“¿Cómo hiciste el último balance? ¿A la parrilla?”, pregunta Vanessa Miller a un ejecutivo bancario al iniciar un taller de coaching. Rápido, como buen chileno, el aludido contesta “todavía está en el horno”, lo que provoca la risa de sus colegas.
Lo que puede parecer una simple rutina, copada de anécdotas y chistes, sin embargo, es el camino que están usando muchas empresas para capacitar a sus trabajadores en el control de sus ansiedades y estrés, con el fin de alcanzar un mejor ambiente laboral, mejorar la productividad y fidelizar a los empleados.
Las actrices Vanessa Miller y Cecilia Santelices –la primera no declara su edad porque su madre, Liliana Ross, la sobornó- son unas convencidas de que el humor tiene mucho que aportar a mejorar el ánimo de la gente y por eso, dieron vida, a fines de 2007, a la minipyme
“Liberando estrés” que, paradójicamente en tiempo de crisis, ha sido más demandada (lo que no quiere decir que les negocien más las tarifas).
La idea surgió luego de que Vanessa le comentara a su socia y amiga lo absurdo que había sido que un grupo de ejecutivos se presentara a una clase de yoga no sólo con chaqueta, sino que con la corbata. Eso, sólo les decía que algo mal andaba en ellos, porque no podían adecuarse a las situaciones que los sacaban del esquema.
Convencidas las dos que se puede buscar un camino alternativo para reencontrarse –esto a partir de que ya ninguna de las dos está en la vorágine de la televisión- idearon un curso que utiliza el humor como medio para replantearse la vida.
“El mundo es hiper productivo y si no se logra mejorar la calidad de vida dentro de ese mundo no se alcanza el epicentro del problema; de qué sirve estar meditando en un monasterio. Lo que hay que hacer es meditar mientras se trabaja. Sean contemplativos, sanos, alegres mientras están en el problema”, explica Vanessa.
-¿Eso es un buen reflejo de nuestra dualidad? Trabajamos a full y después uno se desconecta para hacer Pilates.
C: “En buen chileno, eso de ser extremos, es ser como bipolar. Algunos, en su vida más privada son súper zen, pero cuando están en el otro personaje, son diábolos. No están integrados, no tienen armonía entre una cosa y la otra. Lo que se necesita es que sea una cosa de vida”.
-Ustedes ligan este camino al humor. ¿Por qué?
V: “El humor es la pieza fundamental, es el pilar, el conducto. El humor es muy efectivo; Joel Bergman dice que diversión viene de abrir el vértice, es decir, cuando se tiene una visión sesgada o apretada hay que intervenir para abrir la perspectiva. Así concebimos el humor”.
-¿Cualquier humor?
V: “Nosotros proponemos que sea un humor reflexivo, que no sólo sea evasivo o pasatista. Nosotros hacemos diversión con contenido porque no nos interesa convertirnos en otro champañazo organizado por la empresa. No se trata de hacer una charla motivacional donde después uno se va y todo sigue igual y se tienen los mismos problemas. Queremos dejar herramientas”.
-¿Y los chilenos estamos evasivos?
C: “Sí, el humor que prima en el último tiempo es súper anestésico, no es un humor para pensar. Es una inyección de endorfinas con la que uno se ríe harto rato, con la risa se relajan y si eso va a acompañado de harto cigarro y trago, mejor”.
-O sea, ustedes van al cuestionamiento.
V: “No sé si cuestionamiento, pero sí revisión, porque probablemente lo primero ya está. Cuando alguien está en una situación de estrés es porque hay algo que no le cuadra, porque sino se sigue fluyendo. Si uno se estresa, es porque algo se tensionó. Lo que hacemos es revisar, abrir la perspectiva a través del humor. Revisamos, no siempre desde la crítica establecida, pero nos permitimos ser críticas.
“Recuperamos el pensamiento crítico que es algo como mal visto. Y lo hacemos desde un lugar liviano”.
-Partieron hace dos años, ¿la crisis actual ha implicado un cambio en las necesidades de las empresas que recurren a ustedes?
V: “No, no es lo mismo, el escenario es súper particular. Bueno, todos están haciendo más pega por menos plata, pero afortunadamente no todas las empresas están en ese paradigma”.
C: “Ha cambiado en el hecho de que hasta hace poco tiempo estaba centrado este taller en la capacitación y ahora, se pone los ojos en fidelizar a los que están, a los sobrevivientes, que enfrentan un ambiente interno espantoso, con una movida de piso que los hace trabajar con una inseguridad horrible. A lo que no han despedido necesitan que trabajen bien”.
-¿Pero hay más inseguridad, entonces?
V: “En el fondo, este proceso (la crisis) es sanador. Estamos en el momento crítico, está saliendo a flote un síntoma que requería salir. Inseguridad hubo siempre porque nadie tiene comprado nada, pero hoy está saliendo. Estamos transparentando algo, como se dice en coaching, una realidad que da cuenta de un ser vulnerable, dependiente de un orden de cosa. Todos nos estamos cuestionando muchas cosas, no sólo cómo producimos.
“Efectivamente, el primer síntoma es tratar de apretar las clavijas, exacerbar los problemas”.
-¿Cuál es el denominador común que más les aparece en sus dinámicas?
V: “Comunicación. Las vías de comunicación, el estilo, los accesos, la efectividad en la comunicación necesita revisión tanto con la empresa como uno mismo. Una vez nos tocó un grupo de ejecutivos secos, que se habían ganado todos los premios, con un 98% de efectividad y eran súper infelices. Estaban mucho más angustiados que los que no conseguían las metas. El líder del grupo reconocía que no disfrutaban nada, o sea, no conseguían, en una conversación consigo mismo, disfrutar ese éxito.
“Después vienen otros temas; cuerpo, alimentación, ejercicio, espacio mínimo para... buffff (expira) respirar. El plano espiritual lo empiezan a perder”.
Vanessa hace un alto y vuelve al grupo de ejecutivos. “Si no construimos, realmente, una sociedad mas solidaria, estamos perdidos. Si las empresas no asumen, voluntariamente, un rol de responsabilidad social no tenemos futuro. Creo que el empresario se está dando cuenta que el afán por el beneficio no está construyendo un mundo que a él, como ser humano, lo va a tranquilizar. Debe ser para todos, porque no le sirve a unos pocos”.
Cecilia agrega: “La primera empresa con la que uno tiene que ser solidario es uno mismo. Uno como individuo tiene que creer en las posibilidades de cambio y de herramientas. Hoy prima el que las personas son por lo que tienen, o sea, si perdiste la tarjeta de crédito te quedaste sin el ser”.
-Supongo que dejan tareas a los grupos, ¿qué es lo que más recurrentemente están recetando?
V: “¿La prescripción?(se ríe) Revisar, primero, la conversación interna, la personal; entregar información concreta y ojo, con la realidad que elegimos crear con el lenguaje. Se trata de ser más efectivo en el objetivo, neutralizar el juicio y atenernos a los hechos”.
-¿Supongo que en liberando estrés el cuerpo tiene mucho que decir?
V: “Ufff, es impresionante y estamos usándolo poquísimo. Piensa que esto nació porque a mí me llamaron para hacer clases de yoga. Yo llegué con los mat (colchonetas) y me encontré con un grupo de corbata; eso no tenía sentido. El yoga es abrir la dimensión de las cosas, entrar en una frecuencia de diversión que es un punto de encuentro con los demás que es súper creativo”.
-¿Además de la corbata tenían sobrepeso? ¿Es tan así que el estrés nos lo estamos comiendo?
V: “Así es. El punto es darse cuenta, el despertarnos es el primer paso. Y por eso nosotros hemos desarrollado un programa a aplicar cuando estás sentado frente a la computadora”.
C: “Esto demuestra que el abandono del cuerpo es impresionante y después se buscan soluciones parches con lipos y silicona. Hay que preocuparse del cuerpo no porque tienes un rollo sino porque es parte de tu integridad. No hay claridad de para qué sirve el cuerpo, no es para que te quede bien el cinturón... nos acordamos de él cuando el pantalón no te cierra. Se trata de calidad de vida”.
-¿Y hay algunos secretos que puedan ayudar en todo esto?
V: “Hay dos, la alimentación y la respiración. La respiración es fundamental, es el cable a tierra, porque esta es la fuente de la vida. Hay que estar revisándola porque afecta el estado de ánimo.
“Y la alimentación incide en el metabolismo y por eso recomendamos comer cosas que son relajantes como el plátano, los frutos secos como almendras y nueces, germén de trigo, leche, espinacas, infusiones de toronjil. Pero no se trata de cambiar toda la dieta, sino que de mirar qué estamos comiendo y ver qué te hace bien. Si cuidai el auto, lo mínimo es hacer lo mismo con el cuerpo”.
Vanessa aporta una reflexión final que está relacionada con el nombre de su pyme: “¿Qué tan libre soy en este loco mundo? Las personas que abordan con esa perspectiva sus metas y exigencias, que dejan el miedo, consiguen mejor ser más efectivos. En la medida que se logra parar y se deja de estar alienado, se avanza”.
“Se trata de auto rayarse la cancha, hasta aquí llego y lo aplicas para todo”, concluye Cecilia.