La denominación surgió al clasificar el comportamiento de los animales en manadas pero también se ha extrapolado a los humanos de acuerdo al grado de masculinidad, poder económico, educación y atractivo que presenten, lo que indicará cuan atractivos y seductores resultan para conquistar a las mujeres.
El macho alfa sin duda es el más cotizado. Atractivo, líder, poderoso, seguro y además, simpático y un seductor. ¿Qué mejor? Lamentablemente estos especímenes son escasos. Pero nada es tan maravilloso. Por ser tan poderosos y de alta posición social resultan ser demasiado dominantes, vanidosos, arrogantes y artificiales, tipo metrosexuales que fácilmente se “aparean” con todas.
En cambio, los machos beta son como los segundos a bordo, más “normales”, igual de inteligentes, más amables y trabajadores aunque siempre están compitiendo con los alfa para destronarlos y ponerlos a prueba. Además, se dice que son buenos padres, constantes y responsables pero que se vuelven hipocondríacos y neuróticos, pero siempre leales.
Mientras que el omega serían los más bajos dentro de la jerarquía social, un subordinado del alfa y beta, pero no por eso un mal tipo aunque le faltará un poco de punch para salir adelante y sex appel para abordar a las féminas.
Para el Dr. Mauricio Salas, urólogo y experto en sexualidad esta clasificación también se puede subdividir de acuerdo al comportamiento que tenga la persona, aunque indica que el ser humano es más complejo y que cada uno puede ir ascendiendo en esta escala.
“Por ejemplo, un macho alfa en su dominio como los deportistas atraerán a mujeres de su mismo tipo preocupadas de su imagen como las modelos. Entablan relaciones más superficiales que se quedan en la parte física y por eso las relaciones duran poco”, explica.
Enfatiza que una relación basada en la imagen, en lo erótico y no en un compromiso ligado a las características de la otra persona, esto es la afectividad y los proyectos en conjunto, no siempre llegarán a buen puerto.
“Generalmente las personas muy atractivas buscan a personas igual de atractivas, con el mismo nivel cultural, económico y posicionamiento social”, recalca.
¿Qué buscan las mujeres?
“Ellas buscan a un individuo que les de satisfacción física y que juntos puedan tener un desarrollo como pareja. Busca un vínculo más intenso y compromiso con el otro, busca estabilidad económica en el tiempo, porque tiene que pensar en su descendencia, en los hijos y eso viene de la época de las cavernas. En cambio el hombre se fija más en pasarlo bien”, sostiene el Dr. Salas.
De todas maneras, las mujeres son también sujetos a clasificar bajo estas mismas categorías de alfa, beta, gama. Sin embargo, las personas irán cambiando de acuerdo a sus experiencias en el trabajo, educación, familiar y en nivel socioeconómico que vayan alcanzando.
Entonces las parejas se armarán en pares iguales. Machos alfas con hembras alfas, machos betas con hembras beta y machos gamas con hembras gamas.
Pero lo más relevante será la categorización que cada persona se imponga, donde la imagen será determinante. “Lo atractivo de una imagen personal incluye factores físicos, económicos, culturales, cómo se mueve y habla una persona”.
Ahora el error que cometen las mujeres –recalca– es buscar a su tipo de macho no siendo conscientes del autoestima que presentan y ahí vendrán los errores, los dolores y las decepciones amorosas.
“Si una persona tiene un sobrepeso, está depresivo o simplemente tiene una mala imagen sobre cómo le ha ido en la vida tenderá a buscar a personas con esa misma valoración”.
Entonces más allá de esta clasificación de los machos habría que reflexionar sobre cómo uno se ve a sí mismo.
“La mujer debe estar bien con ella, quererse, sentirse atractiva y simpática ese es el primer paso para poder encontrar a otro de las mismas características, porque si eres una hembra alfa tendrás que generar estrategias sociales para conectarte con es macho alfa aún cuando sean especimenes escasos”, declara.