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Para que él te escuche

¿Cansada de que tu pareja no te preste atención cuando hablas de un tema importante? Aquí te mostramos los consejos que una experta en la medicina de género entrega a las mujeres desesperadas por un oído masculino que las atienda.

11 de Enero de 2010 | 11:37 |
"Hay un viejo chiste acerca de que los hombres pierden un 50 por ciento de su capacidad auditiva después de decir: ‘¡Sí, quiero!’”, cuenta Marianne J. Legato.

Esta doctora estadounidense, experta en la medicina de género -que propone que “los procesos físicos del cuerpo humano y las experiencias de las enfermedades varían en función del sexo biológico”, asegura en su libro “Por qué los hombres nunca recuerdan y las mujeres nunca olvidan” (Urano) que “por lo visto, los hombres se comunican de una forma radicalmente distinta que las mujeres, y esta diferencia entre ambos sexos es una de las que más fricciones provoca”.

La autora va más lejos, explicando que los problemas de comunicación entre ambos sexos tiene una base biológica, que provoca que ellos escuchen, comprendan y hablen de manera distinta a ellas, e incluso se irriten cuando se les pide atención y no respondan como ellas esperan.

De hecho, “la capacidad masculina de procesar el lenguaje y comprender lo que alguien les dice empieza a disminuir ya a los 35 años, mientras que las mujeres conservamos esta función hasta la menopausia”, cuenta la autora.

Pero, ¿qué hacer ante esta disyuntiva, cuando -como también concuerda la autora- la comunicación es el pilar que mantienen en el tiempo una relación?
Para eso, Legato incluye todo un capítulo en su libro destinado a consejos que entrega a las mujeres para lograr que su pareja las escuche, basados en su experiencia propia y en la de sus pacientes:

-Haz que te preste atención: Antes de querer entablar una conversación importante para ti, indícale que harás exactamente eso, de una manera suave y sin críticas a su persona, sé clara: “quiero conversar algo importante contigo”, con eso basta.

-Pídele que te ayude: Legato aclara que el ser pareja no da la obligación de escuchar al otro, aunque sea tan beneficioso para los dos. Por eso, una estratagema para captar la atención podría ser algo como “¿me podrías dar tu opinión acerca de este asunto que me pasó?”. Promete que da resultados sorprendentes.

-Elige el momento oportuno para ambos: “Si no esperas que tu esposo esté dispuesto a ayudarte en todo momento –o peor aún, si no le exiges que lo haga-, tendrás más posibilidades de que te dé lo que necesitas”, explica la autora, quien recomienda preguntar si es un buen momento para hablar.

-No intentes competir con las distracciones: A esto se refiere la autora con televisión, trabajo o cualquier actividad que tenga al hombre con la vista dividida entre tú y el asunto en cuestión.

-Piensa en positivo: Jamás comiences la conversación con una crítica hacia él. Por ejemplo, “como nunca escuchas nada de lo que te digo, te rogaría que ahora prestaras atención”, no será una frase bienvenida por la pareja. Opta por el consejo de “Pídele que te ayude”.

-Pídele aquello que deseas: Es común en ellos, como explica Legato, que ante un problema, inmediatamente busquen una solución. Es por eso que si sólo quieres desahogarte, explícale de antemano que sólo necesitas un oído que te escuche.

-Díselo con claridad: No te fíes de las señales que tu cuerpo expresa. A veces son confusas o simplemente, no llegan al interlocutor. “Decirle: ‘¡Hoy he tenido un día horrible!’, funciona más que una mirada abatida”, explica la autora.

-Adapta el contenido de tu conversación: Un bonito detalle para la pareja, podría ser dejar de insistir en proponer temas de conversación que están lejos de su interés, como podrían ser las plantas, los zapatos de moda u otro asunto por el estilo. Así como buscamos temas en común con las amigas, apliquemos esa táctica con él, aconseja Legato en su texto.

-Exprésate con sencillez: “Si quieres que algo se lleve a cabo, exponlo con claridad y sencillez (…) No ilustres tus puntos con anécdotas; ni siquiera uses adjetivos innecesarios”, explica.

-Cíñete al tema que estás exponiendo: Legato explica lo fácil que es, en una discusión, irse por las ramas y comenzar a soltar la lista de actitudes de la pareja que no han sido del todo acertadas durante el último tiempo. Es por eso que aconseja no salirse del tema por el que comenzó el desacuerdo actual.

-Créete lo que estás oyendo: Si has comenzado a salir con un hombre que de buenas a primeras lanza una frase del estilo: “En mi vida sólo tengo tiempo para mi trabajo”, créele, porque así será, dice la autora, quien pide no buscar excusas ni adaptar la palabras de él para autoconvencerse que la relación tendrá algún futuro.

-Termina la conversación antes de que pierda el interés: Hay que admitir que a veces las conversaciones aburren o que la otra persona, simplemente, no está con ánimo de continuar con el tema. Legato propone pedirle a la pareja si le gustaría retomar más adelante el diálogo. “A veces para resolver un asunto se necesitan mantener varias conversaciones cortas”, dice.

-Exponlo. Detente. No sigas: “Expón tus puntos con la mayor precisión y brevedad posible, y después detente. Deja de hablar, deja de pensar, deja de intentar obtener una respuesta”, aconseja la autora, quien vivió en carne propia este punto, luego de estar sedada tras una operación quirúrgica, lo que le permitió no ponerse ansiosa e ir directo al grano antes de darse media vuelta y dormir. Le funcionó.

-Resume puntos importantes: En caso de desacuerdos, a Legato le ha funcionado resumir los asuntos en concisas conclusiones, de manera positiva, siempre evitando la crítica. Y ejemplifica, diciendo: “Intento ser amable con tu familia (…) Por favor, ayúdame tú también con la mía. No sólo te lo agradecerán, sino que además les darás una gran alegría”.

-Habla con una amiga: Una pareja, por muy maravillosa que sea, no siempre puede cumplir todas la expectativas que se tiene de ella. La autora grafica este tema, recordando que se tienen varias amigas con quien conversar fdiversos temas, y se sabe que con algunas, unos puntos son más relevantes que otros. Por lo tanto, ¿por qué esperar de un solo ser humano toda la atención de cada asunto que se quiere expresar?

Por último, Legato aconseja ser paciente.
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