La modernidad es un arma de doble filo cuando se trata de sobrepeso y trastornos alimenticios.
Si bien permiten dar una salida al problema por medio de los by pass gástrico o las liposucciones, también aumentan la presión psicológica sobre las personas en cuanto a la necesidad de ser bella.
El mejor ejemplo de ello es el uso de la técnica del photoshop en publicidad, donde se corrige los errores de cuerpos perfectos a simple vista.
“La culpa la tenemos todos, todos queremos que nos photoshopen no sólo la arruga y el rollo, sino que el problema también, como una suerte de photoshop emocional”, dice Viviana Assadi.
“Lo que se vende como imagen es lo que nos está moviendo a todos. No es raro que a Diana Bolocco la photoshopen porque trabaja en eso, pero la mayoría no lo hacemos y nuestra fantasía es que la mirada del otro nos va a contestar si estoy bien o mal y no mi propia mirada. Todos estamos funcionando como si hubieran cámaras de fotos mirándonos y el tema es tener una buena autoestima”, dice.
La psicóloga, a algunos meses de la publicación del libro “Sin rollos”, cuenta que éste ha generado toda suerte de reacciones, pero que un hecho en concreto revela el peso de este tema: una conocida decidió cubrir la carátula con papel para poder leerlo en el Metro sin ser observada y enjuiciada.
-¿Eso es fuerte?
“No lo sé, pero en ese acto simbólico de cubrir el libro está también la conciencia de que esto es algo que no se quiere mostrar todavía porque no es el momento, aunque se quiere saber de qué se trata. Cada uno lo resuelve de alguna forma, pero ella no dejó de leer el libro”.
-¿Estamos frente a una adicción?
“Sí, y tiene soluciones. Se le puede controlar, pero si uno deja las herramientas que permiten controlarla se vuelve a caer en lo mismo. La comida es algo a lo que uno se puede hacer adicto aunque no es tan negativo, pero igual daña el cuerpo y se hace evidente. El alcohólico lo puede ser muchos años sin que nadie se entere, en cambio, el gordo queda al descubierto y el juicio que sigue es que no hace nada al respecto”.
-Los padres tienen mucha culpa en la perpetuación de conductas; así como traspasan el machismo, también generan la gordura.
“Este es un problema socio cultural. Por un lado está el modelo de entregar el cariño a través de la comida, pero, por el otro, está el hecho de que para que el niñito no joda, no moleste, lo llenamos de dulces.
“No estamos capacitados, hoy, preparados para tolerar las emociones del otro. Cuando nos preocupamos para que el otro deje de angustiarse, la verdad es que es uno el que quiere dejar de estarlo. Así, le das comida al niño para que no te genere angustia a ti. No está muy diferenciado que estás haciendo por el otro y qué para ti misma y eso es necesario para adelgazar”.
Viviana Assadi remarca lo anterior indicando que todo apunta a qué es lo que uno quiere. “Tú quieres adelgazar porque tú lo deseas, no porque lo quiere tu marido”.