GETARIA, ESPAÑA.- Cristóbal Balenciaga (1895-1972), el creador del arte de la alta costura, cuenta desde hoy con un importante tributo en España:
un museo que lleva su nombre en Getaria, su localidad natal, y que alberga permanentemente casi un centenar de trajes diseñados por él.
La reina Sofía de España fue la encargada de inaugurar el centro en la localidad vasca, cercana a San Sebastián.
El museo abrirá el viernes sus puertas al público, ocho años después de lo que estaba previsto inicialmente, por un escándalo de presunta malversación de fondos que está investigando la Justicia española y que retrasó su puesta en marcha.
Entre los 375 invitados que acudieron hoy al acto de apertura estuvieron el jefe del gobierno regional vasco, Patxi López; la ministra española de Cultura, Ángeles González Sinde; el modisto francés Hubert de Givenchy -presidente de honor de la Fundación Balenciaga- y diseñadores españoles como Modesto Lomba, Juanjo Oliva y Amaya Arzuaga.
El Museo Cristóbal Balenciaga exhibirá de manera rotatoria más de 1.200 piezas de alta costura diseñadas por el modisto vasco que posee la fundación que lleva su nombre. Entre ellas, algunas que pertenecieron a Grace Kelly o a la reina Fabiola de Bélgica, entre otras personalidades.
La exposición permanente exhibe 90 trajes, distribuidos en seis salas temáticas del palacio Berroeta-Aldama. El centro albergará también una escuela de alta costura, situada en un edificio anexo.
La inauguración del Museo Balenciaga llega precedida por la polémica: un escándalo de presunta malversación de fondos, fraude y expolio en el que están imputados un ex alcalde de Getaria y dos arquitectos. El coste del museo ha sido de 20 millones de euros, frente a los seis previstos inicialmente.
Con un estilo purista y clasicista, Balenciaga defendía que el diseñador no debe estar al servicio de la mujer, sino que tiene el deber de crear obras de arte.
El modisto pasó a la historia por su conocimiento profundo de las proporciones del cuerpo.
En 1919, cuando contaba con 24 años, abrió su primera casa de moda en San Sebastián. Después llegaron las de Madrid y Barcelona. En 1937 saltó a París y allí fue donde trabajó durante más de tres décadas.