“Cualquier cosa que tengas que perseguir en la vida va a huir”. Ese es el primero de cien Principios de Atracción que Sherry Argov recopila en su libro “Por qué los hombres aman a las cabronas” (Editorial Diana), en una suerte de “El Secreto” para evolucionar de mujer tapete a “chica de ensueño” o más exactamente, a una “cabrona”.
Argov, una estadounidense, personalidad en la radio norteamericana, ofrece esta guía dirigida a aquellas mujeres que son “demasiado buenas” y que no comprenden por qué tras haberse entregado por completo para que el interés o el amor surgiera en un hombre, éste parece sólo acordarse de ella, luego de que el partido de fútbol se suspendió, la fiesta con los amigos se canceló y su televisor perdió la señal del TV cable.
“El éxito en el amor no se basa en la apariencia; se basa en la actitud” es el mensaje que recorre todas las páginas del texto, escrito tras cientos de entrevistas en las que los consultados masculinos coincidieron en describir como “desafío mental” a las mujeres que se muestran independientes, no necesitadas, y cuyo sinónimo se asoció al de “cabrona”.
“Una de las cosas que las mujeres deben cambiar es la noción de lo que es una cabrona. Ser cabrona es bueno. La cabrona es tan dulce como un durazno; sonríe y es femenina. Sólo que no toma decisiones basadas en el miedo a perder a un hombre (...) no está dispuesta a abandonarse”, explica la autora, quien aclara que esta manera de desenvolverse no significa manipular al hombre ni ser insolente con la potencial pareja.
Por ejemplo, así como advierte no revelar traumas de la niñez ni hablar de temas muy profundos en la primera cita, aconseja no pasar en auto por delante de la casa (ni lento, ni rápido, ni con las luces encendidas o apagadas) para ver si él está ahí, así como tampoco ser siempre la que va hasta a su casa, ni devolverle enseguida las llamadas perdidas o responderle inmediatamente los mails. “Él tiene que entender que tienes una vida... todos los días”, señala.
Si queda alguna duda acerca de cómo es una cabrona, Argov entrega 10 características de su femme fatale:
1.- Mantiene su independencia: Gane el sueldo que gane, ella gana su dinero trabajando y no le pide plata a su pareja para comprarse sus cosas.
2.- No lo persigue: El clima del día no va a cambiar a nublado con precipitaciones si no hay noticias de él o si no están sus brillantes ojos al frente.
3.- Es misteriosa: Honestidad no es lo mismo que divulgar los detalles de la vida personal. La previsibilidad aburre.
4.- Lo deja queriendo más: La cabrona no deja 10 mensajes en el celular como el detalle lindo, ni aparece de sorpresa a la salida del trabajo. Es ella la que debe ser objeto de deseo.
5.- No permite que él la vea pasando un mal rato: La astucia de la cabrona la aleja de él cuando está molesta, porque sus sentimientos le pueden jugar una mala pasada. Ella regresa cuando su mente está clara y le permite ser breve y darse a entender con razones.
6.- Tiene el control de su propio tiempo: Cuando ella funciona a cuerda, no cambia su sistema de maquinaria para usar pilas, menos las de él. La cabrona se toma las cosas con calma y no cede ante la motivación excesiva del hombre que va rápido y quiere una relación antes de tiempo.
7.- Mantiene su sentido del humor: Conservar la faceta hilarante de la propia personalidad es una forma sana de mantener la independencia. Pero cuidado con tomar a la ligera y celebrar con el buen humor las faltas de respeto.
8.- Se siente valiosa: Cuando otra mujer aparece en la escena, la cabrona no compite con ella, haciendo que el foco de atención se centre en la nueva presencia. Tampoco le da vergüenza que le digan lo linda que se ve, ni anda averiguando las bondades y defectos de la ex novia de su cita.
9.- Siente pasión por cosas no relacionadas con él: Se trata de ser algo interesante, conservando el mundo propio. Él ya se tiene a él mismo para preocuparse de su persona y de lo que le interesa.
10.- Trata a su cuerpo como a una máquina bien afinada: La cabrona proyecta el respeto propio en su exterior y mantiene sus gustos en la manera de vestirse o maquillarse, aunque a él no le gusten.
Para sentirse bien con ella misma, una cabrona no depende de un gran escote, una micro-mini-falda o el nuevo brillo labial que aumenta 10 veces el tamaño de la boca, con destellos multicolores que lo dejarán ciego de amor a la primera sonrisa . “Depende de quién es ella. ‘¡Debe aceptarme tal como soy!’, dice la mujer que es demasiado buena. ¿Aceptarte? No, querida, estás mal. Debe estar enloquecido por ti (...) Él acepta un tapete. Pero desea a la chica de ensueño”, asegura Argov.