En la batalla por conseguir un cuello terso y sin imperfecciones, hay tres enemigos contra los cuales ninguna artillería es ciento por ciento eficaz: la genética, el paso de los años y la gravedad. Son estos factores los que determinan el ritmo y nivel de deterioro de su piel.
La buena noticia es que con algunas artimañas, y sin necesidad de recurrir al bisturí, estos efectos negativos pueden atenuarse, lo que es relevante, "porque la piel del cuello envejece más rápido que la del rostro", advierte la dermatóloga de la Clínica Las Condes Patricia Apt.
El cuello es tan delicado como los párpados de los ojos, y tiene características particulares que han obligado a la industria de la cosmética a desarrollar productos específicos para esta zona. Cremas cuyo objetivo principal es generar más tonicidad y mejorar la elasticidad cutánea.
Es un error pensar que el cuello no requiere los mismos cuidados que el resto del cuerpo, y que cualquier humectante y limpiadora facial sirve para tratar esta zona. La piel del cuello es menos tolerante que la del rostro, por lo que requiere el uso de fórmulas más suaves: "Lo recomendable son productos ligeramente ácidos, de bajo potencial exfoliativo y que tengan una base cremosa para que la hidratación dure por lo menos 12 horas", explica el dermatólogo y director médico de Vitaclinic, Víctor Hugo Correa.
"El cuello es una piel de transición, que está entre la facial y la del tronco", destaca la doctora Apt. Y una "zona bisagra", como la denomina la cosmetóloga María Olga Estrada, porque realiza rotaciones, expansiones y contracciones.
Además de ser una piel muy fina, tiene menos glándulas sebáceas que otras partes del cuerpo, lo que se traduce en una menor cantidad de grasa, componente esencial del film hidrolipídico que protege a la piel de los factores ambientales. "Y en cuanto al daño producido por el sol o fotodaño, hay que considerar que el cuello tiene menos melanocitos que la cara, lo que implica una menor capacidad para el bronceado, protector de la piel frente a la radiación ultravioleta", dice Patricia Apt.
Los aliados: péptidos, láser y radiofrecuencia
Entre los 30 y los 35 años comienza a evidenciarse el deterioro progresivo de la piel, que puede manifestarse en arrugas, flaccidez y/o papada. La clave es prevenir, y mientras antes mejor. Sólo bastan tres gestos esenciales: limpiar, "haciendo hincapié en el ángulo cuello-oreja, una zona que acumula mucho sebo", advierte María Olga Estrada; hidratar, desde el centro hacia el lóbulo de la oreja y de ahí hacia abajo, jamás hacia arriba; y aplicar protección solar alta.
Al uso de hidratantes se pueden sumar mascarillas de acción más profunda. "Y a partir de los 35 años, sustancias antiaging con retinol, vitaminas, antioxidantes y agentes tensores", recomienda la doctora Apt.
"Pero la tendencia mundial en materia antienvejecimiento son los péptidos", destaca María Olga Estrada, proteínas naturalmente presentes en los tejidos, cuya función es dar la voz de alerta a la dermis (capa más profunda de la piel) de que la epidermis (capa superficial) necesita reparación.
Más allá de las cremas, hay daños que pueden tratarse con otras técnicas. Patricia Apt recomienda el láser Fraxel, un procedimiento no invasivo que atenúa los signos del envejecimiento realizando una exfoliación de las capas superficiales de la piel. Su bajo impacto en la zona tratada no obliga a la persona a suspender su vida diaria.
Y entre los tratamientos para mejorar la elasticidad de la piel del cuello, Víctor Hugo Correa destaca el Viora Reaction, un procedimiento a base de radiofrecuencia que llegó a Chile hace sólo dos meses. Trabaja con la aplicación de ondas que acceden a las capas más profundas de la dermis. Este tratamiento permite "reafirmación, mejoramiento de la apariencia y la luminosidad del cutis, además de tonificación del tejido dérmico", asegura el especialista. "El resultado es notable y duradero en el tiempo si el paciente realiza sus mantenciones".
Lo que debe saber:
-La crema hidratante se aplica idealmente después de la ducha para que el producto penetre mejor. En el cuello y escote es recomendable usar una crema ligeramente más pesada que la facial.
-No es aconsejable exfoliar seguido la piel del cuello, ya que es muy sensible.
-No use cremas que contengan cristales; prefiera productos con ácido glicólico, ácido láctico o una combinación de ambos.
-Nuestra postura y el cómo dormimos (con o sin almohadas) no tienen una incidencia en la calidad de la piel del cuello.
-Los perfumes manchan nuestra piel, sobre todo si tienen bergamota.
-Existen varios ejercicios que ayudan a tonificar el músculo platisma del cuello. Uno consiste en intentar tocar la campanilla con la punta de la lengua con la boca cerrada.
-Un buen tratamiento casero para eliminar las células muertas del cuello es la leche natural de soya mezclada con avena. Para un cuello más terso, aplique una máscara de clara batida y déjela actuar durante la noche.