El Mercurio.
NUEVA YORK.- Si está buscando un cambio más relajado en su vida laboral, mejor estudie para ser fonoaudiólogo o matemático y evite a toda costa trabajar en medios de comunicación o a ser taxista.
Un nuevo informe sobre las profesiones más y menos estresantes muestra que más de la mitad de los empleos menos estresantes se ubican en el área de la asistencia sanitaria, liderados por los especialistas que evalúan y tratan los problemas de audición.
"Las profesiones que conllevan bajo estrés implican muy poco riesgo y demandas físicas mínimas", dijo Tony Lee, de Careercast.com, un sitio en internet que compiló el reporte.
Otros trabajos en el mismo campo que cumplen con la meta de poca presión y baja competencia, con semanas de trabajo más cortas, incluyen a los nutricionistas, los higienistas dentales, los foniatras (parecido a los fonoaudiólogos), los terapistas ocupacionales y los quiroprácticos.
Según el informe, los empleos en los medios -liderados por los ejecutivos de relaciones públicas- se encuentran entre las profesiones que implican mayor estrés, aunque pilotear una aerolínea comercial encabezó la lista de empleos estresantes.
"Los trabajos en los medios de comunicación pueden ser de mucha presión", explicó Lee."Especialmente para los ejecutivos de relaciones públicas que deben manejar situaciones de crisis, los presentadores de informativos que salen al aire con poco o ningún tiempo de preparación y los reporteros gráficos que trabajan en ambientes riesgosos", añadió. Otros puestos muy estresantes son los de los arquitectos y los corredores de bolsa.
Por otro lado, ser ingeniero de sistemas, programador de computadoras y matemático está ligado a un bajo estrés.
Entre los llamados empleos "de cuello azul", bombero, policía y taxista lideraron la lista de estrés elevado; mientras que trabajos como encuadernador, procesador de fotos, reparador de instrumentos musicales y ensamblador de autos son considerados poco estresantes.
Los investigadores confeccionaron el ranking analizando 200 trabajos diferentes según su ambiente, competitividad y riesgo. Asignaron un valor numérico a los factores que generaban estrés, y según si el factor era central o no para el empleo evaluado.
El equipo también usó datos del Comité de Estadísticas Laborales de Estados Unidos y de asociaciones de comercio.