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Pasarela Cibeles arranca iluminada por el optimismo y el color

La Semana de la Moda madrileña fue inaugurada por la colección de Jesús del Pozo.

18 de Febrero de 2011 | 11:52 | Por Carmen Martín, EFE
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AFP
MADRID.- Con el objetivo de perfeccionar y aportar calidad al guardarropa femenino, arrancó hoy la 53° edición de Cibeles Madrid Fashion Week, aderezada con notas orientales y un guiño a los años '60 y '70, jornada en la que hubo muchos pespuntes de color y optimismo.

Inspirado en una mujer ecléctica y moderna, Jesús del Pozo abrió la jornada matinal con una colección elaborada, en su mayor parte, con grandes pliegues, volúmenes y aperturas, en la que los hombros perdían protagonismo en favor de acentuados cuellos y mangas.

En menor medida, también estuvieron presentes las líneas puras y suaves que acariciaban el cuerpo de la mujer, sobre todo en las propuestas de noche, donde delicados encajes se imponían con efectos ópticos transparentes.

Del Pozo, además de reinventa el traje sastre de la popular "Chica Gibson" para facilitar la vida de la mujer e invitarla a la moda funcional sin por ello restar estilo, realza las mangas con sobrios pliegues rematados con una coqueta lazada.

Sobre más lanas que sedas, la mayoría con notas doradas, los negros y los grises se mezclan con azules y verdes aportando luz y optimismo a la colección.

Del Pozo declaró que siente una "gran satisfacción" al ser el primero en inaugurar la 53° edición de Cibeles, pasarela que se mira con "mucha seriedad dentro y fuera de España".

Con modelos peinadas y maquilladas como si fueran samuráis, Roberto Verino exhibió en Cibeles una colección para el hombre y la mujer plural y multicultural con claro acento oriental. "Oriente es un mercado en el que me gustaría trabajar, pero con calma", explicó el diseñador gallego.

Dominada por paleta cromática y la serena belleza de Oriente, se pudieron ver trajes entallados con apliques y cierres orientales, chaquetas con cuello mao, pantalones de línea sastre con largo al tobillo y varios kimonos en rosa palo, violeta, azul y carmesí.

El negro lo reservó para las propuestas de noche, donde los vestidos con largo al tobillo en ricos terciopelos fueron el denominador común, todos ellos adornados con complementos rojos.

Tono encargado de cerrar el desfile sobre un kimono, trabajado en un tejido brocado. Los zapatos, que recreaban los okobo, tradicional calzado japonés, se vieron tanto en las propuestas de día como de noche.

Para el hombre, Verino apostó por trajes clásicos con la pernera muy estrecha en tweed y príncipe de gales, además de abrigos de paño y chaquetones con llamativos cuello de piel tintados en tonos ámbar y berenjena.

Con esta colección, en la que convive en perfecta armonía el concepto del lujo con la filosofía de vida oriental, Roberto Verino intenta transmitir "optimismo y energía" con prendas que perduren en el tiempo, aporten un "plus de personalidad y pongan en valor a las personas".

Sin pretensiones conceptuales y con la mirada puesta en los años '60 y '70, Duyos presentó una colección estructura, unas veces más sofisticadas que otras, pero siempre impecable y femenina, donde los volúmenes sueltos juegan con diferentes texturas.

"Desde mi pequeño mundo he querido aportar una bocanada de aire fresco a las propuestas femeninas", explicó el diseñador.

Como no podía ser de otra manera, la banda sonora de esta colección la interpretó la mítica Jeannette, un mito en los años '70 que ha servido de inspiración al diseñador.
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