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“Hay que seguir el sueño y perseverar”

La periodista chilena, corresponsal de CNN en Español y Univisión, en Los Ángeles, puede mostrar una exitosa carrera después de años de esfuerzo, trabajo y tozudez.

27 de Agosto de 2009 | 08:42 |
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Es el vivo ejemplo del sueño americano hecho realidad. Terca y porfiada, como ella se define, viajó a Estados Unidos siguiendo un amor, pero con la mente fija en la idea de desarrollarse profesionalmente en lo que era, periodista de televisión.

Por eso, pese a todas las dificultades –no saber inglés-, cuando empezaron a aparecer las primeras piedras en el camino no quiso volver. ¡No lo haría fracasada!

Así es Nazeli Nazar, una de las pocas chilenas que trabaja hoy para CNN en Español y que simultáneamente también hace producciones para la cadena Univisión. Radicada en Los Ángeles, donde se codea con personajes del espectáculo, mantiene una añoranza por el terruño que en estos momentos la hace plantearse la posibilidad de regresar.

Aunque nació en Santiago, sus padres migraron a Antofagasta preocupados del ambiente político en plena UP. Allá se hizo de sus mejores amigos, que mantiene hasta hoy, estudió periodismo en la Universidad Católica del Norte y tuvo sus primeros trabajos en un diario local y en Telenorte.

Conducir el móvil, cargar la cámara, los focos, producir, editar y escribir en ese entonces nunca tuvieron el valor que luego adquirieron cuando postuló a un cupo en Telemundo, donde la pusieron a prueba en todas las áreas. “En los medios chicos tienes que hacer de todo, lo único que me faltó fue limpiar los baños del canal”, dice entre carcajadas.

-¿Periodismo era tu sueño?
“Siempre me gustó, pero quería estudiar leyes, era humanista. Pero estudié historia el primer año porque no me dio el puntaje para entrar a periodismo, me porte súper porra en el colegio y no me alcanzó, no más. No le daba mucha bola a la PAA y la verdad es que entré a la UC del Norte porque me dieron una mitad de beca artística por canto”.

-¡¿Cómo?!
“Sí, desde chica. Vengo de una familia de músicos, mi padre era violonchelista de la Orquesta Sinfónica y director de orquesta y mi mamá era cantante y violinista. De hecho fue solista de un grupo folclórico de los 60. Y mi hermana está casada con un cantante de ópera.
“Yo empecé a cantar a los 11 por osmosis, porque escuché música toda la vida en mi casa; fui solista en el coro del liceo y aprendí todo lo vocal. Hace pocos años, estudié en Estados Unidos ópera”.

Su segunda pasión le ha permitido en los últimos 18 años hacer notas y reportajes sobre música clásica para los medios americanos, razón por la cual dice ser una agradecida de la amistad de Plácido Domingo y otros operáticos.

Antes de emigrar a EE.UU. hizo una parada en los canales de Santiago. Partió como periodista policial y después editora periodística en el matinal de Jorge Rencoret del antiguo Chilevisión, en 1984. Después la mítica Nora Ferrada se la llevó a TVN a trabajar en el programa de César Antonio Santis en “Porque hoy es sábado” con Cecilia Bolocco. “Le escribía los tarjetones que ella leía cuando recién venía llegando del concurso de Miss Universo”, recuerda.

-¿Ese fue el punto de partida para irte?
“No, estaba “En familia” con Paulina Nin de Cardona cuando me vino la locura temporal (se ríe), en 1989...”

-¿Cuál fue esa locura temporal?
“Estaba un día en el canal y me entra una llamada telefónica de mi primer amor. Cuento corto, venía a Chile después de 20 años y me buscó en Antofagasta donde le dijeron que estaba en TVN. Me vino a ver en mayo, me invitó a irme con él y en octubre, estaba allá”.

-¿A la suerte de la olla?
“Absolutamente. Me había recién separado, venía saliendo de un matrimonio un poco traumático entonces, sentí que la vida me estaba diciendo que debía dar vuelta la página. Renuncié al canal, vendí el auto, regalé mis cosas y me subí al avión”.

Llegó a Dallas con las ganas de retomar su carrera. Se puso como objetivo tres metas: aprender bien inglés, trabajar como periodista y no sólo eso, sino que en un canal gringo. Aún así, los primeros tres años fueron muy traumáticos porque por impulsiva, partió sin averiguar que podía llegar a EE.UU. con visa de periodista, cuestión que le habría facilitado las cosas (los papeles de residencia los obtuvo recién después de casarse con ese amor de juventud).

-¿Qué hiciste esos 3 años?
“Primero deprimirme, no tenía escapatoria, estaba en medio del campo con las vacas. Después, mi primer trabajo fue cosiendo muñecas, pega que me consiguió una amiga mormona y de ahí pasé a vender avisos en una suerte de diario local como el Datoaviso”.

-Te ibas acercando al periodismo.
“Sí, pero la experiencia fue increíble. El diario tenía serios problemas porque los clientes no pagaban más; hablé con el dueño, le propuse crear una oficina de cobranzas y le di hasta la fórmula para poder hacerlo. Al final recuperé mucha plata y el dueño me ofreció ascenderme, pero la verdad es que no acepte porque quería volver a lo mío”.

En un intempestivo viaje a Los Ángeles, donde se iban a juntar un grupo de primos Nazar, conoció a José Luis, el empresario chileno que hizo una fortuna con cursos de inglés y ha donado muchos millones para la Teletón. Éste le propuso que, como periodista, se hiciera cargo de la producción de sus comerciales para televisión.

Se trasladó con marido y todo, y comenzó a trabajar con su primo. Al poco tiempo dijo adiós a su segundo matrimonio, pasó a la empresa de Nazar que se dedica al call center, y al tiempo, en 1995, tomó una oportunidad en Telemundo.

-¿Cómo lo hiciste?
“Trabajar con un familiar, a pesar de lo mucho que lo quiero, es difícil, así que hice mi currículo y lo entregué en los canales que había. Me llamaron de Telemundo, yo creo, porque la mujer que estaba a cargo pololeaba con un chileno, me hizo salir con quien es hoy uno de los hombres anclas de CNN en Español y luego de presentarle mi trabajo me dijo que empezaba como freelance al día siguiente”.

-¿Y Univisón?
“Conocí a una editora que me contó que buscaban una periodista para un programa magazine llamado “Primer impacto”. Así, en 1997, comencé a hacer notas de moda y espectáculo y me quedé hasta el día de hoy”.

Esto le ha permitido tener que hacer entrevistas a famosos como Schwarzeneger, Benicio del Toro, Jim Carrey, Charlize Theron, Nicole Kidman, Gael García y Jennifer Lopez y mantiene contacto fluido con Cristián de la Fuente y su señora Angélica Castro.

A CNN en Español arribó un año después, porque en un ascensor conoció a un camarógrafo que le contó que buscaban a una reportera de noticia duras. A la semana, él murió en un accidente en moto y a ella la contrataron como freelance. “No soy una persona religiosa, pero creo que en la vida se te presentan ángeles”, dice al recordar esa circunstancia tan fortuita.

“No les importa lo que fuiste antes; si tú sabes hacer lo que ellos necesitan, estás adentro”, afirmar Nazeli.

-¿Pero hay suerte de por medio?
“No, un poquito de todo, pero hay trabajo. Cuando uno está en situaciones extremas, cuando te sales de la zona confortable, que en mi caso fue dejar Chile, entras a un terreno hostil y lo único que te queda es caminar para adelante. Como dicen los cubanos pa´ atrás, ni pá coger impulso. No te queda otra; yo no me iba a devolver a mi país sin hablar inglés y haber trabajado de periodista en un medio americano. Hoy, 20 años después, ya lo tengo”.

-¿Tu personalidad te acompaña? Tomas las oportunidades.
“Claro, siempre fui bien lanzada, arriesgada, desde chica, pero cuando estás afuera se te abre un mundo y o decides pegarte el salto o te devuelves a lo conocido. Y conozco muchos que lo hacen.
“Fui súper porfiada, súper terca”.

-¿Te ha pesado el desarraigo?
“Me pesa... me pesa que mis padres se ponen más viejos, de que mis hermanos tienen hijos y tú no los ves crecer”.

-¿Qué te mantuvo a flote?
“Que estaba haciendo lo que me gusta, trabajando en lo mío. Si bien los primeros 3 años fueron difíciles, me mantuvo la tenacidad, me mantuvo el que dije no me vuelvo toda cag...”.

Hoy, se cuestiona ese desarraigo y cree que probablemente se acerca el tiempo de volver. Aunque tiene muchos amigos en L.A., reconoce que el hecho de no tener hijos ni haber formado una familia allá, le permiten pensar en regresar ahora que su madre está enferma.

Se siente americana, pero sabe que sus raíces están acá y aunque es latina, nunca se ha sentido discriminada por ello, por lo que no constituye una razón para apresurar un regreso a Chile.

-¿Cuál es la receta?
“Seguir el sueño y perseverar”.
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