San Francisco.- Nos preocupa lo que contamina nuestro coche, de qué fibras está hecha nuestra ropa y si lo que comemos ha sido cultivado ecológicamente. Ahora, el interés por el medio ambiente ha llegado a otra área importante en la vida diaria de millones de personas: anticonceptivos y juguetes eróticos.
En EEUU, la revolución verde está llegando al sector del sexo y la venta de artículos ecológicos y beneficiosos para la salud crece a medida que aumenta la conciencia ecológica de los consumidores.
Lubricantes orgánicos, esposas y fustas de materiales reciclados, preservativos vegetarianos -sin proteínas animales en su fabricación- y juguetes eróticos de materiales como la madera son la última moda en un sector que mueve 15.000 millones de dólares (10.000 millones de euros) anuales en todo el mundo.
Sólo en aceites lubricantes, los establecimientos estadounidenses facturaron más de 82 millones de dólares (55 millones de euros) el pasado año, pero muchos de sus usuarios desconocen que estos productos contienen sustancias químicas como las que se encuentran en los anticongelantes y en los limpiadores para hornos.
La fabricación de juguetes eróticos tampoco tiene nada de sexy: en algunos de ellos se emplean ftalatos para ablandar el plástico y ciertos ftalatos se han relacionado con problemas de desarrollo y están prohibidos en Europa y California.
Igual que un consumidor responsable se informaría del material empleado en la fabricación de un biberón, los usuarios de artículos eróticos están empezando a ser más conscientes de lo que compran.
Alliyah Mirza, fundadora de la firma Earth Erotics, una de las compañías líderes del sector erótico ecológico, asegura que la demanda de sus productos no deja de crecer.
"Hemos visto un aumento de la demanda en los últimos meses así como un crecimiento exponencial desde que abrimos hace tres años,” dijo Mirza a EFE.
"Los consumidores responsables compran comida orgánica y toman otras decisiones en sus compras basadas en el impacto sobre su salud o el medio ambiente, por lo que es natural que la tendencia haya saltado al campo de los juguetes para adultos,” añadió.
Entre los productos más vendidos por Earth Erotics, que distribuye en Internet y a través de fiestas particulares, destacan los lubricantes orgánicos y los juguetes eróticos de cristal, que pueden llegar a costar hasta 100 dólares (67 euros) en el caso de algunos modelos.
"Earth Erotics Glass es una de las líneas de juguetes para adultos más ecológicas y seguras del mercado,” dijo Mirza. “El cristal no sólo es bonito, sino que además es un material completamente natural y reciclable,” destacó.
Vuelve la anticoncepción natural
Entre los defensores del “sexo ecológico” se están popularizando también los métodos anticonceptivos naturales y no por razones morales o religiosas.
Muchos de sus defensores argumentan que el tradicional método Ogino o del calendario -abstinencia en determinados días del ciclo menstrual- es la única forma de evitar la ingesta de productos químicos y las toneladas de preservativos que acaban a la deriva en ríos y playas.
Justificación que aprovechan algunas congregaciones religiosas de EEUU, que destacan las bondades ecológicas de este método en sus cursos pre-matrimoniales, según relatan algunos asistentes a estas clases.
Pero aunque este método anticonceptivo puede ahorrarnos la preocupación de cuánto tarda un condón en biodegradarse, su poca fiabilidad nos puede traer otros quebraderos de cabeza.
Expertos en ecología y fabricantes de anticonceptivos argumentan que, en realidad, lo mejor para proteger el planeta es tener menos hijos.
"Alrededor de un 40 por ciento de todos los embarazos en el mundo no son deseados y aún no se ha logrado el acceso total a los métodos anticonceptivos,” dijo a la revista Time Jim Daniels, responsable de marketing del fabricante de preservativos Trojan.
"Lograr este acceso total se traduciría en el ahorro de miles de millones de toneladas de dióxido de carbono en la atmósfera,” añadió Daniels cuya firma, por cierto, no sólo hace condones de látex, sino también otros mucho más ecológicos y biodegradables. De piel de cordero.