EMOLTV

Roberto Vander, como un águila

Viaja, y mucho. Desde hace 14 años vuela desde Chile a cualquier parte de Latinoamérica y EE.UU. donde tenga un nuevo proyecto telenovelesco. Aquí siempre lo espera su familia, que desde hace 23 años se instaló en Santiago y ve ir y venir al actor. Tras una breve pero potente aparición en “Infiltradas”, este holandés espera seguir trabajando en el país, junto a los suyos.

19 de Enero de 2011 | 08:53 | Por Ángela Tapia F., Emol
imagen
Diego Martin, El Mercurio.
“Como un águila, que atrapa las estrellas por querer volar (...) que siempre está al acecho para así triunfar”, cantaba en 1988, Roberto Vander (60) en la que sería su primera teleserie en el país, “Semidiós”.

Hoy, a 23 años de haber interpretado a Hugo Lemus, y luego a su impostor, el malvado Raúl Burgos, Vander regresa con otro villano a las producciones nacionales, Octavio Gangas, un capo de la mafia mexicana quien falleció decapitado en “Infiltradas” (Chilevisión) sacando las lágrimas de Stephanie, la hija de 17 años del actor, quien vio en la tele, “no cómo mataban a un personaje, sino que a su papá”, como comenta él, con cierto orgullo de haberle provocado tales emociones a su hija menor.

Desde 1996, con “Adrenalina”, que este actor holandés de nacimiento y medio uruguayo de crianza, aunque con residencia en Chile, no participaba en una producción dramática nacional. Porque aunque viva desde hace 23 en Santiago (en El Arrayán, junto a Maggie Turnbull, su esposa, Jan Frans (24), Stephanie y sus seis perros), desde hace 14 años que trabaja afuera, no parando de hacer teleseries en México, Colombia, Perú, Miami o Venezuela.

“La idea es que la próxima producción esté nuevamente en las pantallas de Chile. Mi interés está aquí, donde vivo, aquí me la he pasado 23 años, desde que me trajeron para ‘Semidiós’. Ahora, cuando me propusieron lo de Gangas, estaba terminando ‘Salvador de mujeres’ en Colombia, y desde un inicio supe que era una actuación especial porque fue una historia escrita especialmente para mí. Pero el público no sabía que acabaría así”, dice la estrella de telenovelas latinas.

-¿Cómo es eso de estar viviendo desde hace 23 años en Chile, pero estar trabajando desde hace 14 afuera?
“Es difícil en la parte familiar. El costo es bien alto. El último proyecto que hice aquí fue ‘Adrenalina’ el ’96 y me llamó Televisa para hacer ‘Sin ti’, luego me tocó ir a Venezuela para hacer ‘Enséñame a querer’ y después a Perú para ‘Milagros’, de ahí ya no me acuerdo, pero siempre ha sido una teleserie tras otra. Pero en cada proyecto hago varios viajes. Me la he pasado saliendo un jueves en la noche a Chile y regresando un lunes en la mañana para poder grabar. Durante años me ha tocado lo mismo, y no me quejo. Es lo mío, lo que me gusta hacer, y en cada tiempo libre que había o ya terminado un proyecto, siempre estaba acá, listo para hacer algo, pero nunca pudimos coincidir. Cuando yo terminaba, aquí ya habían arrancado y cuando aquí estaban a punto de hacer algo, me llamaban de Televisa”.

-¿Por qué nunca te llevaste a tu familia a vivir a México o Colombia?
“No, porque mi familia vive acá desde que renové otro compromiso con Canal 13 (‘Bravo’, 1989). A mi esposa la conocí en Televisa, ella trabajaba en ventas, y mi hijo tenía medio año cuando llegó aquí. Luego nació la niña acá que ya tiene 17. Ya hicimos nuestra vida acá, y estamos instalados en Chile, es el país donde vivo, ya no tengo ningún motivo para cambiarme de país”.

-¿Cómo conociste a tu esposa?
“Cuando estaba en un programa de conversación matinal, donde fui a cantar a México. A ella le habían dicho que ese día iba a estar Richard Gere, pero él no vino. Estaba yo cantando y hubo como un flechazo. Le regalé un disco, se lo firmé, y la perseguí durante un año porque nunca me pescó. Al año siguiente nos volvimos a ver en Televisa y ahí empezó nuestra relación. Hoy llevamos casi 27 años juntos”.

-¿Cómo lo has hecho con esto de la relación a distancia?
“Me cuesta mucho la parte afectiva, soy súper sentimentalote, pero estoy conectado con Messenger, con Skype, por Facebook, Twitter, por todos los medios que haya. Así que no hay forma de que yo no sepa qué está pasando acá. Eso sí, la tecnología me falló mucho en el terremoto. Me desperté en Colombia a las 6 de la mañana, con las noticias de lo que estaba pasando acá y no había teléfono que funcionara. Estuve ocho horas sin saber qué había pasado con mi familia”.

-¿Y cómo manejan el tema de la confianza?
“Así me conoció hace 27 años atrás. Ella sabía en lo que se estaba metiendo, entonces no es ninguna sorpresa. Claro que tenemos confianza, es un matrimonio de 27 años, atípico, que sigue junto y que ha durado, mientras voy y vengo. Pero eso es más entretenido. Cada vez que uno se va fuera un tiempo largo estás extrañando. Entonces llegas y empieza todo de nuevo, hasta que te vas. No sé, depende del carácter de las dos personas involucradas. Si se compaginan y hay afinidad, el matrimonio funciona. Además, yo nunca he sido noticia de escándalo, no estoy en farandulandia porque me vieron con fulanita. Nunca hemos sido un matrimonio de escándalo”.

-¿Te has perdido eventos importantes en tu familia?
“Sí, cosas importantes que me he perdido del colegio de mi hija y algunas que me habría encantado ver pero que igual tengo porque están los videos y las fotos. Ese tipo de cosas sí me afectan. Afortunadamente hoy estoy acá para recibir el título con mi hijo, de director y productor de eventos. Eso es impagable”.

-Por otro lado, está la parte buena, que has trabajado en producciones que se ven en todo el mundo, como las de Televisa.
“Me consta. Ayer recibí un mail de Eslovaquia, donde estaban muy contentas porque comienza esta semana ‘Salvador de mujeres’. Chateo con Indonesia, con Bulgaria, Hungría. Podría ir a esos países y me conocen”.

En Holanda, sin embargo, las teleseries latinas no son un plato frecuente en la programación local. Sin embargo, Roberto –cuyo nombre real es Frans Robert Jan Van Der Hoek- ya ha sido motivo de curiosidad para sus compatriotas, quienes quisieron acompañarlo con cámaras y periodistas durante una semana, para entender cómo un holandés se había convertido en un “soap opera star”.

“Sigo siendo holandés, la nacionalidad la mantengo. Es donde me crié hasta los dos años. Allá tengo a mi hermana, hablo el idioma. Es el origen, donde nací”.

-¿A parte de la nacionalidad, qué tienes de holandés?
“Soy un 20% de holandés, quizás en lo metódico, ordenado y mateo para cada proyecto; en lo organizado que soy y meticuloso para el trabajo. Soy de los que escribe todo, anoto cada cambio de vestuario que tengo, los colores... Más encima soy daltónico. Confundo los colores, por eso anoto los cambios. Confundo el gris con el café, o el verde con el café también. Pero eso nunca me ha traído complicaciones en los semáforos, por ejemplo. Sé cuando es rojo y verde”.

-¿Te preocupas mucho de tu look?
“Obvio, me preocupo. Aunque le tengo pánico a todo lo que sean jeringas y cosas así. No me pondría botox aunque me paguen ni me haría una cirugía estética o me estiraría, porque le tengo pavor a las cirugías. No hago ninguna dieta especial, como de todo. Lo único que hago es tratar de mantenerme bien, porque es mi trabajo. Mi cara y mi cuerpo tienen que estar bien. No me puedo quedar como un guatón, porque nadie me va a contratar después. Es sentido común. Tomo sol en los horarios menos peligrosos y después me hecho crema humectante normalita y listo, es todo lo que hago. También tomo buen vino, soy loco por el vino chileno, y me baño en agua helada, sea invierno o verano. Odio el agua caliente y todo lo que sea vapor”.

-¿En tantos años de carrera, hay algún personaje o anécdota que recuerdes con más cariño?
“Todos los personajes los recuerdo con cariño. De anécdotas, puedo contar que un director me puso ‘Vander Bean’ por el personaje de Mr. Bean, que es mi ídolo, y porque soy torpe. En la vida real y en el set se me caen las cosas, me tropiezo, entro por la puerta equivocada... Siempre me pasa algo, pero es porque soy descoordinado”.

-¿Cuál es tu vicio privado?
“No fumo, no tomo, pero sí soy maniático del computador y de estar metido, en las noches sobre todo, chateando por horas con gente de todas partes en el planeta, las conozca o no. En Facebook, tengo a unas cinco mil personas y conozco de verdad a unas treinta. Pero eso es lo entretenido”.

-¿Has tenido conflictos con alguna fan ansiosa por conocerte?
“Sí, bastantes. Me han puesto en situaciones comprometedoras en varios lados, pero somos seres humanos, no tiene nada en especial”.

-¿Pero qué tan comprometedoras son esas situaciones? ¿Te persiguen?
“Sí, mandan cartas, entran al cuarto del hotel donde estoy... Cosas así pasan. No es nada extraordinario. Pero es entretenido, porque si no me persiguieran ni hubiera interés en mí, pucha, qué fome. Me tendría que dedicar a otro trabajo”.

-¿No te da miedo?
“No. Además, todo es manejable. Si entran a tu cuarto de hotel puedes invitarlas a que se salgan con mucha amabilidad. Me gusta estar en contacto con el público. Si las fans no me siguieran, yo no estaría trabajando”.
EL COMENTARISTA OPINA
¿Cómo puedo ser parte del Comentarista Opina?