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Bernardo Borgeat: Parrillero con amor

El modelo cuarentón, y uno de los finalistas de “40 o 20”, se toma con tranquilidad no haberse quedado con Dominique. “Todo pasa por algo”, comenta, mientras no para de recibir llamadas y mails, varios de ellos, para ofrecerle eventos y solicitar sus servicios como asador. Aquí, el galán comparte algunos tips para la parrilla.

15 de Noviembre de 2011 | 15:53 | Por Ángela Tapia F., Emol
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María Ignacia Concha, El Mercurio.
Desde que salió del encierro de “40 o 20”, el teléfono de Bernardo Borgeat (40) no para de sonar. Se ve aún algo desorientado, entre tantas llamadas, trámites que debe hacer, y las apasionadas muestras de cariño de algunas seguidoras del programa, que no paran de gritar cuando lo ven.

“Fue raro salir”, admite hoy el modelo argentino, colega y coterráneo de Joche, el otro participante del programa de telerrealidad que fue finalista y que terminó siendo el elegido de Dominique Gallegos para pololear con ella.

A varios -y sobre todo varias- se les partió el corazón cuando en el último capítulo del programa, cuando la curvilínea protagonista debía decidir con cuál galán quedarse, le hizo creer en un comienzo al representante de los cuarentones que él era el vencedor, para después decirle que él no era el escogido. Sin embargo, al día siguiente, varias chilenas celebraron la no victoria de este oriundo de Mar del Plata, vislumbrando el hecho como un rayito de esperanza para ellas.

“Cuando la vi me imaginé que era yo (el ganador), y estaba en las nubes, pero me bajó de un hondazo. Al final me lo tomo como que si no me quiso elegir, es porque no éramos el uno para el otro”, cuenta el modelo, mientras pone en silencio su celular, que no para de recibir llamadas. Varias de ellas son por su empresa Asados Pro, que ha colapsado en pedidos desde que LUN puso en su portada que Borgeat iba en persona a hacer los asados a la casa de sus clientes.

A parte de ponerse al día con sus dos hijos, Agustina (12) y Diego (9), Bernardo tiene varias cosas pendientes por hacer. Apenas salió del encierro se le vinieron mil trámites a la mente, desde cuentas hasta renovar el carnet y, lo más tedioso, desembalar las cajas que tiene en la pieza del departamento de un amigo, con todas sus cosas, y que quedaron ahí cuando supo que había entrado en el programa del 13.

“Fueron casi seis meses que podría compararlos con haberme ido a la luna. No teníamos mucho contacto con el exterior, no podíamos hablar con la gente. Y cuando te vas de viaje a algún país, te comunicás por mail. Después, cuando llegué aquí, no cachaba nada de nada. Y todo el mundo queriendo felicitarme y saludándome. No pensé que sería tanto el cariño, tanto de las mujeres como de los hombres, que me sacan fotos para la mamá, para la polola, para ‘mi mujer que está enamorada de vos’... Increíble”, dice el argentino que, probablemente, nunca en los 15 años que lleva en Chile lo habían piropeado tanto en la calle.

-Debe ayudar que tantas mujeres quieran salir hoy contigo, para pasar el mal sabor de no haber ganado, ¿no?
“Bueno, eso da igual cuando uno está enamorado, porque entonces, hay ojos solo para una”.

-¿Te enamoraste?
“No, no, no. Digo que si hubiera salido con Dominique, por más que hubiera habido mil mujeres, daba lo mismo. En un momento me fui enganchando mucho y lo pasaba muy bien con ella, y pensé que podría resultar.
“El resultado no fue el óptimo, terminar sin Dominique después de tantos meses de conquista, pero viéndolo un poco más frío ahora que pasó el tiempo, tengo tantas cosas que hacer que si estuviera pololeando con ella, sería complicado. Creo que ella eligió bien. Joche es un chico más de su edad y son más acorde. Tienen más cosas en común así que va a ser más fácil que esa relación se mantenga”.

-Siempre se cuestiona la veracidad de los sentimientos en programas de este tipo. ¿Qué tan involucrado se está con alguien en un reality?
“Es totalmente distinto a la vida. Yo, por ejemplo, fui el que más citas gané. Tuve unas treinta. Mal no lo pasé, pero en la vida normal, si no es a la primera, a la segunda, a la tercera, a la cuarta, por lo menos un beso sacás. Es difícil mantener a alguien por treinta citas, sin poder dar un paso más. Pero al ver que todos mis compañeros volvían de las citas igual de enganchados, no entendía nada y empecé a tener un poco de celos. De verdad pasan cosas. Además, el encierro te lleva a multiplicar los sentimientos mucho más. Cualquier cosita se potencia y uno reacciona distinto a la vida normal”.

-¿Cómo vive un rechazo amoroso, un hombre de 40 años, con hijos y el doble de lo vivido por uno de 20?
“En el momento en que me dijo que yo no era la persona fue fuerte. Pero viéndolo con mi experiencia de los 40 años, creo que las cosas pasan por algo, y si no era ella la persona, ya va a llegar la que realmente conquiste mi corazón. Fue duro, no me lo esperaba, sobre todo teniéndola a ella al lado mío, pero me lo tomo tranquilo. De repente hay que sufrir en ese minuto, pero mejor antes que después”.

-Pero, fuera del reality, ¿eres así?
“La verdad es que trato de pensar que Dios te va poniendo las cosas en el camino, y trato de no desesperarme y verle las cosas buenas a lo malo. Por ejemplo, el hecho de que no me haya elegido, de repente me sirve no en el amor, pero sí en el tema laboral y ahí puede venir el amor por otro lado. No hay que desesperarse. El amor cuando tiene que llegar, llegará. No es el fin del mundo”.

-¿Y qué tiene que tener ese amor que llegará?
“Una de las cosas en las que más me fijo en las mujeres, es que haya piel. Soy una persona que le gusta sentir rico a la otra. Después, que sea divertida, que no sea problemática por cada cosa...”.

-¿Que no moleste?
“No, es que si hablamos de mujeres, así son (ríe). Son un mal necesario. Igual a mí me gustan las mujeres de carácter, que, entre comillas, son las que más molestan. Pero tienen sus opiniones y sus decisiones. No me gustan las que son tranquilas y no molestan para nada. También me gusta que disfruten al acompañarme a algo y yo ceder un poco y acompañarlas a hacer sus cosas. Y ojalá que no sea muy celosa”.

-Las quieres todas.
“Bueno, un poquito celosa está bien. Pero en su sana medida”.

Bernardo se corta un poco respondiendo temas de su expuestísima apuesta romántica que hizo por televisión, pero la soltura le regresa como por arte de magia cuando se le pregunta sobre su tema estrella: los asados.

Aprendió de su padre, que hacía cada domingo un rico asado a la leña, acompañado del clásico fernet de las reuniones argentinas. Pero no fue hasta que llegó a Chile, y vio que más de algún anfitrión parrillero descuidaba la carne y ocupaba mil artilugios para prender el carbón, que decidió comenzar a escribir un libro al respecto. Más adelante, vendría su hoy famosa empresa.

“El primer asado que hice fue acá en Chile. Me invitaron y cuando llegué, no podían prender el carbón. Terminé prendiéndolo y cuando empezaron a hacer el asado, vi que estaban haciendo cualquier cosa; ponían las carnes al revés. Desde entonces, empecé a hacerlos yo. Me fue bien y me fui haciendo famoso”, cuenta Bernardo.

-¿Cuáles son los principales errores que tenemos aquí al hacer los asados?
“Conozco gente que hace unos muy buenos, que les gusta y son fanáticos, pero a la gran mayoría le encanta la parrilla, pero no conoce los tips básicos de cómo hacer las cosas. Tiran la carne y están más preocupados de la piscola o de conversar con los amigos que del asado en sí. El tema es que hay que estar entregado y conectado con el asado. Para mí es como si estuviera manejando un auto de Fórmula 1. Hay que estar concentrado al cien por ciento. Obviamente, parte del asador es compartir con la gente, pero nunca hay que sacarle los ojos a la carne”.

-¿Y cuáles son los tips básicos?
“Concentrarse en lo que están haciendo. Tratar de sentir la carne, si se está quemando mucho. Las carnes que tienen hueso, siempre van del lado del hueso primero. Las que tienen grasa, también, para que se doren, y de ahí darlas vuelta, pero no estar girándola todo el rato. La idea es ponerla a un fuego fuerte primero, de un solo lado y una vez que ya se hizo la capita crocante, darla vuelta. Después se pone de nuevo a fuego fuerte para que se selle y no salgan los jugos”.

-Qué hambre.
“Sí... El pollo también hay que ponerlo del lado de los huesos primero y después del lado del cuero, para que se dore y quede bien crocantito. Hay que hacerlo lento, no apurado. Ojalá arrancar un poco antes de que llegue la gente. Acá en Chile pasa mucho que nos juntamos a la una y recién llegan las cosas a las dos, y congeladas. Y el que trae el carbón es el último en llegar. Es importante organizarse”.

-¿Cuál es tu vicio privado?
“Me gusta darle prioridad a pasarlo bien en todas las pegas, más que a las lucas. Mucha gente no comparte este vicio, pero yo prefiero hacer un asado y disfrutarlo, que hacer tres el mismo día y volverme loco ganando el triple. Así voy con todo en la vida. También me gustan los deportes al aire libre, tomarme un par de días y hacer algo que me gusta, aunque no me retribuya tanto materialmente”.
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