"No es la Carla Bruni brasileña", se ha apresurado en aclarar el político. "Ella es discretísima, es mi mujer", ha agregado.
La pareja, que tiene un hijo de dos años, se conoció en 2002, en una convención del Partido de Movimiento Democrático Brasileño (PMDB). Ella quiso fotografiarse con Temer, mientras él le pidió su número de teléfono para que siguieran en contacto.
Y así fue. Sin importarles la diferencia de edad, Marcela y Michel se casaron en una ceremonia íntima un año después, y hoy aseguran ser un matrimonio feliz. "Es como si Michel tuviera 30. Él tiene su pasado, pero nuestra vida es como cualquier pareja normal en el amor", dijo la joven en una entrevista publicada en el diario "O estado de Sao Paulo", el mismo que la catalogó como "una diosa romana" por la apariencia que lució el día del cambio de mando: una blusa color café que dejaba un hombro descubierto, una falda salmón y su rubio cabello recogido en una trenza.
La viceprimera dama contribuyó a la campaña de la Mandataria Dilma Rousseff con unas declaraciones en las que defendió el papel de la mujer en la sociedad brasileña.
"Las mujeres pueden mostrar que ellas actúan muy bien como amas de casa, madres, médicas, abogadas y presidentas. El gobierno de Lula es realmente excelente y Dilma dará continuidad y mejorará todavía más el país", decían sus palabras colgadas en la web oficial de la entonces candidata presidencial.
Respecto a su labor en el gobierno, Marcela Tadeschi ha afirmado que le gustaría realizar algún tipo de trabajo de caridad. Sin embargo, antes de eso espera dar su examen de grado y convertirse en abogada.
Por ahora, la ex modelo oriunda de Sao Paulo se ha convertido en el tema de conversación favorito de los brasileños y a la vez una sensación en las redes sociales. De hecho, hasta ayer era uno de los tres temas más comentados en Twitter.