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El derecho de verse bien

Que la felicidad dependa de la delgadez es un grave problema, pero querer verse bien es un principio inalienable.

10 de Septiembre de 2009 | 08:38 |
¿Por qué hay que verse linda? Porque entrega felicidad, potencia el autoestima, puede hacer que se ahorre en terapias al psicólogo y, simplemente, porque cada mujer se lo ha ganado.

Eso afirma Dori Couñago, una filóloga española que emigró a Portugal por amor.

Fue en ese país donde comenzó lo que ha llamado su “período de ninfosis”, pasando de ser “un gusano triste e insatisfecho a una linda mariposa completa y destellante”, y convirtiéndose en una “Mujer, con mayúscula”, como dice, satisfecha con su cuerpo y su mente.

Todos sus secretos los reveló a través de su libro “Bella por dentro, bella por fuera” (Editorial Arcopress), que prácticamente sirve como un manual que ya quisiera cualquier adolescente, antes de comenzar los, a veces, traumáticos experimentos de la belleza casera.

Desde cómo reconocer la celulitis, cómo tomar una buena ducha, qué hacer con los olores y porqué éstos aparecen, hasta cómo limpiar correctamente las orejas, cuidados del cabello, de las manos, de los pies, y un largo etcétera, forma parte de esta biblia del cuidado personal, y, por supuesto, uno de los temas centrales se basa en la alimentación; para algunas, la cruz que se hace más pesada cuando se entra en la segunda mitad del año y el verano se acerca amenazante.

¿Una banalidad o una obsesión? Claro, “cuando se entiende el estar delgada como una meta a seguir y sin la cual la felicidad no existe, tenemos un problema de grandes términos”, dice la autora. Sin embargo, recuerda que “muy a nuestro pesar, se entiende a la mujer como aquella amalgama de virtudes entre las que no puede faltar la delgadez”.

Hacia una delgadez con conciencia

“Lo primero que te voy a pedir es que pares con todo (pastillas, infusiones, batidos...) esas ‘soluciones mágicas’ (...) que estás tomando para adelgazar (...) ¿Sabes que la mayoría no sólo son inútiles sino peligrosas?”, es uno de los modos en que la escritora comienza a dar sus recomendaciones.

Una extensa tabla de productos que comúnmente se comen y beben, junto a su aporte calórico, se une a los tips que da la autora, como escoger una fotografía del cuerpo de una mujer que se admire por su belleza, de parámetros reales, como recomienda; sin silicona ni de una estatura notoriamente diferente a la de la aspirante a sentirse linda.

La foto debe ser fotocopiada y pegada en estratégicos lugares donde la tentación de comer a deshora o en exceso sea evidente. “La idea es que cada vez que puedas sentir ganas de desistir (...) visualices el motivo, el objetivo a alcanzar. A través de la sugestión podemos influenciar positivamente nuestro metabolismo y nuestra estructura física (...) Nos ayuda a obtener la figura de nuestros pensamientos”, dice Couñago.

Y con el ánimo de desmitificar varias leyendas del mundo culinario y digestivo femenino, la autora entrega respuestas a preguntas tan simples como “¿por qué tenemos que comer?, ¿para qué comemos?, ¿cómo adelgazamos?, ¿las modelos nunca engordan?”, hasta “dicen que el limón ayuda a adelgazar tomado en ayunas aunque perjudica al hígado, ¿es verdad?”, a lo que responde “no y no”.

-Para adelgazar más deprisa, ¿debo prescindir de los hidratos de carbono?
“No es posible eliminar un grupo base como es el de los hidratos de carbono; estos son energía para nuestro cuerpo. Para respirar, correr, abrazar, estudiar, trabajar tenemos que consumirlos. Si quieres adelgazar opta por (comer), tanto éste como los otros grupos de alimentos que forman la rueda de los alimentos, con moderación”.

-¿El pan tostado engorda menos que el normal? ¿Y el integral? ¿Cuál es el mejor pan para quien está haciendo una dieta?
“Engorda tanto como el ‘normal’, con la diferencia de que está ‘tostado’, no tiene agua y, aunque no lo creas, hace que tengamos hambre antes, ya que es más fácil de digerir que el pan común (tanto blanco como integral). Couñago recomienda el pan de centeno o integral, más que por ser bajos en calorías, por la ayuda que entregan para los problemas de tránsito lento, y porque reduce los niveles de colesterol en la sangre y retrasará el tiempo de vaciado del estómago.

-Los alimentos dietéticos (barritas o galletas), ¿controlan el peso?
“¿Piensas que alguien pasa comiendo una barrita toda la vida? ¿Te parece natural? Yo no conozco a nadie que no haya echado mano de las barritas y al volver a COMER (sic) no haya recuperado más peso que al principio. (Incluida yo)”.

-¿Por qué la balanza no baja si estoy haciéndolo todo bien?
“Hay varios motivos. Puede ser que ya no necesites perder más peso y tu cuerpo, que es sabio, lo sepa y se esté simplemente defendiendo ante la pérdida de algo suyo. (...) Come de forma equilibrada, haz ejercicio y ya verás que tu cuerpo llega al peso que deseas”. La autora también explica que se puede tratar de “una pequeña retención de líquidos porque, por ejemplo, estás en período premenstrual, por ansiedad o abuso de sal”.

-¿Cuándo debemos empezar un régimen?
“Siempre que te entristezca verte en el espejo”.
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