Según aclaran en el Ministerio de Educación (Mineduc), estas pruebas no son obligatorias, pero si el sostenedor del colegio las considera imprescindibles, los alumnos deben cumplir con ellas y, por lo tanto, antes de comenzar el período escolar tienen que visitar a un oftalmólogo y a un otorrinolaringólogo.
El Colegio Coyancura es un ejemplo de los establecimientos que no solicitan estos exámenes. "Luego del período de evaluación y observación del alumno -si es necesario- se le sugiere a los padres la derivación con el especialista que corresponda", explica la psicopedagoga Vivianne Lavadenz al ser consultada sobre las políticas que tiene dicho colegio respecto al tema.
Pero en el caso de los establecimientos que sí solicitan las pruebas, resulta útil que los padres conozcan en qué consisten. Por esta razón, consultamos a dos especialistas para que despejen las dudas.
Revisando los ojos...
Juan Pablo López, oftalmólogo infantil de la Clínica Alemana, recomienda que si el niño es sano y sin historia familiar de afecciones a la vista, su pediatra puede realizarle un examen básico y luego derivarlo a un especialista para uno más completo. Esto es aconsejable hacerlo a los cuatro años de edad.
En caso de que exista un antecedente familiar de problemas a la vista -como catarata o glaucoma congénito- o una enfermedad sistémica, López sugiere que el niño sea examinado por un oftalmólogo "apenas se haya hecho el diagnóstico de su patología".
Y si el menor presenta síntomas y signos de enfermedad ocular -como dolor severo, pérdida o alteración de la visión, estrabismo, lagrimeo, etc.-, debe ser examinado a la brevedad por un experto.
¿En qué consiste el examen? Según explica el oftalmólogo, primero que nada se hace una historia personal y familiar del paciente. Luego, se toma la visión del niño y se compara con los valores normales según su edad. También se revisan sus pupilas, campo visual, visión de colores y estereoscópica.
Asimismo, se descarta la presencia de estrabismo o alteraciones de los movimientos oculares, y se examina el globo ocular en su totalidad para verificar que no haya cataratas o malformaciones oculares. Para finalizar, se realiza un examen de fondo de ojos con dilatación pupilar que permite identificar anormalidades de la retina y el nervio óptico, y comprobar la inexistencia de algún vicio de refracción (miopía, hipermetropía o astigmatismo).
En relación a la extensión de las pruebas, el especialista explica que en el caso de los niños éstas se demoran mucho más que cuando se trata de adultos. "Debe estarse preparado para pasar al menos una hora en el oftalmólogo, ya que el examen completo incluye la instilación de gotas oculares para dilatar pupilas, proceso que tardará al menos media hora", sostiene.
...y los oídos
Por su parte, Maite López, otorrinolaringóloga de la Clínica Las Condes, explica que en su caso la visita consiste primero en conversar sobre lo que pueda afectar al niño o adulto. Luego se realiza un examen clínico en la consulta, el cual no es invasivo y no produce dolor. "Es importante el control otorrinolaringológico antes del inicio de clases para descartar algún tipo de pérdida auditiva o alteración respiratoria en general", afirma la doctora.
Respecto a las señales que pueden demostrar que el niño está teniendo problemas auditivos, la especialista puntualiza que "se pueden poner más gritones o tener dolor, que en esta época puede tener relación con el baño en piscinas. También hay que descartar cuerpos extraños o tapones de cerumen".
Maite López enfatiza en la importancia que tiene el hecho de que un niño en edad escolar escuche bien, ya que esto "tiene que ver con el correcto desarrollo del lenguaje”. Además, podrá poner atención en clases y seguir las indicaciones del profesor para “no estar perdido". "Esto es más importante si además está aprendiendo un segundo idioma", agrega.
¿Cuándo es recomendable consultar? "En cualquier momento que se sospeche pérdida auditiva, alteración del sueño en los niños, ronquido nocturno, sueño no reparador, incluso en algunos niños con alteraciones en la concentración es bueno hacer una evaluación otorrinlaringológica", sostiene la especialista, y agrega que los niños alérgicos también deben ser evaluados, para eventualmente establecer una estrategia de tratamiento para el resto del año.