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Claudio Valdés, “El Gitano”: Flamenco chilensis

Tras su exitosa participación en “Talento chileno”, el joven cantaor ya sacó su primer disco, y está más que ilusionado con su carrera musical, aunque ésta le cueste tener que mantener una relación amorosa a distancia.

13 de Julio de 2011 | 08:50 | Por Ángela Tapia F., Emol
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Christian Zúñiga, El Mercurio.
Claudio Valdés nació en Talca, aprendió su música en Los Ángeles y aunque nunca ha ido a España, vibra y hace popular en Chile la música flamenca. No por nada, más de cincuenta mil fans lo conocen como “El Gitano”.

Tenía poco más de 16 años cuando, camino al río Claro, encontró a unos gitanos acampando. Claudio ya sabía de guitarra y algo de música. Había sido parte de un conjunto de cumbia romántica, pero nada hacía presagiar que su estilo estaría más encaminado por las palmas, las alegrías y bulerías del canto flamenco.

Bastó que los gitanos le dieran un disco -que incluía ilustres personajes de la cultura flamenca como Camarón de la Isla o Los Chichos- para que Claudio se obsesionara con este ritmo. Su escenario serían las calles y micros de Los Ángeles, y en su guitarra, su marca iría inscrita como “Jibano”. Esa fue su vida, hasta que decidió irse de su casa. Ya no aguantaba más.

Cuando dos años después Claudio se presentó en las audiciones del programa de tv “Talento Chileno”, iba muy serio, casi apagado y desarreglado. La noche anterior, la casa de un amigo se había quemado, así que pasó casi toda la noche dando apoyo fraternal, hasta que lo pilló la hora de tomar el bus y presentarse ante el jurado. No le dio tiempo para nada, dice.

Su canción sería “Madre”, una historia que habla de conflictos familiares, golpes del padre a su esposa y mucha rabia por el caos del hogar. “A la Virgen del Calvario le rezaba que esta guerra se acabara (...) Ahora ya he crecido, ya no quiero estar contigo. Ahora yo sólo te pido que cojas tus cosas y te marches. No te permito que le pegues a mi madre. Márchate antes de que sea más tarde. Márchate y no me sea tan cobarde”, cantó (mira el VIDEO).

“Ellos no saben que estoy aquí, hoy día. Igual me gustaría que me vieran, para que valoricen lo que perdieron”, decía él en la entrevista grabada, antes de cantar. “¿Le quieres dedicar a alguien este triunfo?”, le preguntó Julián Elfenbein, cuando el joven ya había clasificado. “A mí”, contestó el introvertido músico, que terminó ganando el segundo lugar del concurso musical.

El dicho “un hombre de pocas palabras” se queda algo corto para describir a este joven de 19 años. Cuesta sacarle más de cuatro palabras. A veces parece que se corta y otras, que está en otro sitio. Pero cuando se relaja y habla más de su pasado que de lo protocolarmente correcta vida presente que debe tener -con frases de “estoy muy contento de haber llegado hasta aquí”-, muestra su alegría, mucha inocencia y humildad.

Un día antes del lanzamiento oficial de su primer disco “Por ustedes”, hablamos con él para saber cómo ha cambiado su vida después del concurso, con un nuevo y ansiado trabajo disquero, y un amor a la distancia.

-En televisión conocimos parte de tu historia de vida. ¿Este tipo de música te ayudó a expresar la rabia?
“Claro, me ha servido harto. Yo no era tan expresivo y no hablaba de mis sentimientos, así que los sacaba cantando, más que nada”.

-Debe ser un plus hacer música que no es común aquí.
“Sí. Por lo menos aquí en Chile no conozco a nadie. O sea, conozco, pero no es conocido”.

-¿Te dio lata no haber ganado el primer lugar en el concurso?
 “La verdad es que no. Para mí ya era un sueño haber estado en la televisión, porque se lo dije a mis padres antes de que me fuera (de la casa). Les dije que algún día iba a llegar a la tele”.

-¿Y te creyeron?
“No sé si me habrán creído. No me dijeron nada. Solamente me escuchaban, pero creo que no me creían. Después me fui (a Talca), me metí al ‘Talento chileno’ y yo dije ‘ya, con salir en la tele una vez y cantar una canción que es parte de mi vida, soy feliz’. Así que fui y canté la canción de la madre”.

-En ese momento no te hablabas con tu familia. ¿Arreglaste las cosas con ellos?
“Un día me llamaron de ‘Primer plano’ para hacerme una entrevista y cantar en el programa, pero tenían una cámara en mi casa (en Los Ángeles). Y ahí empecé a hablar con mi mami”.

-Te hicieron una trampita.
“Claro, pero fue más que nada, para solucionar los problemas y que estuviera bien la familia”.

-¿Y?
“Y gracias a Dios, hoy día estamos súper bien. Voy para Los Ángeles a verlos y ellos vienen para acá cuando pueden”.

-¿Tienes muchas fans?
“Sí, tengo hartas fans. Tengo una página, Gitano.cl, con cincuenta mil fans y veintiocho club de fans. Y creo que hay más pero no se han registrado”.

-¿Te tiran muchos piropos?
“Más o menos. ‘Gitano, eres muy lindo’, ‘te felicito’, ‘gracias por tu música’, ‘gracias por tu humildad’”.

-¿Y en la presentaciones te tiran peluches?
“Sí. Cuando estoy saliendo, ya en la primera canción la gente se pone a gritar y me tiran cosas, collares, peluches, de todo”.

-¿Estás pololeando?
“Yo, sí. Hace rato ya”.

-Pobres fans...
“No, la mayoría son muy amigas de ella. Una que otra que se pone celosa (sonríe)”.

-¿Las 50 mil fans son amigas de tu polola?
“No, no todas la conocen. Pero sí hablan con ella”.

-¿Es conocida?
“No, para nada. Lo que menos querría es meterme con alguien de la farándula o que salga en la tele”.

-¿De dónde es?
“A ella la conozco hace siete años. Siempre tuvimos algo, pero ahora se concretó”.

-¿Cómo la conociste?
“Cuando estaba en Los Ángeles. Un día estaba en la plaza y unos payasos me llamaron para cantar. Estaba lleno de gente alrededor. Y yo estaba cantando con la cabeza agachada y cuando la levanto, la vi a ella y a la mamá. Igual la miraba harto y ella también a mí. Pero cuando terminé de cantar, se me había perdido. La empecé a buscar y creo que ella también me estaba buscando con la mamá, pero no nos pudimos pillar. Pero un amigo que andaba conmigo me dijo que ella vivía cerca de mi casa, y yo quedé feliz porque sabía que la podía ver, algún día, si daba vueltas por ahí. Desgraciadamente, pasaron dos meses y medio y no la pude ver.
“Hasta que un día andaba en bicicleta y la pillé justo en la esquina de su casa -que estaba a tres cuadras de la mía- con la mamá afuera. Yo me acerqué y le pregunté si se acordaba de mí y me dijo que no. Pero le dije ‘espérame un poquito. Voy y vuelvo’. Y fui a mi casa y traje la guitarra. ‘¿Te acordai’ ahora de mí?’, le dije. Y se acordó, y empecé a ir a su casa a verla. Teníamos una relación, pero más de amistad”.

-¿Y cuándo empezaron a tener onda amorosa?
“Estuvimos mucho tiempo conociéndonos o yo yendo para la casa. Ella también iba para la mía de repente. A mí me gustaba, pero ella estaba pololeando”.

-Con razón eran sólo amigos.
“No pasaba nada, ni un besito. Hasta que empezó a andar conmigo, pero seguía pololeando”.

-Fuiste patas negras.
“Fui patas negras sin saberlo”.

-Ah, no sabías...
“O sea, sí sabía. Pero no me quería dar cuenta. No quería asumirlo”.

Claudio cuenta que la canción número tres de su disco, “Nuestro momento”, es la historia de su amor clandestino. Y explica que dejó de ver a su enamorada cuando se fue de su casa, de Los Ángeles a Talca. Sólo retomó el contacto cuando se solucionaron sus problemas con su familia y pudo volver a su ciudad. Allí, estando ella ya soltera, pudo regularizar su situación sentimental.

-La habrás conquistado cantando.
“Puede ser, pero ya me aburrí de cantarle tanto...”.

Uno de sus manager dice: ‘Por su simpatía, no creo’, a lo que Claudio contesta: “Oye, es la primera vez que hablo más, así que cállense”.

La polola de “El Gitano” es de Los Ángeles y él, de momento, vive en Chicureo, en la casa de uno de sus manager. Eso hace bastante difícil que se vean tanto como quisieran, pero Claudio asegura que ambos se conocen tanto, que confían plenamente en el otro.

-¿Qué consejos darías a una persona con una relación a distancia?
“Que si está con una persona tiene que confiar en ella. Si no, mejor que no esté”.

-¿Cuál es tu vicio privado?
“Jugar a la pelota. Apenas tengo la oportunidad, me junto con amigos y juego. En Chicureo tengo como dos o tres amigos que tienen más gente para jugar” (Uno de sus manager agrega que da lo mismo que esté con sus mejores zapatos, que cuando ve una pelota, Claudio corre a la pichanga).
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