Vivir en la ciudad se ha convertido en una amenaza para la piel. Tanto por el esmog como por las temperaturas controladas, que contribuyen a disminuir sus defensas. Pero también existen otras amenazas tan poco consideradas como desconocidas, como las ondas del celular y las que producen los computadores y la televisión. Estos son los nuevos enemigos de la piel, conocidos como los "agentes electroesmog".
"La polución electromagnética, o electroesmog, comprende la totalidad de los campos eléctricos, magnéticos y electromagnéticos, generados por fuentes naturales o técnicas", explica el dermatólogo Patricio Figueroa. "Claro que existen diferencias. Un ejemplo de electroesmog de baja intensidad es la electricidad; uno de alta frecuencia, los celulares".
Lo que hacen las ondas del celular, agrega, es que pueden aumentar las células llamadas mastocitos, que participan en los procesos alérgicos. También se pueden producir proteínas del estrés, y alterar la inmunidad de la piel, además de dañar parte del ADN.
De acuerdo con investigaciones desarrolladas en el extranjero, lo primero que se observa como consecuencia de una exposición constante al electroesmog es un aumento de los radicales libres, y, si la exposición es continua, una disminución de un 25 por ciento de la renovación celular. Por lo mismo, al acelerar el proceso de oxidación de las células, los resultados son manchas, arrugas y fragilidad de la piel.
Otros factores amenazadores son el aire acondicionado o la calefacción, ya que favorecen la evaporación de la piel y la pérdida de humedad de la misma. Por eso la piel se seca. Al encontrarse siempre expuesta a temperaturas reguladas artificialmente, pierde defensas y se rompe su equilibrio. Por lo mismo, al mantener una temperatura constante que no es la real, en lugar de que la piel se refuerce y rejuvenezca, se logra justo el efecto contrario: que los signos del envejecimiento aparezcan de forma prematura.
La dermatóloga de la Clínica Alemana, Tatiana Riveros, señala que si bien los efectos del eslectroesmog aún no están totalmente comprobados, es importante que las personas expuestas a ambientes con mucho esmog se preocupen, especialmente, de la limpieza de su rostro. "Quienes trabajan en el centro, por ejemplo, debieran lavarse en las noches la cara con soluciones de limpieza suaves y luego, aplicar una crema liviana".