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El doctor Raúl Sánchez, ginecólogo y vicerrector del departamento de Investigación de la Universidad de la Frontera en Temuco, inició hace 12 años un estudio respecto a medicina reproductiva, en el que también participaron expertos alemanes.
Uno de los descubrimientos de la investigación fue la técnica de vitrificación (congelación) de gametos, una forma de reproducción asistida que va un paso más allá de la inseminación artificial.
La ventaja del procedimiento es que la congelación es tan rápida que las células no se dañan, debido a que se produce un tipo de vidrio que no genera cristales. Por lo tanto, es superior al proceso tradicional de congelación.
Asimismo, es una técnica más barata, ya que la que comúnmente se elige cuando hay un bajo recuento espermático -ICSI o Inyección Intracitoplasmática de Espermatozoides- tiene un costo de alrededor de 10.000 dólares.
De esta manera, la vitrificación de gametos es "una alternativa para aquellos pacientes que no tengan los recursos financieros para hacer este procedimiento", afirma el médico.
Gracias a esta técnica, Karime Villagrán dio luz el pasado 29 de diciembre a Benjamín Rubén, un niño completamente normal que pesó 3,74 kilos y midió 51 centímetros. "El tratamiento tuvo un costo de entre 200 y 300 mil pesos", cuenta la madre, quien quedó embarazada al primer intento.
El doctor Sánchez agrega que la vitrificación genera la posibilidad de obtener una población de espermatozoides de diferentes muestras con el fin de llegar a un número suficiente y, de esta manera, poder realizar una inseminación intrauterina.
Actualmente, el médico está tratando a no más de cuatro o cinco parejas con la esta metodología. "En Alemania, hay grupos con alto número de pacientes que están trabajando con esta nueva técnica", enfatiza. "Lo importante es que a nivel mundial ocurrirá el cambio paulatino desde la congelación tradicional a la vitrificación", agrega.