Psiquiatra Lyford-Pike aseguró que sin padres firmes, las sociedades tendrán no uno, sino que muchos "Cisarros".
20 de Agosto de 2009 | 17:37 |
En los tiempos que corren, y en donde muchos padres saben que sin autoridad los hijos probablemente tomaran un mal camino, la incertidumbre hace que ellos se cuestionen como lograr lo anterior sin obtener como resultado la rebeldía.
Autoridad es asimilado por muchos como autoritarismo, pero la psicología infantil apunta más bien a firmeza y delimitación más que a abuso.
Por eso, algunos se sorprenden con una frase clave del psiquiatra uruguayo Alexander Lyford-Pike quien asegura que “la autoridad de los padres será el resultado del prestigio que hayan sabido conquistar ante sus hijos”.
Los libros de Lyford-Pike, “Ternura y firmeza” e “Hijos con personalidad, raíces y alas”, lo han convertido en un best seller que sólo en Chile ha vendido más de 60 mil ejemplares y cada vez que nos visita, sus charlas literalmente revientan como ocurrió con la organizada por la Fundación Mírame”, “padres firmes, hijos felices”.
Su arribo se produjo en momentos en que muchos se cuestionan cómo y por qué un pequeño de 10 años como “Cisarro” ha llegado a delinquir tantas veces y si es posible rehabilitarlo.
En una postura que algunos considerarán pesimista, Lyford-Pike sostuvo que así como va la sociedad y el mundo entero, no es de extrañar que en corto tiempo tengamos muchos más Cisarros en todos los países.
Por que para Lyford-Pike el centro del problema está en la familia, núcleo fundamental de la sociedad, la cual se destroza y desmorona no por ataques externos, sino por el mal que se introduce adentro de ella.
Ahí es a donde apunta este psiquiatra, quien afirma que para que los niños sean felices, requieren de padres estables y firmes que sepan enfrentar monstruos tan peligrosos como internet o la televisión.
Para revertir esta decadencia, Lyford-Pike apuesta a la elección de los padres por el camino más elevado al que pueda aspirar es el ser humano y que ciertamente, es mejor que él, como son los valores espirituales.
“Educar consiste en reforzar los actos buenos y no premiar los malos”, sostuvo y el mensaje que deben recibir los niños, explicó, es “que porque te quiero mucho, te corrijo”.
Según señaló una buena relación afectiva de padres con hijos es el fundamento que permitirá luego, desde pequeños, poner límites y aclaró que se trata de establecer una amistad padre a hijo y no de amigotes.
“Recuerden que cuando una familia no pone límites, los pone la sociedad, pero lo hace de forma más agresiva”, dijo.
Uno de los aspectos en los que Lyford-Pike puso acento fue en el hecho que la educación con personalidad se basa, primero que todo, en el reconocimiento de que los padres tienen el derecho de ejercer la paternidad y en el hecho de que los hijos tienen que percibir ese mensaje, lo que deja fuera, en todo caso, el uso de la violencia.
Apuntó también que cuando los padres no dan modelos a seguir a sus hijos, estos los buscan entre pares u medios de comunicación y de ahí los van a imitar, porque no tienen la capacidad moral para juzgar lo que se les presenta. Esto revive la frase “se educa con el ejemplo” y deja claro que los padres ausentes no pueden cumplir con este objetivo.
Y en cuanto a ganarse la autoridad, el experto recordó que “para exigir a los hijos, hay que partir por exigirse uno mismo, eso da autoridad moral”.
Tips y advertencias
Alexander Lyford-Pike presentó algunas recomendaciones y tips que los padres debieran tener presente a la hora de educar:
- Educar en positivo, ya que la educación no es reprimir sino reforzar las cosas buenas; se debe premiar el esfuerzo no el resultado y se deben estimular las conductas adecuadas; el principal premio –dijo- debe ser dedicarles tiempo.
- Educar en valores y virtudes.
- Hablar claro, lo que significa enviar mensajes firmes que promuevan su obediencia.
- Deben primar los hechos más que las palabras, lo que significa ser consecuente.
- Establecer un reglamento familiar.
En el plano de los secretos se debe hablar desde los sentimientos personales, o sea, el mensaje debe “yo” y no “tú”. Además, es bueno usar el disco rayado en la entrega de mensajes; no negociar con los niños, sólo con adolescentes; y dejar que los hijos experimenten las consecuencias de sus actos.
El psiquiatra también hizo ver que hay muchos caminos con los que los padres pierden autoridad:
- Dar órdenes que después no se verifican.
- Amenazar; esto es propio de personas que no tienen fortaleza, los hijos lo perciben y no genera miedo.
- Razonar con los pequeños; este camino no conduce a nada.
- Rogar o hacer plegarias para que el hijo actúe.
- Poner castigos inacabables.
- Gritar.