NUEVA YORK. - Más de uno de cada cinco adolescentes estadounidenses que recibe indicación de analgésicos fuertes, estimulantes u otras medicinas por parte de su médico consume demasiada cantidad de esas sustancias, en algunos casos con la intención de drogarse, reveló un estudio.
Tomar una dosis demasiado elevada conlleva peligrosos efectos colaterales, pero al menos el 10 por ciento de los jóvenes lo hace deliberadamente, indica la investigación publicada en Archives of Pediatric and Adolescent Medicine.
"Ha habido un aumento en la prescripción de sustancias controladas en los últimos 15 años, pero también ha habido un incremento en el uso no medicinal de estas sustancias", señaló Sean Esteban McCabe, de la University of Ann Arbor en Michigan, que trabajó en el estudio.
McCabe y sus colegas usaron un sondeo realizado a través de internet para evaluar el uso adolescente de cuatro grupos de medicamentos controlados que recibieron de sus médicos, incluidas píldoras para dormir como Ambien, fármacos contra la ansiedad como Xanac, estimulantes como Ritalin y analgésicos opioides como OxyContin.
En general, el 18 por ciento de los casi 2.600 estudiantes de escuelas primarias y secundarias de la zona de Detroit indicó que había usado uno de esos fármacos para tratar una condición médica durante el año previo.
Los analgésicos fueron los más comunes, seguidos de los estimulantes y las píldoras para dormir.
El uso excesivo fue especialmente común en el caso de las píldoras para dormir: un 42 por ciento de los usuarios tomó cantidades mayores a las dosis prescriptas por el médico y un 17 por ciento las usó para drogarse.
Los adolescentes que se apartaron de la indicación médica eran más propensos a fumar, tomar alcohol en exceso y consumir drogas ilegales que aquellos que siguieron la prescripción.
"Los niños son más propensos a recibir medicamentos que no están prescriptos para ellos de parte de sus pares", dijo McCabe a Reuters Health, quien añadió que la mayoría de los adolescentes los recibe de manera gratuita.
Aunque el estudio demostró que la mayoría de los adolescentes usa sus fármacos correctamente, McCabe dijo que también sugiere que se necesitaría un control más estricto.
"Los padres juegan un papel clave. Lo que hay que destacar aquí es que es importante elevar el control de los adolescentes y recetar la cantidad apropiada de medicamentos", agregó el autor.