A todos los asiduos a esos programas de curiosidades médicas del cable, le puede resultar conocido este diálogo:
-Doctor, creo que tengo apendicitis.
-Señorita, lo que usted está sintiendo es el trabajo de parto.
-¡Oh, por Dios!
“No sabía que estaba embarazada” es un programa de televisión que cuenta la escalofriante, pero finalmente feliz historia de aquellas mujeres que pasaron todo un embarazo sin darse cuenta de los síntomas y, por ende, desconociendo que serían madres hasta el momento de dar a luz.
“Tuve la regla todos los meses”, asegura Andrea Curry (31), uno de los casos de este fenómeno, quien, debido al normal desarrollo de su menstruación, nunca pensó que los 10 kilos subidos durante varios meses podrían significar un embarazo.
“Pensé que había subido de peso porque había estado estresada por algunas cosas”, comentó la mujer la semana pasada a
ABC News. “Cuando estuve embarazada de mi primer hijo, descubrí que lo estaba porque dejé de tener la regla. Tuve nauseas matutinas durante los 7 u 8 meses de embarazo. Definitivamente me sentía embarazada”.
Pero sucedió que una noche de octubre del año pasado, mientras jugaba con su -hasta entonces- único hijo, Tyler, comenzó a sentir un fuerte dolor abdominal. “No podía sentarme, era demasiado el dolor”, recordó la mujer, quien en ese momento decidió llamar al 911.
Con la ayuda de su novio, Brad, le explicaron a la operadora que sentía fuertes dolores y que, además, había comenzado a sangrar y sentía que debía “expulsar” algo. Inmediatamente, la persona al otro lado del teléfono intuyó que podía tratarse de un aborto espontáneo.
Cuando llegó la ambulancia, el hecho terminó por esclarecerse. “Cuando íbamos hacia el hospital, una mujer me dijo que había visto un cordón umbilical (...) Y me informó que, de hecho, estaba en trabajo de parto, y solo entonces me di cuenta que iba a tener un bebé”, comentó Andrea.
Sin síntomas
Desde hace un tiempo su regla era irregular, pero como no engordaba y los test de embarazo le daban negativos, Paloma (44) ni se imaginó que su cuarta hija estaba por venir.
Eran las 11 de la mañana cuando fue al baño de la Facultad de Derecho de una universidad madrileña, por los fuertes dolores “de tripa” que sentía. “Y de repente nació de un tirón”, aseguró la mujer a
TVE. Entre risas, recuerda que cuando sus amigas entraron al baño y la vieron con una guagua en los brazos, creyeron que se la había encontrado abandonada ahí.
Hoy cuesta creer que su hija, la pequeña África -una niña sana que pesó 1,96 kilogramos al nacer-, fue gestada mientras su mamá se sometió a dos operaciones y tomó antibióticos y otros medicamentos que incluso le dieron alergia. Pero sucedió.
“Sé lo que es un parto y lo que es un embarazo, y no tuve ningún síntoma”, dijo la mujer el año pasado.
“No parece haber muchos datos científicos sobre esto, pero creo que si le preguntan a cada obstetra, todos lo hemos visto en algún momento de nuestra carrera”, comentó al ABC la doctora y experta en partos de alto riesgo, Ashley Roman.
El sangrado durante el embarazo, que podría confundirse con regla irregular, subir de peso -en períodos de estrés- o que el feto del hijo sea pequeño o muy inactivo, son algunas de las razones que Roman entregó, para justificar los casos en que las madres desconocían su embarazo hasta, incluso, el noveno mes.
Andrea tuvo un sano hijo, Alex. De él, cuenta: “Me ha enseñado a no dar nada por sentado (...) Lamentablemente tuvo que pasar de esta forma, pero desde que él está en mi vida, no he tenido nada más que felicidad y no puedo pedir una mejor familia que esta”, dijo Andrea al medio estadounidense, donde mencionan que este tipo de casos comenzaron a llamar fuertemente la atención de la prensa internacional, luego que la pesista chilena, Elizabeth Poblete diera a luz de manera inesperada a su hijo en Sao Paulo, donde ella se encontraba entrenando.
Su exigente rutina de ejercicios y dieta, además del estrés de un deportista de alto rendimiento, son algunos de los factores que, se cree, provocaron que Poblete desconociera su embarazo.
Lamentablemente, su guagua llevaba seis meses de gestación y no pudo resistir el delicado estado de salud con el que nació, transformándose en un símbolo que demuestra que no todos los casos terminan con un final feliz. Por esto es necesario que cada mujer visite a su ginecólogo cuando vea el más mínimo e inexplicable cambio en su regla o peso. Tal vez, dos vidas pueden estar en riesgo.