Los niños a los que se administra anestesia en más de una ocasión en los primeros tres años de vida tienen un mayor riesgo de padecer problemas de aprendizaje en el futuro, según investigadores de la Clínica Mayo de EEUU.
Un equipo de esa institución encabezado por el anestesiólogo Robert Wilder que aunque una sola exposición a la anestesia no es dañina, más de una casi dobla las posibilidades de que un niño sufra problemas de aprendizaje antes de cumplir los 19 años.
Y ese riesgo aumenta en función del tiempo que se ha permanecido bajo anestesia, señalan en un estudio que se publica en la revista “Anesthesiology.”
Los científicos llegaron a esta conclusión tras analizar las fichas médicas de los 5.357 niños nacidos entre 1976 y 1982 en el condado de Olmsted (Minnesota).
De ellos, 449 fueron anestesiados una vez, cien dos veces y 44 en tres ocasiones antes de cumplir los cuatro años, explicó a Efe el Dr. Wilder.
En el primer grupo los problemas de aprendizaje a una edad media de ocho años -peores resultados en lectura, escritura y matemáticas en relación con su cociente intelectual- fueron los mismos que en los demás niños, añadió.
Pero en los niños que fueron anestesiados en dos ocasiones los casos aumentaron en 1,6 veces y en el tercer grupo fueron del orden de 2,6 veces más.
Pero el anestesiólogo Randall Flick, coautor del estudio, subraya que aunque se ha observado una clara diferencia en la frecuencia de problemas de aprendizaje en los niños que fueron anestesiados, “no sabemos si esas diferencias fueron de hecho causadas por la anestesia.”
"No está claro si es la anestesia, el estrés causado por la cirugía o el problema médico que hizo necesaria la operación el responsable de las dificultades de aprendizaje,” dijo por su parte Wilder.
Sin embargo, “los padres y los médicos deben sopesar esta información junto con las decisiones habituales cuando se trata de operar a uno de sus hijos,” advirtió Flick.
En el pasado, varios estudios han señalado a los anestésicos como causantes de anormalidades en los cerebros de animales jóvenes, pero esta es la primera investigación que sugiere consecuencias similares en los humanos.
Los anestésicos utilizados durante el periodo del estudio fueron el halotano y el óxido nitroso (gas de la risa), y los médicos esperan ahora extender su base de datos en otros diez años (1982-1992) para analizar el efecto de drogas más modernas.
Según los científicos, los cerebros de los bebés son más vulnerables porque crecen de forma dinámica y están en proceso de realizar conexiones entre células.