-Me siento tan gorda.
-¿Estás hablando en serio? Tú no eres gorda para nada.
-Sí, lo soy. Mira mis muslos.
-Tú mira mis muslos.
-¡Pero si eres un palo!
-Tú también.
Así fue como una de las encuestadas por un grupo de investigadores resumió un típico diálogo entre dos amigas, en el que trataban un tema tan común como preguntar ‘cómo estás’, como lo es la gordura y la eterna batalla por verse o acercarse a la imagen de belleza, entre comillas, ideal.
Prácticamente no existe mujer que no haya participado o al menos escuchado una conversación similar. En Estados Unidos lo apodaron ‘fat talk’, algo así como “conversación de gordura” y desde hace algunos años vienen creando grandes campañas para evitar que las jóvenes y adultas dejen esta costumbre que, según expertos, “sólo sirve para reafirmar el ideal de delgadez y la noción de que estar insatisfecha con el cuerpo es algo normal en las mujeres”.
Las autoras de ese análisis -
publicado en marzo pasado en Psychology of Women Quarterly- son las psicólogas Rachel H. Salk y Renee Engeln-Maddox, quienes entrevistaron a 186 universitarias para conocer cuán satisfechas estaban con su imagen corporal y con cuánta frecuencia realizaban un ‘fat talk’ con su entorno.
Los resultados fueron demoledores. El 93% de ellas hablaban sobre cuán gordas se sentían con sus amigas, sin importar si tenían o no sobrepeso. Peor aún es cuando se comparan esas conclusiones con otro estudio realizado por la Universidad de Harvard acerca del mismo tema. Cuando le preguntaron a las jóvenes si se consideraban bonitas, apenas el 2% contestó que sí. Lo que en números reales fueron solo 64 mujeres de un total de tres mil 200 encuestadas.
El ‘fat talk’, como se explica en uno de los tantos grupos que han nacido para detener esta costumbre,
End Fat Talk, incluye frases tan comunes como “estoy gorda”, “¿me veo gorda con esto?”, “necesito bajar 4 kilos” o “ella es demasiado gorda para usar ese traje de baño”. Y atención, que no siempre tienen que ser comentarios negativos. Un “qué bien te ves, ¿has bajado de peso?” también se considera ‘fat talk’.
Lo que los expertos indican es que lo que se busca con estas conversaciones no es otra cosa que calmar la insatisfacción con el propio cuerpo, a través de esta especie de encuesta camuflada hacia el resto.
Como lo explicaron Salk y Engeln-Maddox, la mayoría de las mujeres que caen en esto suelen quejarse de sentirse gordas o hinchadas, y buscan con esta conversación dejar de sentirse culpables por haber comido mucho o no ir al gimnasio, gracias a las respuestas positivas que sus cercanos les den.
Sin embargo, por más que el pololo, la mamá o las amigas les digan que no se ven gordas, ellas no les creerán, pero servirá como un calmante momentáneo para la desaprobación de su cuerpo, sobre todo, si saben que su amiga también está insatisfecha con el suyo.
El ‘fat talk’ se ha apegado tanto a las costumbres de las jóvenes de gran parte del mundo, que hoy por hoy una mujer se siente en la obligación de participar en conversaciones de ese estilo.
“Si hay mujeres por ahí que se sienten normales o incluso les gusta su cuerpo, apuesto que nunca se lo escucharíamos decir, por temor a la sanción social y al rechazo”, comentó Denise Martz, autora de otro estudio realizado sobre el ‘fat talk’.
Eres hermosa y punto
Caitlin Boyle estaba cansada de ver cómo las mujeres se miraban al espejo con cara de espanto, sin dejar de fijarse en los mil defectos que se encontraban. Es por eso que un día tomó un post-it y lo pegó en el espejo de un baño público. En él había escrito: “¡Eres hermosa!”.
No pasó mucho tiempo para que comenzara todo un movimiento, que llamó “Operation Beautiful”, haciendo un llamado para que mujeres de todas partes tomaran la iniciativa y dejaran sus propias notas alentadoras en diferentes partes, para así lograr que las jóvenes cambiaran su forma negativa de verse y detuvieran de una vez por todas el ‘fat talk’.
Y tan bien le fue que el año pasado lanzó su libro “Operation Beautiful: Transforming the way you see yourself one post-it note at a time”.
En su sitio web, Caitlin entrega varios consejos para eliminar la culpa y las conversaciones acerca de cuán gorda las mujeres se sienten, partiendo por darse cuenta cada vez que se cae en el ‘fat talk’. A eso, agrega:
-Sustituye esos pensamientos con algo realista y positivo.
-No compares tu cuerpo con el resto.
-Aprecia tu cuerpo por lo que puede hacer. Si te sientes mal y estás en un ‘fat talk’, trata de salir a caminar y distraerte en otro lado.
-Nunca hables de gordura frente a tus hijos.
A esto, Boyle agrega los ‘fat talk’ “internos”, generados con la culpabilidad y que se dan cada vez que se siente que se comió de más o se está frente al espejo. “Si la culpa fuera saludable y ‘normal’ sería entonces productiva y te haría feliz. ¿Te sientes culpable por la comida muy seguido? Entonces, estás repitiendo las mismas acciones una y otra vez, y, claramente, esa culpa no es productiva, no funciona y solo sirve para bajarte la autoestima”.
Ante esto, Caitlin llama a convencerse que no se subirá de peso con un postre, que no se es una mala persona por disfrutar de una cena y que no se es débil por sentirse más hambrienta de lo normal. Y ante todo, tener claro que si existe algo que se cree que está fallando, hacer algo al respecto, como entrar a un gimnasio o ir a un nutricionista, pero no encerrarse en un círculo vicioso de autocrítica.