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Adiós al "yo los declaro marido y mujer"

08 de Marzo de 2010 | 16:42 |
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Ciudad de México. - Los jueces de Ciudad de México ya no terminarán las ceremonias de casamiento con el tradicional "yo los declaro marido y mujer". A partir de hoy, entran en vigor reformas al Código Civil que permiten bodas y adopciones a personas del mismo sexo.

Las actas de matrimonio fueron modificadas y también la frase final de las bodas civiles que, sin distinguir sexo, dirá en adelante: "Los declaro unidos en legítimo matrimonio con todos los derechos y prerrogativas que otorga la ley".

Las reformas se aprobaron en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal en diciembre de 2009 a pesar del rechazo de católicos y evangélicos y rigen sólo para la capital mexicana.

"Es un momento histórico, de transformación social, que da argumentos para reconocer la diversidad, avanzar por la no discriminación y construir una sociedad más justa", afirmó en un comunicado un grupo de parejas de la comunidad lésbico-gay, que planea casarse.

Como parte de los preparativos, la semana pasada los 70 jueces cívicos de la ciudad tomaron "talleres de sensibilización" en el Instituto Mexicano de Sexología para evitar discriminación a la hora de atender a las parejas del mismo sexo.

Para poder casarse en la capital mexicana, los contrayentes deberán demostrar al menos seis meses de residencia en la ciudad. Una vez que iniciados los trámites, se calculan unas dos semanas hasta que puede realizarse la ceremonia.

De ahora en adelante para los casamientos habrá tres tipos de actas, con las especificaciones "él-ella", "ella-ella" o "él-él" en el espacio para las firmas.

La primera boda homosexual realizada en América Latina tuvo lugar en Tierra del Fuego, Argentina, a finales de 2009 entre Alex Freyre y José María Bello, que no pudieron casarse en la capital argentina porque una jueza les negó la autorización.

La situación cambió el miércoles pasado, cuando una pareja de hombres contrajo matrimonio en el Registro Civil de Buenos Aires, pese a una serie de amparos para impedir la boda, en lo que fue el primer casamiento gay de la capital argentina.
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