Bruselas. - El mito del estudiante "gordo y feliz" parece que tiene bastante de verosímil, a tenor de un estudio realizado por un grupo de expertos nutricionistas de la universidad belga de Gante, que lleva por título "felices y gordos", según informa la radiotelevisión pública flamenca VRT.
En el estudio en cuestión, en el cual, entre otros datos, se asegura que una mayoría de estudiantes universitarios engorda en los primeros cursos una media de 3,5 kilogramos debido a la vida alegre y disoluta del campus y al elevado consumo de grasas, patatas fritas (típicas en Bélgica y Holanda) y al persistente sedentarismo.
En realidad, según los expertos, el aumento de peso de los estudiantes universitarios belgas (y europeos) es debido a una combinación de factores, entre ellos el sedentarismo provocado por una "vida nocturna relajada y distendida, que incluye un alto consumo de alcohol" (y sus calorías).
Este análisis, realizado entre 1.500 alumnos universitarios de toda Bélgica, demuestra que después de un año de estudio universitario, 7 de cada 10 estudiantes (hombres y mujeres) "incrementan en al menos tres o cuatro kilos (algunos mucho más) su masa corporal", asegura el texto del estudio.
"¿Es la vida universitaria tan permisiva y relajada como temen los padres de los alumnos?", se pregunta hoy el periódico flamenco "De Standaard". La respuesta, según el rotativo parece ser afirmativa.
Y es que según los expertos en nutrición y medicina de la prestigiosa universidad de Gante, resulta muy negativo, desde el punto de vista de los kilos, el paso de los estudios secundarios (bachillerato) a la universidad.
"Los estudiantes universitarios hacen, en general, mucho menos deporte que los de secundaria, y por ello, engordan. El resultado de esa falta de actividad física es claro: el 80 por ciento de los estudiantes universitarios de primero y segundo curso (independientemente de la carrera) engorda una media de 4 kilos y se colocan peligrosamente en el límite de lo razonable para ser considerados personas con sobrepeso", asegura la profesora Sylvie Uytterhaegen, autora del estudio .
Para otra de las expertas que realizaron la investigación, Anne Veekman, "si no se corrige pronto esta tendencia, en pocos años los universitarios belgas serán todos obesos".
La misma tendencia, afirma, se comprueba en otros países europeos, donde sus universitarios son "cada vez más sedentarios".
Por prudencia, Veekman asegura no querer mencionar países, aunque sí da algunas pistas geográficas: "en algunos países del sur de Europa la tendencia al sobrepeso y la obesidad han crecido de forma alarmante", asegura la experta en nutrición.
Uno de los problemas que más preocupan es, precisamente, la falta de actividad física. "Nuestro estudio pone de manifiesto que, tanto entre alumnos como en alumnas, la práctica del deporte ha caído enormemente en los últimos años", explica Uytterhaegen, en declaraciones a la radio pública flamenca VRT.
"En el curso preuniversitario (el último antes de acceder a a universidad) los jóvenes belgas practican una media de 698 minutos de deporte por semana. En el primer año de universidad, son sólo 358 minutos", se lamenta la experta.
"Si nuestros estudiantes, y no sólo hablo de Bélgica, también afecta al resto de Europa, consumieran menos grasas, muchas menos patatas fritas, menos alcohol, más frutas y verduras...y sobre todo hicieran más deporte, es posible que fuesen algo menos felices, pero serían mucho más sanos", puntualiza.
