WASHINGTON.- Amy Chua, conocida en EE.UU. como la "madre tigre” por su polémica teoría de que los padres asiáticos son superiores al educar, ha demostrado que sus estrictos métodos son, como poco, eficaces, con la llegada de su hija a Harvard.
Sophia Chua-Rubenfeld, que creció sin tener jamás permiso para jugar en el patio del colegio, ver la televisión o sacar menos de un sobresaliente en cualquier asignatura, ha sido aceptada a sus 18 años en la prestigiosa universidad de Cambridge (Massachusetts), informó hoy el diario “The Daily Caller.”
Llegar a Harvard, donde los estándares son altísimos, es uno de los sueños dorados de cualquier estudiante brillante de Secundaria en EE.UU.
Su madre, profesora de Yale, se hizo famosa en enero con la publicación de su libro “Battle Hymn of the Tiger Mother” ("Himno de batalla de la madre tigre"), que ella misma resumió en un artículo en el “Wall Street Journal” titulado “Por qué los padres chinos son superiores.”
Entre las reglas que Chua imponía a sus dos hijas, Sophia y Louisa, figuraban, según el artículo, las de nunca quedarse a dormir en casa de una amiga, ni quedar con nadie para jugar, ni elegir sus actividades extracurriculares.
Además, estaban obligadas a tocar el piano y el violín -y no acercarse bajo ningún concepto a otro instrumento- y no se les permitía ser nada menos que la estudiante número uno en todas las asignaturas, excepto en teatro y danza.
Esta rígida receta -que, según Chua, también aplican de forma similar algunos padres coreanos, indios, jamaicanos, ghaneses e incluso irlandeses- encendió la controversia en los medios de Estados Unidos, donde muchos la calificaron de excesiva e incluso cercana al abuso.
Otros consideraron que el aire triunfante de la “madre tigre” era prematuro, al poner como modelo su método educativo cuando sus hijas eran aún adolescentes.
Pero la llegada a Harvard de su hija Sophia, que a los 14 años hizo su debut como pianista en el Carnegie Hall de Nueva York y cuyos brillantes escritos han sido publicados en varios medios, promete dar un nuevo impulso a las ya boyantes ventas del libro de Chua.
"Tenerte como madre no fue una fiesta,” escribió Sophia en una réplica a las críticas a Chua publicada en enero en el “New York Post,” bajo el título “Amo a mi estricta madre china.”
"Me gustaría haber ido alguna vez a jugar con otros niños y haberme saltado algunos veranos de piano intensivo. Pero ahora que tengo 18 y estoy a punto de abandonar la guarida del tigre, estoy feliz de que papá y tu me criaran como lo hicieron,” concluyó.