Entre la una y las tres de la madrugada, mientras dormimos, la piel alcanza el peak de su capacidad regenerativa. En posición decúbito, cuando el ritmo respiratorio se estabiliza y la circulación sanguínea mejora, la piel se activa: las células se multiplican más rápidamente y reconstruyen sus defensas, aumenta la síntesis de colágeno y disminuye la producción de radicales libres.
Si en el día la piel tiene como tarea principal defenderse de los agentes agresores externos (radiación solar, contaminación, temperatura, etc.), durante la noche echa a andar todo su mecanismo de reparación y está más receptiva a los nutrientes.
Por eso es que los tratamientos cosméticos nocturnos son indispensables, sobre todo a partir de los 30 años, cuando los signos del paso del tiempo empiezan a notarse.
"Estos tratamientos están especialmente diseñados para nutrir y mejorar la piel mientras dormimos y prepararla para el estrés que enfrentará al día siguiente", explica Patricia Apt, dermatóloga de la Clínica Las Condes.
"En la noche, la piel está limpia, sin maquillaje y sin esmog (la rutina de limpieza es esencial), lo que favorece la absorción de los componentes activos de los productos", agrega la dermatóloga de la Clínica Alemana, María Fernanda Martin.
Lo mismo ocurre con el pelo, que aprovecha de repararse, desintoxicarse y renovarse. Durante la noche, la fibra capilar está más receptiva, por eso que cada vez hay más productos de aplicación nocturna, ricos en aminoácidos, vitaminas y otros activos.
Otra zona que se ve fuertemente beneficiada con los tratamientos nocturnos son los pies. "Al no tener el roce propio del zapato, las sustancias que suavizan y adelgazan la piel, como la urea, permanecen más tiempo en contacto con la piel y penetran mejor", explica la doctora Martin.
Día versus noche
Las cremas de día se diferencian de las de noche básicamente por su composición y textura. Las primeras son más ligeras y contienen ingredientes que humectan y protegen la piel de los rayos solares, mientras que las de noche tienen ingredientes nutritivos y antiedad que estimulan la renovación celular y la elasticidad de la piel.
"Los productos que se indican de noche tienen una consistencia más espesa o grasa, que los hace ser inadecuados para el día (porque brillan, por ejemplo). O bien son productos que pueden tener reacciones fotosensibles (irritantes con la luz solar), como las cremas con ácido retinoico, glicólico o vitamina C, que pueden sufrir procesos de oxidación y manchar la piel", dice Martin.