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Lacroix cumple 60 años sin preocuparse de su imperio caído

Tras quedar en bancarrota, el diseñador cumplió su sueño, al comenzar a crear trajes para la ópera y escenario para exposiciones.

16 de Mayo de 2011 | 10:01 | DPA
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Lacroix en la gloria, para su desfile de alta costura Primavera/Verano 1999.

Reuters
PARÍS.- Christian Lacroix, que este lunes cumple 60 años, es uno de los grandes de la alta costura. Cuando hace dos años su casa de moda entró en bancarrota, el mundo no se le vino abajo. Más bien todo lo contrario: pudo hacer por fin aquello con lo que había soñado desde niño: diseñar ropa y trajes para los personales de la ópera de Bellini "I Capuleti e i Montecchi" o de Hndel "Agrippina". En lugar de diseñar para los más ricos del mundo, comenzó a hacerlo para el teatro, sin añorar su imperio caído.

"No estoy seguro de que aún me guste el mundo de la moda. Hoy en día se trata sobre todo de relaciones públicas, tres o cuatro grupos luchan unos contra otros", declaró hace unas semanas en una entrevista.

Un sector en el que se lucha encarnizadamente por obtener beneficios, algo que ya no conseguía Lacroix desde hacía tiempo con sus opulentas creaciones. Y es que el francés fue siempre más artista que hombre de negocios.

La casa Lacroix vivió sus años de esplendor a finales de los años 80. Con su famosa falda de balón "Le pouf" se convirtió rápidamente en uno de los diseñadores más reconocidos del siglo XX.

En 1987 fundó su propia empresa y sacó su primera colección de alta costura. Creaciones siempre llenas de fantasía y glamour que no siempre tenían como prioridad ser ponibles.

Lacroix ya diseñaba para el teatro desde hace 20 años, aunque sólo de forma ocasional. La insolvencia de su negocio dio la oportunidad al diseñador nacido en Arles, en el sur de Francia, de dedicarse de forma definitiva a este sector. Y es que sus vestidos siempre tuvieron algo dramático, teatral: sus trajes angulosos a la Maria Antonieta o faldas con cancán y zapatos con cordones al estilo de la Belle Epoque siempre pegaban con los escenarios.

Lacroix ya no posee una casa de moda, pero sigue siendo dueño de la firma XCLC fundada en 2005, que diseña interiores para hoteles o perfumes franceses.

En 2004 creó el uniforme para el personal de la aerolínea Air France y desde 2007 los trenes de alta velocidad que cubren los trajectos Fráncfort-Saarbrcken-París o Stuttgart-Estrasburgo-París circulan con sus diseños.

Lacroix estudió literatura francesa en Montpellier. En 1971 se mudó a París, donde escribió su doctorado "Las vestimentas de las pinturas del siglo XVII" para hacerse comisario de museos. Otro de sus sueños que parece cumplirse ahora, ya que a mediados de 2010 fue nombrado asesor artístico de la "Monnaie de Paris", el instituto de la moneda francés, a comienzos de año diseñó el escenario para la exposición parisina "El Oriente de las mujeres" y para la muestra de Alexandre Cabanel en el museo Wallraf Richartz de Colonia. Y es que la suerte y la desgracia corren a veces de la mano.
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