Guillermo Farías, El Mercurio
LONDRES.- Ayudar a los pacientes con síndrome de fatiga crónica a correr sus límites y tratar de reponerse de la condición, genera mejores tasas de recuperación que hacerlos aceptar su enfermedad y adaptarse a una vida limitada, reveló una nueva investigación.
Expertos británicos realizaron el mayor ensayo hasta la fecha sobre personas con esta condición misteriosa y debilitante, y hallaron que hasta el 60 por ciento de los pacientes mejoraba si los terapistas los alentaban gradualmente a hacer más.
En cambio, los pacientes cuyos terapeutas los alentaban a aceptar las limitaciones de su enfermedad y a adaptar sus estilos de vida a la condición, mostraban muchas menos mejoras, según indicó un seguimiento realizado a las 24 y 52 semanas.
El síndrome de fatiga crónica (SFC) es una condición debilitante que genera discapacidad física y fatiga mental, mala concentración y memoria, problemas para dormir y dolor muscular y articular.
También denominada encefalomielitis miálgica (ENMI), afecta a 17 millones de personas en todo el mundo.
No existe cura para el SFC o ENMI y los científicos no saben qué lo causa. Muchos pacientes señalan que creen que su enfermedad comenzó después de una infección viral, pero esto no se ha podido demostrar.
Existe además controversia sobre qué tipos de tratamientos deberían administrarse. Algunos pacientes se muestran reticentes a aceptar psicoterapias que podrían ayudar.
Algunos grupos de pacientes en Gran Bretaña, donde se estima que más de un cuarto de millón de personas tiene SFC/ENMI, manifestaron preocupación de que tratamientos como la terapia cognitiva conductual (TCC), que alientan a los pacientes a tratar de recuperarse o correr los límites de su condición, puedan ser dañinos.
Pero en este estudio, que incluyó a 640 pacientes británicos, los investigadores hallaron que la TCC y otra llamada terapia de ejercicio gradual (TEG) eran mucho más exitosas que la terapia adaptativa, en la que el paciente trata sólo de adaptar los niveles de actividad a la cantidad de energía que tiene.
"Es muy alentador que hayamos descubierto no uno sino dos tratamientos que son similarmente útiles para los pacientes", dijo Trudie Chalder, del King's College de Londres, que trabajó en el estudio, publicado hoy en la revista médica "The Lancet".