Ojos hundidos, pechos planos. Ese fue el aspecto de una de las modelos de la colección de Gianfranco Ferré que reabrió el debate sobre modelos anoréxicas en las pasarelas de moda.
La ocasión tuvo lugar en la recién concluida Pasarela de Milán, en donde las modelos de la casa italiana reavivaron las críticas frente a las esqueléticas figuras que distorsionan la imagen de la mujer y que generar ideas erradas especialmente en las más jóvenes.
El diario “El Mundo” fue uno de los primeros en plantear sus reparos bajo el singular artículo “Se acabaron las curvas” y en el cual se señala que Ferré puso a desfilar mujeres de aspecto poco saludable y hace presente que un acuerdo adoptado por las casas de moda en 2006, sobre el IMC (índice de masa corporal) mínimo exigido a las modelos, no se está cumpliendo.
De hecho, en la Pasarela de Milán las modelos no pueden tener menos de 18,5 de IMC, mientras que en la Pasarela de Cibeles, España, la norma exige 18 de IMC.
Sin embargo, por el aspecto mostrado por las modelos de Gianfranco Ferré, la norma no se estaría aplicando.
El diario británico también levantó su voz con el artículo “¿Alguien cree que este es un buen look?” en el que “mientras crece el debate sobre la irresponsabilidad de usar a modelos de bajo peso en los 'shows' de moda, parece que los propios diseñadores -aquellos que tienen el poder para provocar el cambio- simplemente no están escuchando".
“El Mundo” agrega que “aunque Prada, Armani o Versace se niegan a trabajar con modelos excesivamente delgadas, los grandes diseñadores que participan en Nueva York, Milán o París, son los elementos clave en este asunto, y es difícil que ellos promuevan el examen de la báscula”.