“De repente me topaba con gente abc1 que no tenían idea de cosas básicas, mujeres que pensaban que por donde hacían pipi también nacían las guaguas o que el clítoris estaba al fondo de la vagina. Tampoco entendían su ciclo menstrual”, recuerda el joven psicólogo de 30 años para explicar el motivo de su especialización en sexualidad.
Es Rodrigo Jarpa, el mismo que acompaña a María Gracia Subercaseaux en el programa “SOS, la sexualidad de los chilenos” y que se ha propuesto derribar algunos de los mitos que por falta de información o educación, como cuenta, se han establecido como mitos sexuales en la realidad de no pocas personas.
A través de su
blog y de su consulta en el
Centro de Psicoterapia y Salud Sexual no son pocas las consultas que le llegan, algunas de ellas, llenas de estos errados estereotipos.
“Con el oficio he aprendido a no dar las cosas por hecho. Acá no existe el sentido común, tienes que preguntar hasta lo más básico y dar por sentado de que no se sabe nada”, dice. Es por esto que se ha concentrado en lo que será su primer libro que, aunque el centro será la eyaculación precoz, tendrá mucho de ir cazando mitos sexuales.
-¿Cuáles son los principales mitos?
“Uno es la creencia de que hay un orgasmo bueno y otro malo. Hay muchas mujeres que creen que porque no tienen un orgasmo vaginal, tienen un problema. Y el 70% de las mujeres necesita estimulación del clítoris para tener un orgasmo, pero al final es uno solo. El orgasmo es orgasmo no más. Si una mujer se excitara mucho porque el hombre le da besos en el lóbulo de la oreja y tuviera ella un orgasmo, no es que ella haya tenido un orgasmo de oreja. Existe esta creencia que viene desde el psicoanálisis, porque Freud planteaba que el orgasmo clitoridiano es un orgasmo inmaduro que pondría estar asociado a patologías y que con la madurez se tenía que pasar a la vaginidad”.
-Que sería el orgasmo perfecto, según la teoría.
“Claro. No creo que todo el mundo tenga acceso al psicoanálisis, pero quedó dando vuelta esta idea igual. Es cosa de ver películas pornográficas o cualquier película, donde, más encima, los dos llegan al orgasmo al mismo tiempo, cosa que es muy difícil. Una pareja que ya se conoce hace tiempo, que tiene buen ritmo y sabe cómo excitarse, quizás lo pueda lograr con más facilidad, pero es complicado”.
-¿Es imprescindible el orgasmo para tener una relación sexual buena?
“Más que nada es esta confusión que por no tener un orgasmo vaginal existe un problema. La mujer puede lograrlo antes, durante o después. No hay un modelo. Cualquier orgasmo es bienvenido. Para el hombre es mucho más importante el orgasmo de las mujeres, porque él es más concreto y de resultados, es como ‘ya, a ver, ¿dónde está?’ Le genera frustración”.
-¿Cuánto afectan las películas pornográficas en la noción de sexualidad en pareja que tenemos?
“Eso es súper heavy, porque muchos de estos vacíos de información los hemos llenado con el porno o con cosas que salen en internet, que es un arma de doble filo; tiene cosas súper buenas, pero por otro lado encuentras basura sin un filtro ni saber cómo distinguirla. Con esto, la gente tiene un modelo completo armado, en relación a cómo tiene que ser la sexualidad, cuánto tiene que durar el hombre, cuándo tiene que ser el orgasmo de la mujer, que el hombre siempre tiene que tener ganas, y él y la mujer, físicamente siempre deben estar marcados, con las pechugas perfectas, silicona, todo arriba”.
-Dicen que la masturbación excesiva en la adolescencia podría desembocar en una eyaculación precoz en la madurez. ¿Qué tan cierto es?
“Depende. Una masturbación, como muchos jóvenes la practican, es culposa, encerrado en el baño, bien apurado para que no lo vayan a pillar. Así, claramente está generando un aprendizaje de una eyaculación mucho más rápida. Es como hacer un entrenamiento para una eyaculación precoz. Pero la masturbación propiamente tal no tiene porqué generar eyaculación precoz”.
-Verdad o mentira: ...todo depende de la técnica.
“En términos prácticos, si es que el hombre tiene entre 6 ó 7 centímetros, donde estamos hablando de un micropene, se puede funcionar perfecto. La parte más sensible de la mujer es el clítoris y el primer tercio del tracto vaginal, así que si el pene no llega más allá no tendría mayor relevancia. Aunque a nivel simbólico, a una mujer sí le puede importar estar con un hombre que tiene un pene muy pequeño, por un tema que tiene metido en la cabeza casi que la masculinidad se mide en los centímetros”.
-¿Qué pasa con el sexo en el embarazo? Algunos piensan que puede ser malo para la guagua.
“Si no es un embarazo de riesgo y es normal, se puede tener sexo hasta el último día. Claramente hay algunas posiciones que lo hacen más cómodo y el deseo va variando en la mujer en las distintas etapas. En la primera, generalmente hay mareos y nauseas y no se sienten muy bien. Pero en el segundo tercio, al haber mayor irrigación de toda el área genital, la estimulación se siente mucho más intensa. Hay mujeres que reportaban anorgasmia, y que decían haber tenido el primer orgasmo durante el embarazo. También influye que el hombre se pone más tierno, con expresiones de cariño que no siempre tiene”.
-¿El alcohol afecta el desempeño de una buena relación sexual?
“El alcohol, en bajas dosis, baja la ansiedad, pero en dosis más altas es un depresor. Entonces, claramente juega en contra, y si el consumo es prolongado afectará a largo plazo en el deseo sexual”.
-¿Te refieres a un alcohólico?
“A un alcohólico o alguien que abuse. Es que si pescamos el criterio del alcoholismo, todos somos alcohólicos en Chile”.
-¿Estamos todos jugando en contra de nuestra vida sexual, entonces?
“Sí. El alcohol, el cigarro, el sedentarismo, en general todas las cosas que atentan a la salud también se ven reflejadas en la vida sexual”.
-¿Los afrodisíacos sirven o es otro mito?
“No conozco y sé que no existe ningún estudio científico que demuestre que un alimento tenga propiedades afrodisíacas. Se dan ciertas asociaciones con comidas que tienen forma de genitales o nombres parecidos a cosas del sexo, pero que tengan una acción biológica de afrodisíaco... No sé”.
-Una discusión eterna: ¿la mujer eyacula?
“Hay muy pocas mujeres que lo hacen, aunque no está todavía muy claro qué es lo que eyaculan. Es un líquido parecido a la orina, pero no es orina, es parecido al semen, pero claramente no lo es, no tiene espermios; es un líquido transparente y viscoso. Las mujeres que lo eyaculan lo hacen desde dónde estaría el punto G, que es 2 centímetros y medio en la pared anteroposterior de la vagina.
“La otra vez me llegó una paciente que estaba con una pareja que no entendía porqué ella no eyaculaba. A él, con sus parejas anteriores, le había pasado y no se explicaba porqué ahora no, así que casi que quería poner término a la relación porque creía que ella no disfrutaba el sexo con él. Ella también estaba aproblemadísima, pero hay muchas veces que basta que uno tenga una conversación, informar, normalizar la situación y listo, no existe más el problema”.
-Das por hecho que el punto G existe.
“Hay mujeres que sienten mucho placer en esa zona y las que lo logran detectar dicen que es como un tejido más rugoso, pero que no todas las mujeres lo sienten. Pero no hay que darle tanta importancia al punto G, que al final genera más ansiedad por tener que andar buscándolo... El clítoris es fundamental”.
-¿Las mujeres siguen fingiendo los orgasmos?
“Se da bastante. Entre las condiciones que tengo para hacer terapia está que saquen a los niños de la pieza y que la mujer, si está fingiendo orgasmos, que deje de fingirlos. Es que si quiere trabajar sobre eso no puede seguir engañando”.
-El orgasmo de mentira pasa, entonces, netamente por falta de comunicación.
“Sí, pero es por el hombre que la mujer se siente obligada a tener orgasmos. He visto algunos casos en que ha venido la mujer sola y cuando le digo que la condición es dejar de fingir los orgasmos, no volvió más. Prefieren seguir fingiéndolos, en vez de enfrentar todo el dolor y el tema que implica”.
-¿Pero no es más doloroso no hacer frente al problema y que éste siga dañando a la pareja?
“Hay mucha gente que logra alcanzar un equilibrio y adaptarse a este síntoma, y funcionan bien. Incluso hay parejas jóvenes, sin ningún problema biológico, que reanuncian al sexo. No tienen no más”.
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