Llegó el fin de semana y con él, las reuniones y picoteos con amigos, familiares, cumpleaños, y eventos amenos. Éstos siempre son bienvenidos para olvidarse de la rutina laboral, pero también pueden resultar una gran complicación para quien ha comenzado una dieta y quiere mantenerse alejado de las tentaciones.
Tortas de cumpleaños, quesos varios, pisco y mango sour, o ya derechamente entrada, plato de fondo y postre en un restaurante, son una verdadera amenaza para todas aquellas que ya han comenzado a pensar en el verano y han decidido restringir la “buena mesa” en la segunda mitad del año.
Pero que los eventos sociales sean un peligro para ellas, no quiere decir que deban abstenerse de disfrutar de la compañía de los suyos. Aunque muchas no lo crean, sí es posible compartir y salir de las reuniones sin un kilogramo de más.
En primer lugar, al asistir a un picoteo en alguna casa, es importante tener claro que no se debe ir con un largo período de ayuno durante el día, sino, será muy probable que se quiera comer de todo después. Para eso, la nutricionista de la Clínica Alemana, Patricia Rodríguez, recomienda comer verduras o tomar una sopa antes del encuentro.
Una vez en el lugar, se debe optar por los alimentos menos calóricos, como los siempre bienvenidos palitos de verdura, los quesillos, el ceviche, carpaccio o las carnes sin salsa.
Demás está decir que en cuanto al consumo de alcohol, éste no debe ser más que una copa de vino o champaña, que se caracterizan por tener menos calorías que los populares destilados.
Por otro lado, y cuando la tentación sea insoportable (con tortas u otras delicias), la nutricionista asegura que está bien probar un poquito del alimento prohibido. “Eso tiene un efecto psicológico importante para sacarse las ganas. Eso sí, depende mucho de cada paciente, si es capaz de comerse un cuadradito de chocolate, y eso no va a desencadenar que coma la barra completa, o que se coma una galleta y no coma el paquete completo”, explica.
Buen provecho: Las normas en un restaurante
Una cosa es tener fuerza de voluntad y otra, ser un robot. Entonces, ¿para qué tentarse en alguna pizzería, hamburguesería y locales del estilo, cuando se puede optar por lugares con más variedad y opciones más sanas?
Recomiende, o luche si es necesario, que el almuerzo o la cena afuera sea en un lugar que los deje a todos felices, incluyéndola a usted y a sus deseos por bajar de peso.
Ya en el restaurante, y si es necesario, pídale al mozo que no lleve a la mesa pan ni mantequilla. En cambio, solicite que mientras espera su plato, traiga verduras para picar, agua o una bebida dietética.
Antes del plato de fondo, Rodríguez aconseja siempre comer una ensalada, la que debe ser aliñada personalmente. Luego, opte por carnes o pescados al vapor, nunca con salsas, ya que éstas son altas en grasa.
“Coma lento y saboree cada bocado. Converse entre un bocado y otro”, dice la nutricionista, quien recuerda entre sus consejos que no es necesario acabar con el plato si se siente satisfecha mucho antes.
En cuanto a los postres, prefiera las ensaladas de fruta fresca o reemplácelo por un café.
“La dieta sola no sirve”
Un evento social acompañado de comidas no hará que usted suba de peso, siempre que no sean reiterativos y que al día siguiente retome su dieta de siempre. Sin embargo, la nutricionista es clara en afirmar que no basta restringirse y evitar las tentaciones para alcanzar el peso ideal.
Para ello, es indispensable realizar alguna actividad física, que, como explica, “no necesariamente debe ser un programa de gimnasio, sino que puede ser salir a caminar, o subir escaleras todos los días, varias veces”.
