Norte: protección solar
La cordillera de la Costa actúa como "biombo climático" en la zona interior del norte de Chile, impidiendo el paso del viento húmedo del mar, lo que se traduce en un clima muy seco, ventoso y polvoriento, con gran oscilación térmica y aumento de la intensidad de los rayos UV.
Mientras que en la zona costera la temperatura media es de 18°C, hay poca lluvia, alta humedad ambiental promedio, escasa oscilación térmica y altos índices de radiación ultravioleta por la cercanía con la línea ecuatorial. Durante el verano, el sol se sitúa vertical en el trópico de Capricornio, exactamente sobre Antofagasta.
Consecuencias para la piel: Piel seca y descamación, sobre todo en brazos y piernas, y quemaduras solares que pueden ser muy severas. Las personas que viven muchos años bajo estas condiciones desarrollan -como medida adaptativa- una intensa pigmentación de la piel y un marcado engrosamiento de ella.
En el rostro, el cuello y el escote se advierten profundas arrugas y disminución de la elasticidad de la piel. Otro efecto importante es la prematura aparición de distintas lesiones pigmentadas, como manchas, y la aparición de lesiones consideradas premalignas o incluso cáncer de piel.
Un factor a considerar en el Norte Grande es el mayor contenido mineral del agua, lo que combinado con un jabón común contribuye a resecar la piel. Aunque en la costa las consecuencias son básicamente las mismas que en el interior, gracias a la mayor humedad la piel no presenta un alto nivel de desecamiento.
Cuidados: La hidratación del cuerpo, rostro y labios es fundamental. La recomendación es lubricar la piel después del baño con cremas emolientes e hidratantes a base de urea y fosfolípidos. Otro indispensable para todos los días del año, considerando los altos índices de radiación ultravioleta, es el filtro solar.
Centro: limpieza diaria
Temperaturas moderadas, que promedian los 15° C, un verano seco y no excesivamente caluroso, y un invierno suave son las características de la zona costera del centro de Chile. No hay nieve, las heladas son poco frecuentes, la oscilación térmica es menor y hay mayor humedad ambiental.
En el interior, en cambio, el clima templado es de tipo mediterráneo, con estaciones bien marcadas. Los veranos son secos, con altas temperaturas y baja humedad, y los inviernos presentan temperaturas mínimas bastante bajas, son relativamente húmedos y hay frecuentes heladas matinales.
Consecuencias para la piel: Gracias a la humedad y las temperaturas moderadas de la zona costera, la piel no sufre la deshidratación que experimentan los habitantes del norte. Además, durante el invierno la radiación solar es moderada. Sin embargo, en verano la radiación aumenta y, aunque el biotipo de los habitantes de la zona central es más o menos el mismo, las pieles blancas están más expuestas.
Debido al frío, en la zona interior es común que la piel y los labios se resequen en invierno. Los cambios bruscos de temperatura entre el exterior y el interior provocan vasoconstricción y vasodilatación de los vasos cutáneos y hacen que las pieles sensibles y con rosácea manifiesten síntomas más intensos y tempranos que en otras áreas del país. La cercanía con la cordillera baja la temperatura y aumenta el uso de la calefacción, que en exceso puede resecar aún más la piel. En Santiago, por la contaminación ambiental, la piel se ensucia mucho más, lo que acelera el envejecimiento cutáneo.
Cuidados: Además de hidratar la piel diariamente, es necesario protegerse de la radiación ultravioleta durante todo el año con especial énfasis en la primavera y el verano. A mayor altura, mayor debe ser la protección, y en ciudades tan contaminadas como Santiago es obligatoria la limpieza diaria de la piel.
Sur: hidratación extra
De Concepción a Puerto Montt, el clima se caracteriza por temperaturas más bajas y pluviosidad alta y homogénea durante todo el año, con un leve descenso en verano. De hecho, a la altura de Valdivia prácticamente ya no existe una estación seca.
A partir de Puerto Montt comienza el clima templado marítimo con un aumento significativo de lluvias, pero moderadas temperaturas gracias al mar. Distinto es en la zona montañosa, con temperaturas mucho más bajas, un clima estepárico frío en la Patagonia (temperaturas bajas todo el año, escasas precipitaciones y fuertes vientes) y un clima de tundra en el extremo sur (precipitaciones abundantes, nieve y una temperatura media de 7°C).
Consecuencias para la piel: La exposición sostenida al frío y el viento reduce la secrecioón de las glándulas sebáceas y reseca la piel y lo labios (manos y labios partidos), lo que acelera el proceso de envejecimiento, produce engrosamiento de la piel y vasos sanguíneos dilatados.
Además, reactiva diversas patologías como las dermatitis tópicas (sobre todo en niños), reactivación de rosáceas por los cambios bruscos de temperatua y agravamiento de las psiorasis por falta de sol. En primavera comienzan las quemaduras solares y las alergias al sol. En la zona magallánica, en donde hay una gran influencia genética de alemanes y croatas, muchos habitantes tienen la piel clara con menor protección natural ante los rayos UV.
Cuidados Las pieles que más sufren son las sensibles y secas que requieren un aporte extra de hidratación en el invierno. Respecto de la radicación solar, aunque la recomendación es utilizar protetor durante todo el año, el llamado agujero de ozono es un fenomeno estacional que se presenta en la primavera.