Hay quienes afirman que la tecnología es uno de los bienes más preciados que tenemos, pues aparte de hacernos la vida más cómoda y placentera, nos proporciona esparcimiento, el cual, dentro del mundo saturado de estrés que vivimos, es tan necesario.
Qué hubiesen dado, por ejemplo, nuestras abuelitas por poseer una lavadora automática para no tener que partirse el lomo refregando por horas la ropita de sus doce mocosos, que tenían en ese entonces –donde hubiesen existido los televisores de pantalla plana LED y sonido estéreo Dolby Digital, muy seguramente no habrían tenido tantos hijos–. O qué hubiesen dado nuestros abuelitos por tener una mini-cámara de alta definición para filmar los bautizos, piñatas y cumpleaños.
Por otro lado, siempre han existido quienes reniegan y denigran de los avances tecnológicos, según ellos porque "esas vainas no hacen sino criar gente perezosa". Yo, por supuesto, siempre estuve en desacuerdo con ellos. Pero ahora debo reconocer que tenían razón. El caso más claro de esa convicción es el de los célebres ‘Geeks’, que podríamos traducirlo como: personas obsesivamente entusiastas por la computación, la informática, los videojuegos y cuanto gadget (carajada) sale al mercado cada día. Debo aclarar que aunque el nombre Geek puede emplearse tanto para hombres como mujeres, generalmente se le atribuye con más frecuencia al sexo masculino. Esto se debe a que mientras las mujeres tienen más desarrollada el área del cerebro que gobierna el aspecto cognitivo, el hombre despliega el área que maneja las habilidades motoras. De ahí, que mientras a la gran mayoría de las mujeres las cautiva una buena conversación, a muchos hombres los cautiva el sonido del motor de un carro o una moto –por eso la manada de cafres que andan acelerando sus vehículos como si estuvieran teniendo un orgasmo-.
Un nuevo hombre
Los geeks son una nueva casta de hombres surgidos del ingenio de la tecnología, son algo así como el monstruo de Frankenstein, pero más insensibles y menos conocedores de las necesidades femeninas –un poquito más agraciaditos eso sí–. Son extremadamente sedentarios, los únicos músculos que ejercitan son los Aductores y los Flexores del dedo pulgar, que aparte de usarse para bibiar y jugar videojuegos sólo sirven para quitarse las lagañas de los ojos y sacarse los mocos, nada más. La mente del Geek reacciona positivamente ante las imágenes en movimiento, y a altas velocidades, por eso es que, a menos que una mujer se vista de ninja, se mueva como Gatúbela y pelee como Indiana Jones, este señorito –que muy probablemente lo es– va a preferir mil veces una hora con la última versión del videojuego "Zombis en la DIAN", que una apasionada noche con su pareja.
La mujer que se aventure a salir con un geek debe saber de antemano que, a menos de que a él algo le suene a tecnología, muy probablemente ni tenga idea de lo que es y ni le interese –para él, el punto "G" es el punto que determina las gigas de un aparato–. Y como si esto fuera poco, es muy factible que encuentre uno que otro detallito poco digno de un hombre correcto, como por ejemplo: es capaz de terminarle a su pareja por Facebook, por Internet o con un mensaje de texto –lo cual debería constituir un motivo legal para cometer homicidio–.
Contrario a lo que la gente piensa, no son necesariamente esos tipos con lentes, despeinados, mal vestidos y con pinta de nerds. Pueden perfectamente ser atractivos, bien vestidos y excelentes personas –lo que los hace aún más peligrosos–. Por lo tanto, no es pecado salir con uno, ni es pecado serlo. De lo que sí tienen que estar conscientes las mujeres es que, en una relación, ellas siempre van a estar relegadas a un segundo plano –algo que sí es pecado para las mujeres–.
Por eso, antes de cometer un error del que se puedan arrepentir, reflexionen. Si un pretendiente que las está cortejando no para de hablar de: tecnologías de última generación, alta definición, formato X, resolución Y, sistema operativo XYZ, memoria de X gigas, Wi-Fi, navegación GPS, etc., mándenlo con resolución a navegar a otro lado, que se quite el GPS y se pierda de una y para que le quede bien formateada la información en la memoria, háganle pistola con zoom digital de 16X, a 30-FPS y 1080 megapíxeles. Y si no le queda claro, díganle que se ganó una devolución del IVA y, con un besito, lo convencen de que firme el recibido y luego le echan la Fiscalía.