El perro, esa mascota incondicional que salta y mueve su cola con entusiasmo cuando ve llegar a su amo, no solo es una compañía fiel, sino que además se ha transformado en un buen entrenador físico para quienes disfrutan de las actividades al aire libre.
Basta saber que un reciente estudio realizado por una marca de alimento canino (Mars Petcare) determinó que un 66% de las caminatas que un dueño de perro hace a la semana se deben a su mascota. Más determinante son las cifras que indican que hasta el 44% de la gente mayor de 65 años, poseedora de un amigo canino, hace ejercicio al menos una vez a la semana gracias a él.
Y además del estado físico, sacar a pasear a la mascota mejora incluso la vida social, como lo señaló a Reuters Sandra McCune, co-editora del libro “The health benefits of dog walking for people and pets”, quien agregó que “si la gente sale con un perro es más probable que tengan una conversación (con desconocidos)”.
McCure, experta en conducta animal, lanzó su libro en junio pasado, y rescata las visiones de expertos y estudios que hablan de sacar a pasear al perro no solo como una herramienta eficaz contra la obesidad de la gente, sino también como un medio que beneficia la salud del propio can.
“Los perros, al igual que los humanos necesitan esparcimiento, por lo que no sacarlos a pasear puede influir en conductas viciosas y nocivas como romper el jardín o que muestren mala conducta para llamar la atención de sus amos”, asegura el doctor Juan Ignacio Rodríguez, veterinario y gerente de
Zoodata, quien agrega que lo ideal es salir a caminar con la mascota por lo menos dos a tres veces a la semana.
Dog fitness
Frisbee, lanzar la pelota, una rama, trotar, andar en bicicleta, salir de excursión... Las actividades que ejercitan tanto al hombre como a su perro son tan variadas, que incluso en algunos países se ha popularizado practicar el yoga (doga) con el can.
Ahora que la primavera ha llegado, qué mejor que aprovechar las cálidas tardes y, de paso, preparar el físico para el verano, compartiendo con el amigo incondicional.
Pero antes que todo, es importante tomar en cuenta que los cachorros no están capacitados para ser el compañero de ejercicios, al menos antes de los 12 meses. Además, la intensidad de la jornada dependerá de la raza de la mascota, ya que hay algunas que son más activas que el resto, como los Beagles, Labradores y Setter, explica Rodríguez.
Si el perro no está acostumbrado a ejercitarse, más allá de un paseo esporádico, se debe comenzar de a poco a incrementar la duración e intensidad de una caminata o trote.
Antes de salir, se hay que prestar atención al ánimo de la mascota. Si está decaída, podría estar enferma, y un paseo puede empeorar su salud. También es importante hidratarla con agua antes y después del ejercicio, y llevar una botella a mano para cuando lo necesite.
Asimismo, se debe ser consciente de las capacidades del can. Por ejemplo, si tiene mucho pelo, hay que evitar sacarlo a pleno sol, y si se ve que pone resistencia a correr, jamás se le debe obligar a hacerlo. Apenas muestre signos de cansancio hay que dejarlo descansar.
Prefiera los caminos de tierra o el césped, ya que el cemento se calienta mucho en un día soleado y puede quemar sus patas. Éstas deben ser revisadas constantemente, por si se entierra alguna espina o aparece una herida.
Y ante todo, se debe recordar que esta es una actividad que, si bien sirve para mantener a la persona y al animal en forma, sirve para que amo y mascota compartan y disfruten de su compañía.