“Yo no sé si tengo instinto maternal”. Apenas tiene 23 años, pero Francisca se muestra decidida a no tener hijos. Es un tema conversado con su pololo, quien la apoya en la decisión de preocuparse de sus intereses, de sus proyectos, por sobre la opción de convertirse en padres. “Los hijos son muy caros”, dice.
Opciones como éstas se ven reflejadas en estudios, como el realizado en 2007 por el Centro de Políticas Públicas de la Universidad del Desarrollo, donde se asegura que Chile enfrenta “un nivel de natalidad que no es suficiente para la reposición poblacional” y que hoy se encuentra en un promedio de 1,9 hijos por mujer, muy diferente a la década del ’50, cuando era de 4,6.
“El aumento de mujeres que optan por no ser madres está relacionado a que ellas privilegian su desarrollo como persona, más que el carecer del instinto maternal”, explica la psicóloga educacional y clínica infantil, Esther Morales, quien afirma que esta conducta “es muy válida en los tiempos que corren”.
El mismo estudio del 2007 da ideas del contexto en el que se evalúa actualmente la opción de la maternidad, con un 56% del total de los encuestados que se identificaron con la afirmación “voy a tener los hijos que me permitan darle una buena educación”, siendo éste el factor más relevante para decidir tener descendencia, según el 60% de los encuestados.
Fecundidad en baja |
El último reporte de la INE mantiene la tasa de 1,9 hijos por mujer, cifra que se ha mantenido en los últimos 3 años y que representa una caída del 59% en los últimas seis décadas. La diferencia es más notoria al compararse los resultados de 1960, 1961 y 1962, en que el promedio de nacimientos llegaba al 5,4 por mujer.
|
Las cifras y estadísticas también señalan otros factores, al revisar el análisis que el Servicio Nacional de la Mujer realizó sobre el último Informe Anual de Estadísticas Vitales entregado por el INE, y que indica que “la fecundidad no es sólo el resultado de factores biológicos (…) influye un conjunto de factores estructurales e individuales relacionados con las políticas nacionales de población, las políticas de salud en general y de salud reproductiva en particular, las condiciones de vida de las parejas y en especial de las mujeres, tales como la educación, la actividad económica y el ingreso”.
En la minuta del Sernam se asegura que la baja tasa de fecundidad en Chile tendría relación con una serie de factores que conforman la realidad de las chilenas, y que van desde los derechos pre y posnatales, con contratos que los cubran, hasta la brecha salarial entre mujeres y hombres: “ Las mujeres reciben el 84.7 % del sueldo de los hombres por igual trabajo, aduciendo razones como que las mujeres son más caras para las empresas, debido a sus licencias médicas, por enfermedades de los hijos y embarazo, etc.”.
“Hay varios motivos por los que una mujer no siente el llamado del instinto maternal. Pueden ser personas traumadas, gente que ha sido maltratada por sus propias madres o abandonadas. Pero cuando una mujer es sana y normal, tiene un deseo de criar a sus hijos, de ser cariñosa. Otras, toman como opción de vida no tenerlos”, cuenta Morales
Y agrega: “Estamos en el tercer milenio. La humanidad ha avanzado mucho y el rol de la mujer también. Pero hay mujeres que simplemente no quieren traer hijos al mundo porque no les gusta el entorno que los va a recibir; les da una sensación de inseguridad y, por otro lado, otras privilegian su desarrollo como persona, estudiar, trabajar o tener simplemente una pareja, sin que haya una necesidad de procrear hijos”.