Chinos usan diversos métodos para eludir la política del hijo único.
29 de Julio de 2009 | 08:29 |
No deja de sorprender que mientras en Chile la tasa de natalidad de 1,9 preocupa a ciertos sectores, pero aún no provoque medidas para revertir la tendencia, al otro lado del orbe, las autoridades chinas endurezcan las medidas de control de natalidad.
En los últimos meses, las autoridades chinas han detectado que sus ciudadanos están usando diversos caminos para violar la ley que establece el nacimiento de un hijo por matrimonio, so pena de tener que pagar grandes multas si se viola y que, en definitiva, implica amplias políticas de aborto.
De hecho, hace pocas semanas se denunció que las celebridades chinas han cambiado su nacionalidad o dado a sus hijos una nacionalidad extranjera para eludir la política de tener sólo un hijo.
"Pekín impondrá multas a celebridades que violen la regla del hijo único, que serán mucho más altas que las de los ciudadanos comunes", dijo la agencia de noticias Xinhua, citando a un alto funcionario de planificación familiar.
Medidas previas, lanzadas en septiembre por la Comisión Nacional de Población y Planeamiento Familiar y otras 10 agencias, también destacaron la necesidad de la elite de participar en el control de la población del país.
La política del hijo único fue establecida a finales de la década de 1980 en China para frenar la superpoblación de este país, que confía en estabilizar con ella su población antes de mediados de este siglo. Hoy, las autoridades dicen que las leyes de planeamiento familiar evitaron 400 millones de nacimientos y, por lo tanto, fomentaron la prosperidad en un país que ahora tiene 1.300 millones de habitantes, un quinto de la población mundial.
Pero esta política también exacerbó un desequilibrio de género. El acceso a pruebas de ultrasonido y abortos por selección de género dieron por resultado el nacimiento de 118 niños por cada 100 niñas, lo cual potencialmente amenaza la estabilidad social porque los hombres tienen más dificultad para casarse.
"En los últimos años, más celebridades como estrellas del cine o del deporte sufrieron críticas de la prensa por el tamaño de sus familias", dijo Xinhua, nombrando a una estrella del fútbol que recibió una multa de 50.000 yuanes (unos 7.000 dólares) por tener un segundo hijo.
"Su salario anual es de 5 millones de yuanes, uno de los más altos para un jugador de fútbol en China", dijo Xinhua.
Viajes al extranjero
Asimismo, la Comisión Nacional de Planificación Familiar de China, responsable de ejecutar la política del “hijo único,” denunció que muchas familias ricas violan esa ley teniendo a sus hijos fuera del país, por lo que dictará leyes para limitar esta práctica.
Muchas madres embarazadas viajan, por ejemplo, a Hong Kong -que funciona de forma independiente en cuestiones sanitarias y no aplica la política de un solo hijo- para dar a luz allí, algo que ha producido saturación en los hospitales de la ex colonia.
"Debido a la creciente movilidad de los ciudadanos chinos y a las transformaciones sociales, se ha vuelto más complicado regular la política,” destacó en una entrevista al diario “China Daily” Zhang Weiqing, antiguo director de la Comisión Nacional de Planificación Familiar.
Zhang se quejó en concreto de la elevada cifra de ricos y famosos que incumplen la política, algo que según él “ensombrece la ley, mina la igualdad social e incluso la estabilidad".
Hace dos años, el Gobierno chino aumentó las multas a las familias que violen la política, que actualmente equivalen aproximadamente al salario de 10 años de un trabajador chino (lo que puede oscilar de unos 2.000 euros ó 2.800 dólares en la China rural a 20.000 ó 28.000 dólares en las zonas urbanas).
Muchas familias de la naciente clase alta china, no obstante, están dispuestas a pagar ese precio por tener dos o más hijos, o para viajar a otro país, tener allí el niño y que de paso obtenga un pasaporte más cómodo para viajar que el chino.
Aunque Pekín considera un éxito la aplicación de esta política, también ha traído problemas, como ese desequilibrio de sexos o el rápido envejecimiento de la población.