WASHINGTON. — Antes de la dieta del doctor Atkins estuvo la de William Banting, quien en 1863 inventó el menú bajo en calorías para perder peso.
Desde ese entonces se aconsejaba deshacerse de los kilos de más comiendo pescado, oveja o “cualquier carne excepto puerco” en el desayuno, el almuerzo o la cena. Y nada de papas, por favor.
La obsesión con el peso y cómo perderlo data de al menos 150 años atrás. Y aunque ahora se dice “sobrepeso” a lo que se conocía como “corpulencia” —y la obesidad se ha propagado como una epidemia en Estados Unidos—, una revisión a la historia de las dietas muestra que no es tanto lo que ha cambiado en la búsqueda de la figura ideal.
“Subestimamos en extremo, en extremo” la dificultad de cambiar los comportamientos que alimentan la obesidad, señala Ellen Granberg, socióloga de la Universidad de Clemson, luego de haber examinado los archivos de la Biblioteca del Congreso en Washington. Granberg considera importante mostrar que “no estamos lidiando con un fenómeno totalmente nuevo y aterrador, al cual no nos hemos enfrentado en el pasado”.
En efecto, los añejos documentos sobre las dietas se ven sorprendentemente familiares.
El inglés William Banting, por ejemplo, cuenta cómo perdió casi 23 kilos (50 libras) en su popular “Carta a la corpulencia, dirigida al público”, que rápidamente llegó a este lado del Atlántico, dijo la socióloga.
Cambié “pan, mantequilla, leche, azúcar, cerveza y papas, que habían sido los principales (y yo pensaba inofensivos) elementos de mi existencia” por bastantes carnes, explicó Banting.
Estados Unidos pasó de un país en el que ser rellenito era algo deseado a una nación en busca de la delgadez a finales del siglo XIX, señaló Granberg.
En 1900, el Libro de Cocina de Filadelfia declaraba que “un exceso de carnes debe ser considerado como una de las más objetables formas de enfermedad”.
Tres años después, el jabón La Parle contra la obesidad era vendido por un dólar, un precio elevado para la época. Y la Sal de Reducción de Louisenbad prometía “lavar la grasa”. Pronto llegó una máquina de ejercicios y otros ofrecían eliminar el exceso de peso con laxantes.
A pocos días de que el gobierno actualice las guías dietéticas la semana que viene, la Biblioteca del Congreso reunió expertos en dietas en colaboración con el grupo de adelgazamiento Weight Watchers International para analizar la historia de las dietas en Estados Unidos.
Granberg recordó cómo nació la ciencia de la nutrición.
El gobierno empezó a recomendar que había que equilibrar las proteínas con los carbohidratos y, en 1916, el Departamento de Agricultura presentó los cinco grupos de alimentos. Las primeras tablas que mostraban el peso ideal en relación con la altura surgieron alrededor de la Segunda Guerra Mundial.
Los alimentos dietéticos llegaron poco después, así como grupos de apoyo para perder peso. Ya para 1970 la estructura actual de las dietas estaba en pie, señaló la socióloga.
Sin embargo, a pesar de ello actualmente dos terceras partes de los estadounidenses tienen sobrepeso o son obesos, y la obesidad infantil se ha triplicado en las últimas tres décadas. Unos 150 años después en la historia de las dietas, aún no existe una vía mágica para adelgazar.