Es un hombre con suerte y por eso cuando José Antonio Bravo (
Latin Bitman) cuenta cómo pasó de ser surfista ariqueño a diseñador gráfico inserto en Santiago, para luego tocar en Nueva York y tener sus canciones en los juegos de la Fifa y The Sims (dos de los juegos más vendidos para PC), la fortuna no puede estar ausente.
Tras abandonar las tablas y el mar al que se entregó desde los 9 años, llegando incluso a representar a Chile en mundiales internacionales, llegó a Santiago para estudiar diseño gráfico, en medio de una crisis existencial por el abandono de su querido surf.
Lo que le permitió superar este período oscuro de su biografía, fue la música, a la que empezó a acercarse a través de precarios programas con los que mezclaba sonidos para crear samples.
No había sacado aún su primer disco -sólo un cd grabado con tracks, junto a su amigo Cristián Powditch- cuando alguien de los Premios Apes escuchó su trabajo y le preguntó por un álbum oficial.
Tras una reunión flash, con Powditch decidieron llamarse “Bitman y Roban” (sí, como Batman y Robin), bautizar las canciones del cd, diseñar una carátula y nombrar al disco “Hurtos”. El resultado está en la agencia-estudio de Bravo -donde además de crear su música, trabaja en publicidad-, y donde, en una esquina se ve un premio Apes por “Mejor aporte a la música pop-electrónica” del año 2000. “Aunque de pop no tenía nada y de electrónica, bueno, fue hecho con un computador”, según comenta el dj.
Pero hoy Bitman corre casi, casi por cuenta propia. Acompañado de una decena de músicos chilenos, como Francisca Valenzuela, Anita Tijoux, Tea Time, Juan Sativo, Zaturno y otros -y con la misma receta de los anteriores trabajos, que recopilan canciones prácticamente políglotas- lanzó su tercer disco como solista,
“Colour”.
Este también es el segundo álbum desde que firmó contrato con el sello gringo Nacional Records, que bautizó al dj como “Latin Bitman” apostando a la onda latina en países como Estados Unidos.
Allá, donde “Colour” ya se ve en las tiendas desde el 20 de octubre pasado, la suerte lo ha acompañado también. Si bien se esmera en aclarar que no es “el dj de Chile”, está consciente que ha sobresalido, al menos más que otros músicos nacionales.
Basta recordar que la canción “My computer is funk” (de
“Latin Bitman”, su anterior disco) quedó, “casi gateando”, en una lista elaborada para el New York Times de las mejores diez canciones del año 2007, junto a temas de Amy Winehouse, Bruce Springsteen y Lily Allen.
Por eso está gestionando las opciones de hacer una gira por las tierras del norte y mostrar su música en varias ciudades, además de Nueva York, donde ya tocó en el Central Park para el LAMC (Latin Alternative Music Concert), el mismo día que se presentaban los más importantes artistas del encuentro: Julieta Venegas y Plastilina Mosh.
“El director y fundador del LAMC es Thomas Cookman (dueño de Nacional Records y ex manager de La Ley). Así que me puso a tocar en el show más grande”, dice casi como excusándose.
“Fue aterrador por un lado, porque yo venía trabajando con bandas. Pero a la hora de viajar a Nueva York no podía ir con diez personas, y tenía que armar un show de dj para las 3 de la tarde en el Central Park, sin luces ni imágenes. Igual organicé un pequeño team para no estar tan solito, y al final terminó el público pidiendo otra y otra canción. Ahí ya me di por pagado”.
-El típico titular de ti es que eres “el chileno que escuchan en Estados Unidos”, ¿qué tiene tu música de especial?
“(Ríe) No creo que sea por algo que tenga mi música. No soy el único dj chileno que ha logrado ciertas cosas afuera. Yo no soy ‘El dj chileno’, está Ricardo Villalobos rompiéndola afuera y ganando tres veces más que yo por tocar. Es a través de Nacional Records que he tenido suerte, porque es el sello de música latina alternativa más importante del mundo. Tiene a Manu Chao, a Plastilina Mosh, Aterciopelados...
“Yo me fui metiendo en esta cuestión como un ratón se mete en un palacio, sin ninguna mala intención, sin pegarle codazos a nadie. Todo se me dio de pura suerte, fue un poco así”.
-¿Sólo suerte?
“Yo digo que lo mío es mucha suerte. No estoy diciendo que mi música sea mala, porque hago la que me gusta hacer y escuchar. Aunque siempre, después de un rato, la encuentro mala y me motiva a hacer otro disco. Pero después se ve que tengo tres canciones en juegos, el Fifa, el Sims, el Fifa de nuevo y ahora me llamaron para el Fifa 2010, por un tema del ‘Colour’. Y está el tema de los remixeados; he remixeado a Manu Chao, a los Beastie Boys... Tengo suerte de haber sido yo. Eso último, eso sí, se paralizó por completo, porque a uno de los beastie le dio cáncer. Se paró todo justo cuando me habían dado la noticia de que les había gustado el remix que hice”.
-Ah, tanta, tanta suerte no era.
“Así es. Y el otro día saqué 5 puntos del Loto, 5 de 6, en serio. Yo no sabía si tenía mucha suerte o muy mala suerte. Porque igual uno dice ‘son 250 lucas’, que es bueno, ¡pero sólo por un número! Para el último sorteo, que tenía el medio pozo, jugué como cinco veces pero no pasó nada. Cuando creo que voy a tener suerte no la tengo para nada”.
-¿Qué hiciste con los $250 mil?
“No me acuerdo. Vivo gastando plata. Soy casado (con Macarena), tengo dos hijos (Martina, de 5 y Samuel León, de 2 años). Pero algún cariñito me debí haber hecho”.
-¿Qué harías si te ganaras el Loto?
“No haría más comerciales, aunque no dejaría este lugar. Haría música para mí, no para el resto. Hoy, el 80% de la que hago es para otra gente que me la encarga. Haría mis discos, los mejores videos, iría a tocar a todos esos festivales donde hay que ir, porque a todos te invitan, pero nadie te quiere pagar el pasaje. Tendría el medio estudio y haría música no más. También haría un buen viaje familiar”.
-¿Qué te dicen ellos de esto?
“Estamos todos sorprendidos del culebrón que me he pegado con mis decisiones vocacionales. Pero yo estoy agradecido porque esto te permite que, si te va bien, tus hijos tengan lo que tuviste tú, que no les falte nada y ese tipo de cosas. Al final, tengo una vida súper normal, salgo re poco; estoy todo el día, pero todo el día acá en el estudio. Llego a la casa, veo a mis hijos, los levanto al otro día en la mañana, los voy a dejar al colegio y después estoy todo el día acá. Jamás salgo a carretear. Como ya tengo que salir por defecto 3 ó 4 días a la semana a tocar... Y esas serían todas mis fantasías de artista, cero rock star. De hecho creo que he hablado como tres veces en vivo”.
-¿Te da vergüenza?
“No, de hecho, si me pasan un micrófono puedo hasta contar un chiste, pero me gusta estar atrás. Ahora, con este disco, me están atrincando para que tenga un poco más de presencia. Va a haber mucha imagen, una cosa mucho más audiovisual y voy a tocar solamente con un músico más, que es el Cuti (Aste), para salir al extranjero con un formato más compacto”.
Continúa leyendo:
Cerveza, surf o música: la tabla de salvación