El sistema nervioso central de las mujeres es el que comanda la libido, es ahí donde se generan las “trillizas del sexo” (hormonas sexuales), que provocan que el cuerpo se abra al placer sexual, pero también el juego sensual parte en el “corazón”, en las emociones.
Si ella ha sufrido una decepción importante con su pareja; si ha vivido un momento doloroso en su vida o si la comunicación entre la pareja no anda bien, no hay caso su libido estará en baja.
“Cuando las familias se van de vacaciones o los fines de semana largos, las mujeres se bloquean porque está la maternidad emocional por sobre la sensualidad y el erotismo. Puede funcionar a nivel erógeno genital pero no con la predisposición completa para llegar al orgasmo”, explica el sicólogo clínico y sexólogo, César Alberto Menédez Rivera (www.sexologo.cl)
Entonces la búsqueda de placer e innovación podría quedarse en el aire, si es que no hay un refuerzo previo y constante del vínculo amoroso entre la pareja. Para que se produzca, habría que sobrepasar la individualidad, la adicción al trabajo y incompatibilidad de caracteres, que a veces se da en el cotidiano, y no llegar a la frustración, recordando y alimentando la entrega afectiva que los unió con gozo, satisfacción y placer.
“El efecto sicológico que causa la entrega de uno hacia el otro y viceversa forman un vínculo de apego que va a perpetuar el estado amoroso constante en ese ritual en que el hombre mira a su mujer y le gusta y lo excita, y la mujer mira a su hombre, le gusta y la excita. Sino se acaba la relación”, declara el sexólogo.
Juegos sexuales
Teniendo resuelto el aspecto sicosexual de la relación es posible jugar e innovar en la cama. Lo primero es tener en cuenta las fantasías de cada uno, verbalizarlas y ponerse de acuerdo para interpretarlas. Sirve recordar escenas que han visto en películas o situaciones eróticas que despierten la libido y su lujuria.
Uno de los juegos es escribir en un papel diferentes posturas, castigos y acciones eróticas. Cada uno propone 10 y los colocan en una caja para mezclar. Cada uno sacará un papel de los deseos y deberá realizar lo que ahí dice. Si no cumple habrá que recurrir a uno de los castigos escritos.
Encontrarse en la calle e ir a un hotel con espejos, cama de agua y un ambiente diferente al de la casa también es una posibilidad erótica. En esa misma ocasión puede ser propicia para usar todo tipo de fetiches sexuales y dar rienda a la imaginación, la privacidad será máxima.
La striptease es otra herramienta que nunca falla. Es un juego que provoca y da placer a ambos. Solo hay que atreverse a ser otra y otro a pesar de los nervios. Si prefieres, ensaya antes una busca una música apropiada. Selecciona ropa interior sexy, enciende velas y aromatiza tu cuerpo con un baño previo de aromas como sándalo u otro afrodisíaco que encuentres. No solo te desnudas sino que bailas encima, siéntate en sus piernas sin ningún complejo, y para mayor intensidad evita que te toque hasta que lo decidas.
Acude a un sex shop y revisa toda la tienda y prueba. Si la opción es más económica, juega a los sabores con lo que tengas en el refrigerador. Prefiere chocolates, cremas, helados, frutas, dulces o picoteos salados, también sirven. El juego consiste en adivinar qué cosa es con los ojos vendados. Coloca los objetos en tu cuerpo y prueba. Las otras reglas invéntalas.
Sino hay mucho tiempo pero existe la idea de hacer algo distinto, una llamada erótica en pleno día laboral puede predisponer sexualmente a cualquiera. Pero si lo haces, no lo olvides cuando llegues a casa. Mejor, para que eso no ocurre hagan una cita en un bar. Ahí tendrán tiempo para sacarse el trabajo y los problemas que los aquejan, luego de esa pausa podrán revivir nuevamente esa pasión que los juntó.