Dudamos entre poner este artículo en la sección ‘Sana tentación’ junto a los libros de cocina, o en ‘Mil y una dieta’, pero optamos por esta última porque el trasfondo del libro escrito por Adriana Ortemberg apunta a demostrar la estrecha relación que existe entre lo que comemos y los estados de ánimos en que nos encontramos.
“La cocina de la felicidad” , recién lanzado por editorial Urano es claro en señalar una realidad que todos los que sufren de problemas de peso olvidan y que recuerdan tarde: bajo estados emocionales poco equilibrados, la elección de comida que hacemos es también poco equilibrada.
La autora, naturópata especializada en nutrición, es categórica en afirmar que todo lo que comemos afecta nuestro estado anímico y energético y por las hormonas que estimula y la serie de cambios químicos que activa en nuestro cuerpo, definitivamente la comida puede ser origen de felicidad, graficada en la eliminación endorfinas.
Y pone dos ejemplos: la comida picante es uno de los caminos que ha encontrado el hombre para sentir felicidad, porque el picante activa los receptores de dolor del cuerpo, el que reacciona liberando endorfinas. Asimismo, los azúcares más refinados activan la secreción de serotonina, que es neurotransmisor y de ahí que cereales y otros generen adicción. Pero, advierte Otemberg, “caer en esta red entraña el peligro de no saber como salir, puesto que el cuerpo cada vez querrá más y más bienestar rápido a costa de alimentos inadecuados”.
“La cocina de la felicidad” aborda en profundidad los problemas de sobrepeso y trastornos alimenticios, pero va más allá y en vez de quedarse en el diagnóstico aporta importantes soluciones, entrega un recetario en donde cada plato apunta a potenciar determinados estados de ánimo.
Y así, el libro se divide en
recetas para cargar las pilas; recetas contra el estrés; recetas para días pesados (digestivamente hablando); recetas contra el mal humor; recetas para mitigar la tristeza; recetas para una cabeza bien puesta; recetas afrodisíacas; recetas para conciliar el sueño; y tapas para compartir buenas noticias.
Adriana Ortemberg plantea también la existencia de un grupo de alimentos que se relacionan directamente con la felicidad y en su diccionario incluye:
- Aceite de nuez y aceite de sésamo,
- Alga nori;
- Arroz integral;
- Bebidas vegetales elaboradas a partir de agua y frutos secos como almendra, avellana, o cereales como avena y quínoa;
- Cardamomo;
- Cilantro;
- Jenjibre;
- Jalea real;
- Lemon grass;
- Sirope de ágave;
- Tofu (y muchos otros)
