SINGAPUR. - Los materiales radiactivos esparcidos en el aire por la planta nuclear dañada por el terremoto en Japón contaminarían los alimentos y las fuentes de agua, lo que pone a los niños y los bebés por nacer en riesgo de desarrollar cáncer.
Los expertos señalan que cualquier exposición a materiales radiactivos tiene el potencial de provocar varios tipos de cáncer. A mayor nivel de radiación, más peligro.
No obstante, indicaron que se necesitan mediciones más precisas sobre el nivel de radiactividad en Japón, y la región, para poder realizar una evaluación adecuada del riesgo.
"Las explosiones podrían exponer a la población a radiación a más largo plazo, lo que puede elevar el riesgo de cáncer. Se trata de los cánceres de tiroides, huesos y leucemia. Los niños y los fetos son especialmente vulnerables", dijo Lam Ching-wan, patólogo químico de la Universidad de Hong Kong.
"En algunos individuos incluso una pequeña cantidad de radiación puede aumentar el riesgo de cáncer. Cuanto mayor es la radiación, mayor es el riesgo de cáncer", señaló Lam, que también es miembro del Consejo Estadounidense de Toxicólogos.
El material radiactivo es transportado por diminutas gotas de humedad presentes en el aire. Así, puede ser inhalado directamente e ingresar a los pulmones y llegar al mar y al suelo a través de la lluvia, por lo que puede contaminar los cultivos, la fauna marina y el agua para beber. La leche de vaca también es especialmente vulnerable, según explican los especialistas, si el ganado pasta en zonas expuestas a la radiación.
Lee Tin-lap, toxicólogo y profesor asociado de la Escuela de Ciencias Médicas de la Universidad China de Hong Kong, indicó que debe medirse la radiactividad en las aguas que circundan Japón. "Nadie está midiendo los niveles de radiación en el mar", dijo Lee a Reuters.
"El vapor que se emite al aire terminará nuevamente en el agua y la vida marina se verá afectada (...) una vez que llueva, el agua para beber también se contaminará", añadió.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) dijo el martes que Japón está tomando las medidas correctas para proteger a su población de la radiactividad, incluidas las evacuaciones y la acumulación de reservas de yoduro de potasio, un antídoto contra la radiación.
Niños de riesgo
La radiación es peligrosa porque puede provocar cambios o mutaciones en el ADN, lo que luego avanzaría hasta generar cáncer. Mientras que el cuerpo humano puede reparar los cambios o daños en el ADN, una persona sólo está segura si el proceso de reparación sucede más rápido que el tiempo que le lleva multiplicarse al material mutado o dañado de ADN.
La mayoría de los expertos coinciden en que los niños en crecimiento y los fetos corren el mayor riesgo porque sus células se dividen a un ritmo más veloz que las de los adultos. Además, los pequeños consumen más leche de vaca que los adultos, lo que incrementa su riesgo, señaló un científico japonés que trató a víctimas de la bomba atómica de Hiroshima.
"Las vacas son como aspiradoras, toman el iodo radiactivo que se encuentra en una zona amplia de pastura y luego esas partículas se concentran rápidamente y pasan a la leche", explicó el especialista que pidió no ser identificado.
"Eso fue lo que sucedió en Chernóbil y desafortunadamente no se había brindado la información sobre el riesgo a los padres", agregó.