Todo cambia vertiginosamente en el mundo y la nutrición no está ajena a ello. Si antes las dietas se fijaban en las calorías de los alimentos, hoy las preocupaciones pasan por conocer qué efecto fitoquímico tiene cada uno en el cuerpo.
La nutricionista Dawn Cooper afirma que todos los días se realizan nuevos descubrimientos sobre los aportes y usos de las vitaminas, carbohidratos, proteínas o minerales. Es así como se ha establecido que la ceasantina es muy buena para prevenir la degeneración macular.
“El enfoque de la nutrición ha variado mucho. Cuando éramos carvernícolas comíamos en forma mucho más natural y a lo mejor era más apropiado, porque habían menos intoxicados, las tierras eran más fértiles, los alimentos aportaban más. Pero desde que empezamos a hacerlo todo procesado, refinado, para que durara, la gente se empezó a enfermar”, explica.
Dawn asegura que la vuelta de mano indica que se camina hacia nuevamente lo orgánico y natural, porque, por ejemplo, cuando se procesan algunos alimentos se matan las enzimas, importantes para el cuerpo.
-¿Qué se ha descubierto que tenga que ver con el peso de las personas?
“Se ha descubierto que la obesidad es una enfermedad inflamatoria. Por lo que lo primero que se tiene que hacer es desinflamar a la persona en cuestión. No sirve una dieta hipocalórica, porque va a depender mucho de la calidad de lo que esa persona coma y de la combinación de alimentos que permitan hacer cambios hormonales importantes en el cuerpo.
“Los alimentos tienen mucho que ver con las hormonas que secretas durante el día, ya no se habla de comer cierta cantidad de hidratos de carbonos, sino el tipo de estos porque deben ser de bajo índice glicémico; los integrales inflaman menos porque estimulan menos la insulina. El tejido adiposo es un tejido altamente inflamatorio que libera citoquinas pro inflamatarias a todo el cuerpo, con lo que genera una enfermedad a nivel sistémico y puede venir el alza del colesterol, o del ácido úrico o cáncer”.
-¿O sea ya no sirve el simple mensaje de coma balanceadamente?
“No, comer balanceadamente sirve siempre que se coma bien indicado. Lo que se consideraba balanceado anteriormente, probablemente ya no lo sea tanto hoy. Hoy ya no se recomienda comer sólo un pedazo de carne con cierta cantidad de arroz, sino que se habla de arroz integral porque van a venir todos los minerales y vitaminas que se necesitan para el correcto metabolismo de ese propio arroz. Y la lechuga, ojalá sea orgánica y con un aceite adecuado como el de canola o de oliva, pero que sea extra virgen.
“Hay que preocuparse hoy de la calidad y no de la cantidad, aunque es importante”.
-O sea, ¿la receta hoy es vaya a la zona de verduras y frutas del supermercado y no a la de alimentos envasados?
“Eso sería lo ideal y se debe fomentar al máximo todo lo que tiene que ver con verduras y frutas orgánicas -ojalá esos productos fuesen más baratos- y si vas a la sección de masas y pastas, ojalá tomar las más integrales que existan. Más que preguntarse cuántas calorías tiene un pedazo de pan hay que preguntar cuánta fibra tiene, porque tienen distinto efecto en el cuerpo”.
Dawn vuelve al tema de que la nutrición ha avanzado demasiado y apunta a que se debe estar actualizado. Señala como ejemplo el caso de las personas que tenían divertículos en el intestino, en el pasado, se les daba una dieta sin fibra. Hoy, en cambio, se ha descubierto que la fibra impide que los divertículos se multipliquen y hoy se tratan con una dieta alta en fibra. “Todo ha cambiado en forma radical”, dice.
-¿El problema también está en que seguimos sin leer lo que dicen las etiquetas de los productos?
“Sí, que vengan etiquetas es un aporte, pero la gente sólo lee las calorías, en vez de la cantidad de sodio, de fibra, de azúcar, el tipo de edulcorante, será stevia o sacarina. Falta mucha educación en la interpretación de las etiquetas”.
-¿Una dieta ya no se puede seguir por libro, son personales? Hoy está de moda la de Dunkan.
“Cualquier dieta de libro que te cambie los hábitos te hará bajar de peso, pero nonecesariamente vas a mejorar tu cuerpo, tu salud. A lo mejor no varían los niveles de colesterol, de insulina.
“Cuando se ponen de moda, bueno, por algo no duran, siempre pasan y viene otro. En Estados Unidos son bien despectivos con lo que llaman los book’s doctor”.
-¿Qué se sabe hoy día que se tiene que sacar de una dieta, cualquiera que sea?
“Lo que hay que tratar de eliminar de una dieta, lo más posible, son las cosas refinadas, con azúcar. Lo que se ha sacado para los niños, como colaciones...”
-Pero nos dicen que las barritas de cereal son buenas.
“Algunas tienen mucho azúcar; hay que fijarse que no tengan jarabe de maíz (es altamente inflamatorio), que no tengan colorantes y saborizantes”.
-¿O sea, volver al sandwich es mucho más sano?
“Un sandwich, una fruta, frutos secos como nueces y almendras, un yogur con granola o avena y pasas. Es verdad que las mamás no tienen tiempo, pero es necesario que se hagan muchas más colaciones reales para los niños, que no sólo tengan menos calorías”.
-¿La recomendación de olvídate del postre, es buena?
“No necesariamente. Creo que lo peor son las cosas extremistas. Cuando te dicen que nunca más debes comer de esto, lo único que consiguen es que te empieces a estresar y te den más ganas de comer. Eso aumenta el cortisol, el cortisol estimula la insulina y eso hace que uno engorde. Así se engorda de por sí, aunque no se coma más.
“Tener una persona estresada es lo peor para bajar de peso. El ejercicio no es optativo en cualquier plan de alimentación; el ejercicio es un 40% del cambio, porque genera cambios metabólicos, aumenta la masa magra con lo que se quema calorías y ayuda a la desinflamación”.
-¿Qué se hace cuando se tiene un metabolismo lento?
“Eso no es una condena. En el fondo hay que hacer más empeño; por eso es bueno comer varias comidas al día –bueno, esto es bueno para toda la gente-. Una cosa es tener un metabolismo basal bajo, pero uno se puede mover, hacer ejercicio y aumentar el metabolismo”.
-¿El Grafornil se ha convertido en una panacea?
“El Grafornil no es para bajar de peso y desgraciadamente se le está dando a muchas personas. El Grafornil ayuda en un 10% a bajar de peso, el 90 restante se deberá a dieta y ejercicio. Por eso que hay personas que no hacen cambios no bajan nada. “El Grafornil es para personas con resistencia a la insulina, pero servirá sólo si hacen dieta y ejercicio y así podrían revertir la resistenciaa. Pero siempre hay que mantenerse a raya”.