31,2% frente a un 7,7%) y predominan en los sectores con salarios más bajos.
Según Spidla, la diferencia de retribución también reduce los ingresos y las pensiones de las mujeres durante toda la vida: "Un 21% de las mujeres de 65 años y más corren riesgo de pobreza, frente a sólo un 16% de los hombres", explica.
"La escasa representación femenina en los puestos más altos es todavía más patente en las grandes empresas, donde cerca del 90% de los miembros del consejo de las principales compañías son hombres", indica otro informe de expertos de la UE.
Esta subrepresentación también alcanza la vida política: el porcentaje de mujeres en los parlamentos nacionales era del 24 % en 2008, mientras que el de ministras en los gobiernos nacionales era apenas superior, del 25%.
En ese sentido, la campaña lanzada por la UE busca promover "buenas prácticas" a nivel patronal y sindical, y abarca un sitio de la campaña en internet, propaganda en la prensa europea y anuncios en vallas publicitarias.
En su informe, la Comisión indica que las mujeres "están más expuestas que los hombres a las consecuencias de la desaceleración económica, porque ocupan a menudo empleos precarios".
Sin embargo, las cifras oficiales de la oficina de estadísticas europeas Eurostat aún no permite sacar conclusiones en ese sentido, ya que entre enero de 2008 y enero de 2009, el índice de desempleo en la UE pasó de 6,3% a 7,5% entre los hombres y de 7,4% a 7,8% entre las mujeres.
El comisario, en todo caso, dijo no creer que la crisis vaya a empeorar la situación, aunque tampoco se pueden subestimar sus consecuencias.
Por países, las mayores distinciones se dan en Estonia (30%) y Austria (25%), y las menores en Italia (4%) y Malta (5%), mientras que España se sitúa en la media, con un 17,6%.
Sin embargo, las consecuencias que tendrá para las desigualdades laborales la caída de la economía no están todavía claras, según Spidla, que remarcó que desde que comenzó la crisis ha perdido su empleo el triple de hombres que de mujeres.
En este sentido, “además de argumentos morales, hay argumentos económicos poderosos” para defender que “sólo recogiendo el potencial de todos nuestros talentos podremos enfrentarnos a la crisis,” a juicio de Spidla.
Preguntado por su opinión sobre medidas para luchar contra la discriminación salarial como los cupos para mujeres, Spidla constató que “se han demostrado útiles,” aunque remarcó que la UE no puede impulsar este tipo de políticas.