PARÍS. - No sólo el ídolo caído John Galliano ha provocado revuelo en esta semana de la moda de París, que concluye el miércoles, sino también un grupo de jóvenes creadores, en su mayoría extranjeros, que están al frente de las míticas casas de moda francesas.
No deja de llamar la atención que las colecciones de emblemáticas firmas francesas, como Lanvin, Yves Saint Laurent, Givenchy y Nina Ricci están en manos de creadores de entre 30 a 50 años, y que no son franceses.
La británica Phoebe Philo, de 37 años, está al frente de Céline, que pertenece al grupo de lujo LVMH; el italiano Stefano Pilati, nacido en Milán en 1965, de la casa Yves Saint Laurent, y el israelí Alber Elbaz, nacido en Marruecos hace 50 años, es el director artístico de Lanvin, casa fundada hace más de 100 años.
El italiano Ricardo Tisci, de 35 años, dirige las colecciones femeninas de Givency, el británico Giles Deacon, de 40, es el estilista de Ungaro y el también británico Pete Copping está al frente de Nina Ricci.
Tisci y Deacon -que presentaron esta semana colecciones provocadoras, que jugaron con el voyeurismo, el erotismo y el tabú, con faldas estrechas, cuero negro y vestidos transparentes- son producto de la célebre escuela de moda londinense, Central Saint Martins, de donde salió el genial Galliano, que fue despedido hace unos días de la casa Dior por sus declaraciones antisemitas.
De esa escuela se graduó también el talentoso e innovador Alexander McQueen, que se suicidó hace un año, y frente a cuya firma - que es propiedad de PPR, el grupo de lujo francés - está ahora su asistente, Sarah Burton.
De esa escuela egresó también Phoebe Philo, la directora artística de Céline y la londinense Hannah MacGibbon, que está al frente de Chloé, que presentó esta semana una colección donde se destacaron sus creaciones en piel de serpiente, precisamente de pitón.
No podían faltar en las pasarelas parisinas los diseñadores franceses, entre los que brilla Nicolas Ghesquière, director artístico de la elegante casa Balenciaga, Christophe Lemaire, que diseña las colecciones femeninas de Hermes y Christophe Decarnin, estilista de Balmain.
Como Galliano, Decarnin dio mucho que hablar esta semana por su ausencia: después de que no salió a saludar tras el desfile de esa prestigiosa casa, empezaron a correr rumores de que está interno desde hace varias semanas en un hospital psiquiátrico, por depresión.
Balmain se ha limitado a decir que el creador está muy cansado, después del intenso trabajo de preparación de la colección del otoño e invierno próximo.
Entre otros diseñadores que dieron mucho que hablar en esta semana de la moda parisina, en la que presentaron colecciones de su propia marca, figuraron Haider Ackermann -nacido en Bogotá hace 40 años y que fue adoptado por una pareja de franceses-, y el indio Manish Arora, que desde la temporada próxima presentará también una pasarela para la casa española Paco Rabanne.
Ackermann, radicado en Bélgica, ofreció una sensual y depurada colección en la que destacó el color vino - un burdeos profundo- y el azul eléctrico, mientras que Arora deslumbró con trucos de magia y con creaciones llenas de cristales y piedras.
Gaspard Yurkievich, un diseñador francés hijo de argentinos de 37 años presentó también una colección bajo su marca, que se caracterizó por una silueta urbana y llena de glamour.
Los desfiles, en los que destacó el martes la presentación de la colección de Chanel, en tonos brumosos y en tejidos suaves y refinados, terminan el miércoles, con Luis Vuitton.