Es una práctica milenaria que varios han adoptado en occidente y otros, aún observan como si se tratara de un bicho raro, una costumbre ajena, difícil de acceder. Pero la meditación, hoy en día, entre múltiples centros que la imparten y los curiosos que han buscado información en libros, amigos e internet, parece estar más que nunca al alcance de la mano.
Es fácil, se puede practicar de forma gratuita, ya que solo necesita un espacio tranquilo y una mente relajada, y lo mejor, tiene beneficios invaluables para el ser humano. Por ejemplo, disminuye la presión sanguínea, mejora la circulación, disminuye el ritmo cardíaco y respiratorio, relaja y libera del estrés.
“Hay muchos tipos de meditación, pero todos tienen como objetivo relajarse y disminuir el estrés. Eso ya es una parte preventiva de la salud, porque cuando acumulamos estrés, proporcionalmente se nos deteriora el sistema inmunológico, lo cual permite que se produzcan ciertas enfermedades”, explica Sergio Córdoba, director del centro de salud y terapias alternativas,
Ohani.
El otro lado bueno de esta práctica, y no menos importante, es la conexión con la espiritualidad de cada ser humano, con “esa parte que es muy sabia”, comenta. Y explica que, así como las religiones buscan la comunicación con su dios, la meditación también apunta a conectarse con esa energía y fuerza universal, solo que en este último caso, no exige dogmas.
Para Córdoba, todas las personas tienen la capacidad de meditar. Claro que unas personas más que otras podrán acercarse a los resultados más fácilmente, según la capacidad que tengan de calmar su mente de los constantes y a veces agobiantes pensamientos y preocupaciones que, en ocasiones, no dejan ni siquiera dormir.
Para iniciar esta práctica, se puede hacer de manera individual. Sin embargo, Córdoba recomienda, las primeras veces, asesorarse con la guía de un entendido. Eso sí, advierte tener cuidado de algunos “gurús” que comprometen espiritualidad con grandes sumas de dinero, y llama a no dejarse llevar por ese tipo de personas.
“Una vez que alguien encuentra un buen instructor, puede aprender la técnica y después seguir practicando por sí solo, unos 10 o 15 minutos al día. Eso ayuda a despejar la mente, quitar estrés, recuperarse si no se ha dormido bien, tener una mayor calidad de vida y un pensamiento más ágil, estar más alerta y con paz”.
¿No tienes tiempo para meditar?
Tal vez los que más necesiten de la meditación son precisamente esas personas que corren de un lado a otro y mantienen su cabeza ocupada las 24 horas del día, sin importar si están despiertos o intentando dormir.
Para ellos, y consciente que hoy el tiempo es un lujo, el asesor de crecimiento personal Pablo Morano creó la “guía de meditación para el mundo 2.0”, que solo toma 5 a 10 minutos al día e intenta, de una manera simple, explicar técnicas y un modo correcto de realizar esta actividad.
“La recomendación es meditar un par de veces de una manera sencilla y tradicional para poder conocer la sensación que nos entrega la meditación”, dice Morano, quien comparte en su guía los pasos a seguir:
1.- Siéntate en una postura cómoda y relajada con la espalda recta.
2.- Cierra los ojos sin apretarlos.
3.- Concéntrate en que tu respiración sea completa, es decir, llenando tus pulmones de arriba hacia abajo. Nota que tu abdomen se llene de aire, y luego exhala de abajo hacia arriba.
4.- Siente la sensación de simplemente estar aquí y ahora.
5.- Si tu mente divaga, tráela nuevamente al ahora.
Las técnicas para despejar la mente son múltiples y se ajustan según las preferencias de la persona. Por ejemplo, está la concentración en un punto, que se trata de fijar la atención en un punto, que puede ser la llama de una vela y hasta un lápiz sobre la mesa. “Cada vez que notemos que la mente comienza a divagar, el objetivo es devolver el foco al punto de atención antes seleccionado”, explica Morano.
Otra técnica, más o menos fácil de realizar, es la de “observación mental”, que consiste en “hacerse consciente de todos los pensamientos que pasan por nuestra mente, sin juzgarlos ni involucrarse en ellos, sino que simplemente ver cómo funcionan los patrones de tu mente”.
Es importante adoptar un “gatillo” corporal que sirva para activar la meditación, y que muchas personas realizan sentándose con las piernas cruzadas. Por su parte, Morano recomienda juntar los dedos medio y pulgar de las manos, “sintiendo cómo fluye la energía en círculo a través de ambos dedos”.