"Existe lo que se llama un declive fisiológico, vale decir, es normal que en las personas sanas en la medida en que van pasando los años surjan problemas, no de la memoria en general, sino que con ciertos aspectos de la memoria", dice el especialista. Es decir, se trata de “olvidos” que permiten que la persona siga llevando una vida normal sin la necesidad de dejar de hacer ciertas cosas, aunque quizás las realice con más lentitud.
Esto a diferencia de lo que ocurre con quienes efectivamente padecen una enfermedad de la memoria, como el Alzheimer u otros trastornos, en cuyo caso los "olvidos" van en aumento hasta el punto de quitarle independencia al afectada/o, quien pasa a depender de otros incluso para realizar actividades tan básicas como bañarse, comer o usar el teléfono.
Aránguiz sostiene que en el caso del envejecimiento normal existen varios factores que inciden en el deterioro de la memoria. El primero de ellos es la pérdida de neuronas. "Pero no solamente se pierden neuronas, sino que además las que van quedando van cambiando su funcionamiento", agrega el neurólogo.
Asimismo, hay núcleos en el tronco cerebral que generan sustancias llamadas neurotrasmisores -que tienen que ver con las funciones cognitivas-, que también van disminuyendo su funcionamiento con el paso de los años. Por esta razón, es común encontrar a adultos mayores que no sólo tienen problemas de memoria, sino también de atención y trastornos del ánimo, entre otros.
El estilo de vida moderno también influye en los recurrentes "olvidos". Según el especialista, aunque no hay estudios que demuestren que las personas que utilizan computadores, teléfonos celulares y cualquier otro aparato que tenga una memoria "artificial" pierden más la memoria, sí se ha visto que quienes tienen mayores niveles de estrés o síndromes ansiosos de larga duración están más expuestos a trastornos no sólo del ánimo, sino también de la memoria.
"De hecho, al estar uno estresado aumentan los niveles de unos neurotrasmisores llamados catecolaminas y eso en una duración prolongada se ha relacionado no solamente con trastornos de memoria, sino que incluso con atrofia, vale decir, disminución del tamaño del hipocampo, que es la estructura que está relacionada al almacenamiento de los recuerdos", afirma el médico.
Sin embargo, así como existen factores que pueden empeorar la memoria, también hay otros que la protegen. Algunos especialistas han puesto a los antioxidantes en esta categoría, pero para Rafael Aránguiz sin duda el más importante de ellos se refiere a los años de educación. "La persona que ha recibido por ejemplo una educación completa básica y media, y además es profesional, tiene un factor protector de trastornos de memoria. Una persona igual que no ha recibido la misma educación, se ha visto que tiene mayor riesgo de empezar antes con estos problemas", sostiene.
Acondicionamiento cerebral
Pero para quienes se sienten desmemoriada/os no todo está perdido, ya que la memoria sí se puede entrenar. "Y no solamente la memoria, sino que todas las funciones cognitivas (...) Hay estudios que muestran que los adultos sanos que son sometidos a entrenamientos de memoria y otras funciones mentales que son periódicas, vale decir, que se repiten una vez al año y que duran dos o tres meses, tienen menor riesgo de tener problemas de memoria que aquellas personas que no realizan este tipo de actividades", afirma el neurólogo.
Asimismo, para quienes padecen estrés, ansiedad o depresión y sufren "olvidos", está la opción de modificar ciertos hábitos y así evitar los factores que les desencadenan los trastornos de memoria. "Ojalá disminuir el estrés, optimizar la higiene del sueño -por lo menos dormir siete u ocho horas diarias-, minimizar el uso de fármacos que pueden producir alteraciones de memoria", recomienda el especialista.
Y si los problemas persisten a pesar de cumplir con estas sugerencias, lo correcto es someterse a una evaluación neuropsicológica para descartar que la persona esté con un Deterioro Cognitivo Leve, es decir, tenga un trastorno de memoria mayor al esperable para su edad y nivel educacional, pero menor al de una demencia. "En caso de que lo tenga, ahí puede plantearse un tratamiento farmacológico o también existe la posibilidad de entrenamiento cognitivo específico para las funciones y el tipo de memoria que están alteradas", explica el médico.
Otra alternativa es asistir a un taller de entrenamiento de la memoria, algo así como un gimnasio cerebral. Uno de ellos es BrainTraining, donde realizan cursos de ocho sesiones que duran una hora y media, y que apuntan a mejorar todo tipo de memoria: de corto, mediano y largo plazo, semántica, visual, de trabajo, verbal, espacial, etc.
"Para mejorar la memoria se requiere desarrollar cinco habilidades: la atención y concentración, la verbalización, la visualización, la asociación y el agrupamiento. Eso es lo que nosotros hacemos en nuestros talleres: desarrollar y mejorar esas habilidades con entrenamiento, no con técnicas nemotécnicas (...) Nuestros ejercicios hacen que los músculos trabajen", explica Gastón Galleguillos, gerente y fundador de BrainTraining.
El método de trabajo de BrainTraining consiste básicamente en ejercitación. Por ejemplo: el braintrainer dicta una serie de caracteres alfanuméricos que deben ser memorizados por las personas que asisten al taller. Luego, los "alumnos" deben ordenar los números de menor a mayor y las letras según el alfabeto. "Eso lo hacemos, igual que en un gimnasio físico, con intensidades crecientes", dice Galleguillos.
Otra manera de ejercitar es con asociaciones, ya sean verbales o visuales: los participantes escuchan o ven parejas de palabras, y luego deben escribir las parejas de las palabras que se les dicten. "Así se van desarrollando los diferentes músculos cerebrales y logran repetir, por ejemplo, 20 palabras en el orden, recordar 12 parejas, llegar a invertir números y letras del orden de siete u ocho, recordar números, en el corto plazo, en el largo plazo, porque se trabajan todos los tipos de memoria", agrega.
Pero, ¿qué sucede una vez finalizado el taller? Galleguillos explica que los asistentes se van con una serie de consejos para seguir entrenando su memoria. "Los ejercicios que hacemos no son difíciles de reproducir (...), pero requiere voluntad (...) Una vez que conocen el tipo de ejercitación es muy fácil seguir haciéndola, con la intensidad que quieran", afirma.
Asimismo, "la vida nos da oportunidades para practicar", sostiene el gerente de BrainTraining, por ejemplo memorizando las patentes de vehículos en los tacos.
A BrainTraining pueden asistir personas de todas las edades. Los cursos son grupales y si te interesa inscribirte, en septiembre se realizará un nuevo taller, cuyo costo es de $98.000.