Labores de marzo, comenzando a prepararnos

Varias especies vegetales requieren de cuidados específicos en marzo. Es un mes de transición hacia el invierno, por lo que hay que preparar el jardín, previniendo plagas y enfermedades.

En las rosas hay pulgones que se controlan con Metasystox o MTD. Se cortan las flores marchitas todos los días. Hay plantas que se muestran poco vigorosas. En las de más de dos años, podría incorporarse en el suelo fosfato diamónico, 1/2 cucharada sopera por ejemplar. Este fertilizante actúa rápidamente y los resultados se observarán en la floración de otoño, que usualmente es la más esplendorosa.

Algunos ejemplares de laureles de flor comienzan a producir frutos en situaciones de poco riego. Éstos deben eliminarse cuanto antes, particularmente en los de pocos años. Conviene picar la taza sin profundizar para no lesionar raíces superficiales y poner una cucharadita de té de fosfato diamónico.

A veces se presentan conchuelas. Cuando están vivas, al apretarlas se produce humedad. Se hace una pulverización con Supracid, 10 gramos en 10 litros de agua.

Las bignonias son estupendas enredaderas, algunas son de hoja caduca, otras de hoja persistente. Entre estas últimas está la "uña del gato", de una agresividad enorme: rodea fácilmente una casa, se trepa arriba de los árboles y florece abundantemente.

Hay dos tipos, una de corneta rojo oscuro aterciopelado y otra amarilla, menos invasora. No requieren de más cuidado que guiarlas adecuadamente. Reaccionan bien ante las podas, incluso aquellas realizadas fuera de temporada. La de hoja caduca, que es de trompeta anaranjada, le cuesta establecerse, pueden pasar varios años sin florecer.

En esos casos conviene poner pequeñas cantidades de salitre y repetir en septiembre. Si están recién comenzando a florecer, las hormigas son habitantes tradicionales, ya que sus flores tienen néctar azucarado. Se puede picar el suelo y poner Carbaryl espolvoreado que debe cubrirse con un poco de tierra.

Los cactus realmente requieren poquísimos cuidados. Hay algunos que pueden sufrir el ataque de conchuelas blancas, en cuyo caso se hace una desinfección con Supracid, 8 gr en 10 litros de agua. Da excelente resultado pulverizar de vez en cuando el cuerpo del cactus con Nutrimán, 15 cc en 10 litros de agua. Es un abono a base de aminoácidos que fomenta la producción de flores y el crecimiento.

Hacia fines del mes se distribuyen unos pocos granitos de superfosfato triple, se cubre con tierra arenosa y se da un riego muy moderado.

En este mes muchos helechos comienzan a madurar. Se manifiesta porque las hojas más externas se comienzan a secar. Es un proceso natural: ahí están los soros que van madurando.

Los soros representan las semillas. Por eso es impropio decir, en el caso de estos vegetales, hoja; se llama fronda, porque anida diferentes cuerpos reproductivos que se distribuyen según la clase de helecho. Las frondas secas se pueden retirar si no hay interés en seguir propagando helechos. Casi todos requieren humedad, de modo que hay que continuar regándolos.

 Si la tierra está muy apretada, se hace un mullimiento muy superficial, sin tocar raíces. Se puede poner un poco de tierra de hoja entera para impedir que el suelo se vuelva a apretar demasiado pronto.

Las semillas

En este mes, muchos árboles, arbustos y flores ya han formado sus frutos. Èstos se cosechan, se dejan que termine su madurez y se sacan las semillas.

Hay frutos que se abren espontáneamente, por ejemplo muchas leguminosas, como el clarín ceibo. De la familia bignoniácea, la "uña del gato", la catalpa, Tecoma stans (es un arbolito de flores en forma de tubo de color amarillo, muy interesante y poco difundido en Chile) y jacarandá. De la familia de las compuestas, los aster tienen gran cantidad de semillas.

Si tiene un huerto o se come un tomate "Limachino" (los de verdad y no aquellos "Larga vida" o "Rocky", que son pésimos), un buen melón tuna o uno "calameño", también se puede cosechar y guardar sus semillas. Hay varias indicaciones para la obtención de las semillas.

Si proceden de frutos pulposos: tomate, crataegus, piracantha, cotoneaster, melón, sandía, se sacan, se ponen en un colador y se lavan repetidas veces. Después se dejan en un recipiente con agua 3 a 5 días. Se vuelven a lavar y se dejan secar a la sombra. Resulta excelente dejar las semillas recién lavadas sobre papel absorbente, ya que 2 a 4 horas después comienzan a secarse. Se dejan ahí por unos 5 a 7 días y se guardan en bolsa de papel, por ningún motivo en plástico o en celofán. Se debe escribir en la bolsa los datos básicos del nombre de la especie y la fecha de cosecha.

Si las semillas provienen de frutos secos, simplemente se extraen y se guardan hasta fines de invierno o comienzos de primavera, fechas apropiadas para la siembra. Como es de rigor, guardar las semillas en papel y bien identificada la especie. Es necesario saber que las semillas de plantas híbridas NO SE COSECHAN, se echan a la basura. Es el caso de variedades especiales de delfinios, amapolas, clarines. La explicación es muy simple: los descendientes retrotraen genéticamente hablando, lo que quiere decir que, por ejemplo el cuesco procedente de un excelente durazno tiene sólo 25% de probabilidades de seguir bueno y 75% de salir incomible.

Otra precaución que hay que tomar antes de guardar las semillas es secar a la sombra aquellas que requirieron de remojo previo. Después se conservan en bolsitas de papel. En general, las semillas requieren de un período de reposo. Esto significa que con las debidas excepciones que confirma la regla hay que esperar a lo menos 3 a 4 meses antes de volver a sembrar.

Aquellas procedentes de climas tropicales y subtropicales no requieren de reposo. Solamente se siembran más tarde por razones climáticas. Así, un ceibo enano casi no requiere de guarda y se podría sembrar de inmediato.

Se prefiere en Chile esperar hasta septiembre para hacer el almácigo, simplemente porque las plántulas emergidas durante el invierno se hielan, excepto si se tiene un invernadero. Y como es planta de bajo precio, tal infraestructura no se justifica.

 Por su parte, las semillas de frutos secos se dividen en dos categorías básicas: aquellas opacas, de testa rugosa y las de cubierta brillante. Las primeras germinan fácilmente: las de cubierta brillante son impermeables: el agua (que inicia la germinación) no entra al interior de la semilla y se mantiene sin germinar. En esos casos hay que hacer un pretratamiento antes de la siembra, desde el 15 de agosto en lugares abrigados, costeros, Arica, Antofagasta, Peumo hasta el 10 de octubre. Si son pocas las semillas, se lijan hasta que la cubierta se ponga opaca.

Dos tablitas provistas de lija son capaces de sacar parte de la cubierta y permitir el paso del agua. Las semillas tratadas se siembran de inmediato. En escala comercial, la inmersión en ácido sulfúrico se ha convertido en un tratamiento clásico.

 Las semillas se ponen 30 a 45 segundos en el ácido y después de mantienen debajo de un chorro de agua hasta eliminar los residuos del ácido. Inmediatamente después se procede a sembrar. Algunas semillas son de corta viabilidad.

Es decir, maduran y viven pocos días o pocos meses, de modo que se deben sembrar apenas maduran. Un caso dramático es la familia de las bromeliáceas, en que el embrión vive horas (piñas, clavel del aire, entre las conocidas). Las aralias son notoriamente de corta vida, pues antes de un mes hay que hacer la siembra.

Ocurre también con el género acer, en que la semilla está contenida en un fruto llamado disámara: dos semillas provistas de dos alas. Cuando las alas se ponen café, se hace la cosecha y se siembra.

Pasto y árboles

En el caso de los pastos, se les hace una recuperación mediante un corte, se echa salitre al voleo en una dosis máxima de un cuarto de kilo por 100 metros cuadrados y se riega por 5 minutos.

Si hay sectores donde el agua no penetra, se hace aireación con una horqueta. Donde haya manchas amarillentas se hace una pulverización con Dithane M 45, 20 gr en 10 litros de agua, mojando bien la mancha y sobrepasándola unos 10 cm más.

En cuanto a los árboles, el trabajo principal es eliminar las ramas y ramillas secas. Una vez hecha esta labor, se hace una pulverización para matar el resto de arañitas que atacan las hojas de plátanos, olmos, zelkovas, hayas, tilos, acacios, ceibos y otras especies.

Un buen acaricida es Cyhexatín, que se utiliza a razón de 4 cc en 10 litros de agua. Si al ceibo no se le ha puesto potasa, es el último mes para hacerlo, y se distribuye en la proyección de la copa. Usar la potasa formulada con sulfato de potasio. Se pone 20 gr por metro cuadrado, operación que se repite en septiembre u octubre. Es muy importante tratándose de