Lidiar con el cambio de relación que proponen los adolescentes, ahora más cuestionadores, críticos y rebeldes, difíciles de abordar, lleva a sentirse sobrepasado(a), desbordad(a) o impotente.
Puede ser muy aliviador tanto para los padres como para los hijos que los adultos, también estén dispuestos a aprender y mirar que está pasando en la interacción con los hijos.
Cuando una persona tiene un problema que lo tiene intranquilo, complicado, débil, aislado, angustiado o asustado no es porque esté enfermo o “loco”. Puede ser que esté desorientado y necesitado de ayuda en la relación consigo mismo/a, sus emociones, sus relaciones familiares, de pareja, de amistad, de estudio y/o de trabajo.
La personas no siempre entendemos ni podemos identificar con claridad lo que nos sucede, esto se hace aún, más difícil, en la adolescencia. Un psicólogo que trabaja con adolescentes, es un profesional que ha estudiado con profundidad los procesos confusos y difíciles que ocurren en esta etapa, sabe como ayudar a los jóvenes y trabajar con los padres. A veces tenemos la necesidad interior de cambiar, pero no sabemos cómo hacerlo. Pedir ayuda puede ser un signo de fortaleza, para aclararnos y encontrar el camino propio para sentirnos mejor con nosotros mismos.
La tarea del psicólogo es ayudar a cambiar al paciente en lo que el siente que necesita modificar, no juzgarlo ni decir que es lo que tiene que hacer. Mediante la psicoterapia se pueden modificar aquellos aspectos que hacen sentir mal, que causan malestar e impiden avanzar.
La idea es que las soluciones surjan desde adentro, en espacio protegido, basado en la discreción y el secreto profesional. Se trabaja para que el adolescente tenga un espacio propio para reflexionar acerca de si mismo, sus relaciones, conductas, pensamientos y sentimientos.
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Si un adolescente no quiere acudir a terapia pueden ir los padres para comenzar. Se puede ayudar ya sea viendo directamente al adolescente y a sus padres o sólo a los papás. En algunos casos, los conflictos se resuelven con orientación parental. También este puede ser un punto de partida, se trabaja con los padres y después se invita al adolescente a sesión. Muchas veces ocurre que al interactuar, el joven va pudiendo entender poco a poco su necesidad de ayuda, siempre y cuando se sienta entendido y no criticado por los adultos.
Existen distintas formas de recibir ayuda psicológica, la idea es que se pueda ayudar tanto al hijo como a los padres. Puede tratarse de una terapia individual para el adolescente con sesiones vinculares o familiares y/o de grupo de pares, dependiendo de la problemática. Se espera que sea posible, encontrar una situación de equilibrio, para que padres e hijos puedan afrontar mejor esta época de confrontaciones y cambios.
Los padres puede pedir ayuda psicológica para si mismos respecto de sus hijos cuando sienten que necesitan orientación y guía. Resultan muy difíciles las relaciones al interior del hogar, no saben como comunicarse con sus hijos. Tienen la sensación de que algo anda mal, dudan de su desempeño como padres. Les resulta difícil poner límites de manera adecuada.
Los adolescentes o los padres puede pedir ayuda psicológica cuando el estado de ánimo está afectando negativamente el funcionamiento en el ámbito escolar, familiar o social y/o se observan frecuentes arranques de ira y/o malhumor. Si se presentan estados depresivos, mostrando una actitud negativa, con frecuencia acompañado de falta o aumento de apetito, dificultad para dormir e ideas relacionadas con la muerte. Cuando hay baja autoestima, auto reproches, conductas autodestructivas o hay aislamiento, sentimientos de soledad, timidez, dificultad para incorporarse a los grupos, conflictos en la relación con los pares, o con el sexo opuesto. También cuando se observan conductas adictivas en relación al alcohol, las drogas y el uso de Internet.
Si existe desorientación vocacional, dificultad para encauzar la propia vida o enfermedades psicosomáticas como cefaleas, intensas gastritis, colon irritable y/o trastornos de alimentación como la anorexia, bulimia y obesidad también debiera consultarse.
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